La resaca electoral en Alemania agrieta la coalici¨®n presidida por el canciller Kohl
La resaca de las elecciones regionales del domingo pasado en Alemania ha afectado finalmente a la coalici¨®n gobernante en Bonn, cuyas fisuras aumentan conforme se deteriora la imagen p¨²blica del canciller Helmut Kohl. Los socialcristianos b¨¢varos (CSU) y los liberales (FDP), los dos partidos minoritarios socios de la democracia cristiana (CDU) en el Gabinete, han empezado a lanzarse graves acusaciones, especialmente sobre el controvertido tema del derecho de asilo. Los socialdem¨®cratas (SPD) tampoco parecen tener prisa en colaborar con Kohl.Los dos grandes partidos alemanes, pese a sus actos de contricci¨®n y sus promesas de trabajar juntos para intentar recuperar a los votantes perdidos en la extrema derecha, han vuelto a cerrarse en sus posturas irreductibles. Kohl est¨¢ s¨®lo dispuesto a negociar con el SPD sobre tres temas: la reforma constitucional del derecho de asilo, la ratificaci¨®n del tratado de Maastricht y la reorganizaci¨®n de los acuerdos financieros entre el Gobierno federal, los 16 I?nder y los ayuntamientos. El SPD, por su parte, exige al Gobierno una serie de viejos compromisos en un amplio abanico de temas, que Kohl no parece dispuesto a conceder.
Enjugar el d¨¦ficit
La oposici¨®n socialdem¨®crata, por su parte, acepta estudiar soluciones para tratar el problema de la inmigraci¨®n, pero se aferra a su negativa total de modificar el precepto constitucional relativo al derecho de asilo. Su l¨ªder, Bjorn Engholm, exige al Gobierno que si quiere llegar a un acuerdo financiero con los l?nder redacte un plan financiero realista, a medio plazo, y un programa destinado a enjugar el d¨¦ficit del Gobierno federal. Oskar Lafontaine, el derrotado candidato a canciller, exige por su parte que Kohl se comprometa a no seguir con sus planes de reducir los impuestos sobre sociedades y sobre las grandes fortunas.En el interior del Gobierno, CSU y FDP se tiraron los trastos a la cabeza. El ministro de Hacienda, el socialcristiano b¨¢varo Theo Waigel, acus¨® a los liberales de bloquear todas las propuestas importantes del Gobierno, atribuy¨¦ndoles la misma culpa que al SPD en el tema del derecho de asilo. Como respuesta, el l¨ªder liberal Otto Lambsdorff anunci¨® que su partido trabajar¨ªa con la oposici¨®n socialdem¨®crata en todos los temas que exigieran una mayor¨ªa constitucional, aunque matiz¨® que en los dem¨¢s asuntos era la mayor¨ªa de Gobierno la que mandaba. No son de extra?ar las maniobras del partido bisagra por excelencia, cada vez m¨¢s preparado a cambiar de pareja.
Las negociaciones para formar Gobierno en Baden-W¨¹rtemberg, donde la emergencia de la extrema derecha -los Republikaner obtuvieron un 11%- ha dejado un Parlamento del que dif¨ªcilmente saldr¨¢ otro Gobierno que no incluya a los dos grandes partidos, han quedado pr¨¢cticamente aplazadas hasta despu¨¦s de las vacaciones de Pascua.
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