"No s¨¦ ante qu¨¦ pa¨ªs soy embajador"

"No s¨¦ ante qu¨¦ pa¨ªs soy embajador". La perplejidad de Jos¨¦ Manuel Allendesalazar, embajador de Espa?a en la antigua y difunta Yugoslavia, es compartida por centenares de diplom¨¢ticos a¨²n residentes en Belgrado y que en su d¨ªa fueron nombrados representantes ante un pa¨ªs que ya no existe. S¨®lo Grecia rompi¨® el consenso comunitario de no asistir a la ceremonia de proclamaci¨®n del nuevo Estado compuesto s¨®lo por Serbia y Montenegro, que alberga pretensiones de convertirse en heredero legal de la antigua Yugoslavia.Conscientes de que su presencia en Belgrado confiere cierto reconocimiento de hecho al nuevo Estado, algunos pa¨ªses europeos han mandado "de vacaciones" a sus embajadores, y todos, incluida Espa?a, han reducido sus contactos.

El nuevo Estado ser¨¢ reconocido internacionalmente. A la comunidad internacional le es indiferente como quiera llamarse, y no se obstinar¨¢ con un cambio de nombre como hace Grecia en el caso del reconocimiento internacional de Macedonia, que sigue bloqueando. Sin embargo, parece dif¨ªcil que la comunidad internacional se avenga a reconocer en la nueva Yugoslavia serbio-montenegrina la sucesora legal de la antigua Federaci¨®n de Yugoslavia.

El caso de Rusia no es comparable, se?alan fuentes diplom¨¢ticas, ya que esta rep¨²blica s¨ª cuenta con una inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n de la antigua URSS. An¨¢logo ser¨ªa el caso de Austria, a la que en 1919 se neg¨® el papel de sucesora legal de Austria-Hungr¨ªa. La Yugoslavia serbio-montenegrina cuenta con menos del 50% de la poblaci¨®n de la antigua federaci¨®n y menor porcentaje todav¨ªa del territorio.

Grecia, cuya pol¨ªtica se asemeja cada d¨ªa m¨¢s a la de los vecinos balc¨¢nicos y menos a la europea comunitaria, ha anunciado para hoy la visita a Belgrado de su primer ministro, Constantino Mitsotakis.

Tambi¨¦n Rumania ha reconocido al nuevo Estado.