El Marat¨®n de Madrid provoca grandes atascos en los principales ejes
Los corredores de marat¨®n tienen la virtud especial de alcanzar una gloria ef¨ªmera y a la vez eterna cada vez que cruzan la meta tras correr 42 kil¨®metros. Algo m¨¢s de 3.000 atletas, de los 4.115 participantes en el XV Marat¨®n Popular de Madrid, vivieron ayer ese momento excepcional al completar la distancia de esta prueba m¨ªtica y universal. Como contrapunto, otros miles de conductores sobrellevaron con impaciencia los cortes de tr¨¢fico, que afectaron a las principales calles de la capital.
Las altas temperaturas, que ayer alcanzaron los 30 grados, no restaron entusiasmo e ilusi¨®n a los 4.115 atletas que iniciaron la prueba a las 9.30 en la calle de Men¨¦ndez Pelayo. El alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, encargado de dar la salida, se situ¨® r¨¢pidamente en el kil¨®metro 3 para dar de nuevo aliento a los corredores. Los atletas comenzaban a concentrarse en el ritmo de carrera. Los primeros kil¨®metros, en cuesta, hacia la plaza de Castilla, son los m¨¢s amenos. Hay tiempo para bromas, para dialogar con los compa?eros de viaje y para iniciar nuevas amistades. Entre los participantes destaca la multitud de soldados de la Brigada Paracaidista de Alcal¨¢ de Henares. Un capit¨¢n de esta compa?¨ªa afirma que conceder¨¢ un permiso de 15 d¨ªas a los que consigan acabar.
Entre el pelot¨®n que empieza a adelantarse sobresale una bandera de Extremadura. Se trata de un vecino de Trujillo que, m¨¢stil en mano, asegura que acabar¨¢ con ella el marat¨®n. Desde la acera le anima un grupo de incondicionales al grito de "?Bravo, conquistador!".
A lo largo de Bravo Murillo -kil¨®metro 12- los corredores empiezan a escuchar el ensordecedor claxon de los coches, que reclaman su espacio natural. La temperatura empieza a subir. El paso por la Puerta del Sol -kil¨®metro 15- es apote¨®sico gracias al ¨¢nimo de los millares de espectadores. En la calle de Bail¨¦n, los turistas dan la espalda al palacio de Oriente y aplauden a los atletas, que est¨¢n a punto de llegar a la mitad de la prueba.
Nuevo paisaje
Al entrar en la Ciudad Universitaria se observa una de las novedades del paisaje de este a?o en el marat¨®n, el faro de la Moncloa. Tras pasar por debajo de la carretera de La Coru?a, la carrera acaricia levemente la M-30, ocasionando un monumental atasco en el primer cintur¨®n de Madrid. A partir del kil¨®metro 25, con la entrada en la Casa de Campo, la carrera se endurece: "Aqu¨ª empieza de verdad el marat¨®n", afirma un sevillano, quien asegura que est¨¢ pagando el esfuerzo de los primeros kil¨®metros. Mientras los polic¨ªas municipales sujetan a los irritados conductores, los corredores se aproximan al desenlace. Los ¨²ltimos kil¨®metros son espectaculares. El desgaste psicol¨®gico se une al obst¨¢culo de los kil¨®metros acumulados. Los gritos de aliento son m¨¢s intensos. Hay hasta piropos: "Guapo, fant¨¢stico, maravilloso. ?Venga! ?Queda poco!". Huele a meta. La m¨²sica de Carros de fuego que se escucha en la calle de Serrano ayuda a superar el tramo. A estas alturas ya nadie puede fallar.
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