Kinnock dimite como l¨ªder de los laboristas brit¨¢nicos y pide una sucesi¨®n r¨¢pida

La dimisi¨®n de Neil Kinnock fue breve, fr¨ªa y triste. El hasta ahora l¨ªder de? Partido Laborista brit¨¢nico ley¨® una breve nota ante sus parlamentarios, reunidos en Westminster, en la que anunci¨® su retirada, pidi¨® rapidez en los tr¨¢mites sucesorios y culp¨® a la prensa por la derrota electoral. La comisi¨®n ejecutiva de? partido empezar¨¢ hoy a organizar un proceso que debe concluir en junio con un congreso extraordinario para el que John Smith parte como gran favorito. Pero la sustituci¨®n no ser¨¢ f¨¢cil. El partido empieza a dividirse y afloran cr¨ªticas contra la falta de democracia interna.

Serio, visiblemente crispado, Neil Kinnock compareci¨® ante sus parlamentarios para anunciar que no se presentar¨ªa a la reelecci¨®n. "Con el fin de asegurar que el nuevo liderazgo es elegido sin dilaciones, propongo que la comisi¨®n ejecutiva se re¨²na ma?ana (hoy para el lector) de forma extraordinaria para abrir el proceso. La elecci¨®n debe celebrarse en la segunda mitad de junio".Kinnock a?adi¨® una amarga cr¨ªtica contra la prensa conservadora, que seg¨²n ¨¦l falt¨® a la verdad para impedir la victoria laborista en las elecciones. Se refiri¨® concretamente a un art¨ªculo aparecido el domingo en el Sunday Telegraph (popularmente llamado tory-graph), en el que un miembro conservador de la C¨¢mara de los Lores felicitaba sin ning¨²n pudor a la prensa "por su activa contribuci¨®n al triunfo de John Major".

No hizo ninguna menci¨®n a sus posibles sucesores, aunque fuentes de su entorno dicen que "est¨¢ resignado a la elecci¨®n de John Smith". La despedida oficial de Kinnock, o al menos el primer acto de la misma, fue breve, casi brusca. No hubo aplausos, ni gestos de ¨¢nimo. S¨®lo un silencio sepulcral cuando concluy¨® la lectura del comunicado.

Ahora comienza una ¨¦poca muy dif¨ªcil para el laborismo. La sucesi¨®n puede ser r¨¢pida, como Kinnock desea, pero tambi¨¦n muy traum¨¢tica. Bryan Gould, portavoz de asuntos medioambientales, anunci¨® el domingo por la noche su decisi¨®n de enfrentarse a John Smith, candidato oficial de los sindicatos, en la lucha por el liderazgo. Gould se presenta como un hombre renovador, opuesto a la "dictadura sindical" en el partido. Sus posibilidades de ¨¦xito son, de momento, escasas, dado el funcionamiento interno del Partido Laborista.

El ¨²nico candidato que podr¨ªa hacer sombra a Smith, Gordon Brown, ha desistido de presentarse, pero los sindicatos quieren convencerle de que se una a Smith como vicel¨ªder. El vicel¨ªder con Kinnock, Roy Hattersley, anunci¨® ayer por carta que acompa?ar¨¢ a su jefe en la retirada.

Los laboristas eligen a sus dirigentes a trav¨¦s de un colegio electoral en el que los sindicatos tienen el 40% de los votos, las sedes regionales del partido (estrechamente vinculadas a los sindicatos) tienen el 30%, y los parlamentarios tienen el 30% restante. Este mecanismo ha sido muy criticado, ya que deja en manos de organizaciones externas, los sindicatos, las principales decisiones, adem¨¢s de favorecer el inmovilismo y las actividades conspirativas.

Colin Byme, antiguo jefe de prensa del partido, denunciaba ayer en una carta al diario The Guardian una supuesta conspiraci¨®n de John Smith contra Kinnock. "John Smith ha maniobrado para alcanzar el liderazgo en caso de derrota laborista, y ha orquestado una despiadada campa?a de descr¨¦dito contra sus hipot¨¦ticos rivales", dec¨ªa Byrne en su carta.