Chistes
Escribe desde Callao (Per¨²) el campe¨®n del mundo de contar chistes. Adjunta una tarjeta de visita que dice: "Doctor Felipe Carbonell. R¨¦cord mundial: 100 horas contando chistes sin parar". El doctor Carbonell se enter¨® por esta columna de la existencia del campe¨®n del mundo de inmovilidad, y considera que su marca es m¨¢s divertida.No est¨¢ probado que sea m¨¢s divertida. Permanecer 100 horas contando chistes puede tener mucho m¨¦rito, pero quiz¨¢ no tenga tanta gracia. Los chistes buenos se agotan en una hora, de manera que en las 99 restantes qui¨¦n sabe si lo que hizo el campe¨®n fue dar la paliza.
M¨¢s m¨¦rito que 100 horas contando chistes lo tiene estar escuch¨¢ndolos. Quien logre permanecer 100 horas (vale la d¨¦cima parte) escuchando chistes sin sentir la irrefrenable necesidad de estrangular al chistoso, o posee nervios de acero o es un santo. Las c¨¢rceles se encuentran llenas de ciudadanos que un malhadado d¨ªa tropezaron con un contador de chistes y acabaron peg¨¢ndole un mordisco en la yugular.
La risa es como el jam¨®n de Jabugo, que unas lonchas producen indescriptibles goces, mientras com¨¦rselo de una sentada lleva a la tumba. Si todos los chistes fueran como el del cura que predicaba la resurrecci¨®n de L¨¢zaro y dijo: "Se levant¨®, y and¨®", y el obispo le corrigi¨®: "Anduvo, gilipollas", y el cura continu¨®: "Bueno, anduvo gilipollas los primeros d¨ªas...", la humanidad entera se habr¨ªa muerto de la risa.
A veces la gente se muere de risa sin que le cuenten chistes ni nada. Por ejemplo, un servidor se muri¨® de risa en el colegio durante un triduo a san Jos¨¦ de Calasanz, cuando el padre rector exclam¨®: "?San Jos¨¦, ilumina a estos ni?os!", y en ese instante se fundieron los plomos. La verdad es que luego resucit¨¦, como L¨¢zaro. Y and¨¦. Bueno, anduve... Y as¨ª, hasta la fecha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.