?Felicidades, Johnny!
El colegio mayor de la vanguardia cultural universitaria celebra su 25? aniversario
Miles Davis lleg¨® a decir que no hab¨ªa en Madrid una sala con m¨¢s feeling (sensibilidad) que las dos plantas de butacas coloradas del colegio mayor San Juan Evangelista. Muchas figuras musicales han escrito en su libro de ruta alguna actuaci¨®n en el San Juan. Este a?o, el popular Johnny celebra su 25? aniversario trabajando para el 92 en lo que mejor conoce, el jazz, mientras mantiene una intensa actividad cultural que ha trascendido, con creces, el ¨¢mbito universitario.
Luis Santiago D¨ªaz, director de estudios, recuerda el d¨ªa en que acudi¨® por vez primera a la secretar¨ªa del colegio en compa?¨ªa de su padre. A la espera de los tr¨¢mites, vieron bajar a una alegre pareja, chico-chica, del piso donde se suponen las habitaciones. Asombrado, el progenitor no pudo evitar un comentario: "No sab¨ªa que el colegio fuera mixto". Muchos a?os despu¨¦s, Luis Santiago sigue viviendo en el edificio en forma de herradura que ostenta los orgullos de ser muy asequible, el m¨¢s divertido, el m¨¢s rojeras cuando la Universidad era combativa y el m¨¢s liberal para los asuntos de alcoba. Este a?o celebra sin boato su 25? aniversario.Sirva como ejemplo el men¨² de un d¨ªa normal: lasa?a o lentejas, filete de cerdo o pescado; y para cenar, pisto o sopa, salchichas o tortilla. Un men¨² que "suena mejor de lo que sabe", disponible en luminoso comedor con cierto olor a internado y en cuya entrada hay un buz¨®n donde las sugerencias se convierten en plegarias desatendidas.
Los tiempos han cambiado para todos, y el popular Johnny ve crecer el apego de sus hu¨¦spedes, que se resisten a abandonarlo por m¨¢s que cumplan a?os. No importa que el men¨², pensi¨®n completa, pueda pecar de desabrido o que las habitaciones sean min¨²sculas. No pesan las disputas ante el televisor, "ahora que hay m¨¢s cadenas, no veas la que se organiza con el telemando", cuenta Luis Santiago. Tampoco carga el aire carcelario de los pasillos en un colegio abierto 24 horas al d¨ªa. A cambio, el servicio de lavadora s¨®lo cuesta 10 duros, y en definitiva, en el Johnny "hay tortas para entrar" cuenta Juan Carlos Tuderini, subdirector y residente empedernido desde 1978. "En junio de 1991 tuvimos 60 bajas y 420 solicitudes de ingreso. ?La selecci¨®n? Primero los becarios, porque para algo somos el colegio m¨¢s barato de Madrid. Luego, intentamos equilibrar el n¨²mero de estudiantes por carrera, buscamos gente inquieta, liberal... A base de cuestionario y entrevista personal. Los que no lo consigan dir¨¢n que somos muy duros".
La mensualidad cuesta ahora 51.000 pesetas, que subir¨¢n en septiembre a 55.000.
La polic¨ªa en la cocina
Hoy el San Juan tiene 415 alumnos en plantilla, que se recriminan amistosamente sucesos como ¨¦ste con toda naturalidad: "T¨ªo, y ayer qu¨¦ pas¨®. Menuda bronca, me despertasteis a las cinco de la ma?ana". El paso del tiempo y la transmisi¨®n oral, tan enriquecedora como inexacta, ha dado a los sucesos un toque de leyenda. Casi nadie asegura que estuvo all¨ª, pero saben que en el Johnny la polic¨ªa vestida de paisano entr¨® a porrazos "hasta la cocina, y actu¨® durante una hora larga", en tiempos de las juntas democr¨¢ticas. O aquella timba que termin¨® en apuesta brabucona y lanz¨® a los colegiales al secuestro de un autob¨²s, que luego tuvieron que desempotrar de una esquina ... Los tiempos han cambiado, y el colegio, que en tiempos dirigi¨® el actual rector de la Universidad Complutense, Gustavo Villapalos, y hoy regenta Jos¨¦ Santos Navarro, sigue el ritmo de una ciudad como Madrid. Hasta han contratado a un jardinero y una cocinera africanos.
Los alumnos se explican s¨®lo a medias la dependencia que crea este entorno, un r¨¦gimen de internado, para muchos soportable s¨®lo hasta cierta edad. "Para nada. Esto es muy c¨®modo. Hay ex alumnos que acaban confesando lo mucho que nos echan de menos. Ten en cuenta que de nuestros residentes, el que tiene m¨¢s cerca la familia es de El Escorial".
Estrellas en la Universidad
El Club de M¨²sica y Jazz San Juan Evangelista se fund¨® hace ahora 20 a?os. La Canal Street Band inaugur¨® una sala en la que caben 525 personas, que no ponen reparos a la estrechez cuando el concierto lo merece. Pero s¨®lo fue el principio de una historia interminable: Luis de Pablo, Lou Bennett, Aguaviva, Labordeta, Jos¨¦ Menese, Juan Habichuela, Chick Corea, Jorge Pardo, Tete Montoli¨², Miles Davis y, por supuesto, Camar¨®n. Y Paco de Luc¨ªa... Y VIady Bas: "Hay dos sitios a los que voy incondicionalmente, aunque no me paguen, el Festival de Jazz de San Sebasti¨¢n y el colegio mayor San Juan Evangelista". Cuando empezaron las actuaciones, los propietarios del colegio (la Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa de la Iglesia, dependiente del arzobispado) apa?aban sus gastos con un presupuesto de 25.000 pesetas de las de entonces y la especial consideraci¨®n de los artistas. Ahora al director del club de m¨²sica, Alejandro Reyes, le llegan ya las subvenciones oficiales (15 millones por el ciclo Gigantes del Jazz) y los patrocinios: El Corte Ingl¨¦s, Cajamadrid, la Comunidad o la Universidad Complutense.
Los m¨²sicos siguen mirando con simpat¨ªa ese escenario, y son habituales las rebajas en sus tarifas. Muchos, por ejemplo, ofrecen dos actuaciones por el precio de una.
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