El pabell¨®n de Madrid en la Expo, elogiado por su arquitectura y criticado por el contenido
Se abre el libro de visitas y aparece la siguiente frase: "?Qu¨¦ hay que ver en este pabell¨®n aparte de las escaleras?". El edificio de Madrid en la Exposici¨®n Universal de Sevilla recoge elogios por su arquitectura, pero tambi¨¦n cr¨ªticas por el modesto contenido cultural que se ha programado. Una prestigiosa revista de arquitectura alemana lo sit¨²a entre los mejores, y los testimonios de quienes lo visitan muestran quejas relacionadas con los actos y exposiciones previstos. La Comunidad de Madrid tambi¨¦n celebrar¨¢ en la Expo hoy su festividad oficial, el Dos de Mayo.
El recorrido es m¨¢s un paseo al aire libre que un itinerario cultural, y los paseantes del pabell¨®n de Madrid salen desconcertados: ?es el edificio m¨¢s feo, o es el mejor entre los de las comunidades, como ha dicho la referida revista alemana?; ?es el m¨¢s pobret¨®n o es digno de las mallas de gallinero utilizadas en su construcci¨®n?; ?es o no es horrible la diosa Cibeles de poliesp¨¢n a la que la modista Elisa Bracci ha tapado con un peplo de pl¨¢stico?En lo que coinciden los paseantes consultados es en que un lugar como Madrid, Capital Cultural Europea 1992, deber¨ªa haber equilibrado el volumen arquitect¨®nico con los casi nulos contenidos estables: libros, artesan¨ªa, un montaje visual con tules, un montaje gr¨¢fico de Ouka Lele y unos cortometrajes de la ¨¦poca m¨¢s cutre del director de cine Pedro Almod¨®var.
"Lo que veo es mucho volumen y muy poco contenido" * Es el resumen de Antonio, un visitante de 26 a?os. "He visto los libros y la sala de exposiciones. Creo que la capital de Espa?a deber¨ªa haber tenido una presencia mayor", asegura.
Bernardo, de 40 a?os, es a¨²n m¨¢s cr¨ªtico: "No tiene nada que ver. Me he quedado alucinado. Es el primero que visito en la Expo de Sevilla, y como todos sean como ¨¦ste... Yo no soy de Madrid pero s¨¦ que Madrid tiene muchas cosas. Lo ¨²nico bueno es la vista".
El mirador
El mirador desde la terraza del sexto y ¨²ltimo piso, efectivamente, es ideal para contemplar el lago de la Expo 92 de Sevilla o ver el espect¨¢culo nocturno de luces y fuegos artificiales.
Tambi¨¦n en la terraza se han colocado unas esculturas de estudiantes de Bellas Artes. Hasta llegar all¨ª, el paseante habr¨¢ tenido que subir cinco tramos de escaleras mec¨¢nicas desde la planta baja, par¨¢ndose, si quiere, varias veces: en la librer¨ªa o en la sala de turismo-artesan¨ªa; en el cine donde se proyectan con ¨¦xito entre la gente joven los cortos de Almod¨®var o un documental sobre Madrid; en la exposici¨®n de im¨¢genes sobre tules con cuadros y gentes de' la ciudad, m¨¢s un montaje fotogr¨¢fico de Ouka Lele; en el restaurante o en las oficinas.
El resto es aire, decenas de cubos vac¨ªos en un pabell¨®n "donde el dentro y el fuera se confunden", seg¨²n explica uno de los responsables del edificio. A falta de mayor contenido cultural, este responsable insiste en los contenidos din¨¢micos: en la planta baja hay un foro (especie de estanque con agua y unas gradas), que sirve de auditorio para las actuaciones que se ir¨¢n sucediendo. Ah¨ª est¨¢ la escultura de poliesp¨¢n, la Cibeles con el peplo de vinilo de Elisa Bracci, y los leones y el carro por separado. Otros modistas y artistas, como Alvarado, Manuel Pi?a y Otero Besteiro, ir¨¢n cubriendo a su gusto durante la muestra, cada 15 d¨ªas, a esta Cibeles representante eximia del cutre-lux.
Pabell¨®n barato
Lo barato manda en el segundo pabell¨®n de comunidades con menor presupuesto (Andaluc¨ªa, con 6.087, y Cantabria, con unos 500, son los extremos). El pabell¨®n de Madrid ha sido construido con 320 millones de pesetas aportados por Cajamadrid y otros 380 emplear¨¢ la Comunidad en las actividades. "Trescientos veinte millones, lo cual no es nada", dice el arquitecto Jos¨¦ Luis Solans.
Solans (39 a?os), Pilar Briales (38 a?os) y Ricardo del Amo (37 a?os) no han podido hacer otra cosa, seg¨²n dice el primero. Entre los materiales utilizados, Solans cita tres: mallas met¨¢licas perforadas para gallineros; chapa met¨¢lica para cubrimientos industriales, y pl¨¢stico de lin¨®leo para suelo de vest¨ªbulos industriales con mucho deterioro.
Eso s¨ª, la Comunidad de Madrid puede estar satisfecha de los responsables del pabell¨®n, aut¨¦nticamente orgullosos de su edificio. Uno de ellos dijo, ante la observaci¨®n de que el suelo de lin¨®leo parece barato: "Es que ven¨ªs cargados de prejuicios".
Quienes se mueven no por los prejuicios sino por el coraz¨®n son los madrile?os de pura cepa, como Amelia Gonz¨¢lez, de 58 a?os, nacida en Las Vistillas pero residente en Sevilla. "Es maravilloso. Dicen que es pobre y feo. Pues no. Es de ensue?o. ?De Madrid al cielo!".
"Es vergonzoso"
Juan, de 30 a?os, muestra su pasi¨®n desde el otro extremo. "Es vergonzoso", dice.
La revista alemana Arquitectura de hoy ha calificado al de Madrid y al de Espa?a como los dos mejores pabellones espa?oles.
Se destaca del edificio de Madrid que est¨¢ hecho con muy poco dinero y con mucho riesgo, "una especie de contenedor, estructural dentro del cual paseas y pierdes la relaci¨®n con el gran cubo exterior", dice Jos¨¦ Luis Solans, quien a?ade que desde que, ganaron el concurso la Comunidad les dej¨® claro el dinero del que se dispon¨ªa para la instalaci¨®n.
"Ten¨ªamos que resolver nuestra idea con materiales casi de desecho, la hemos resuelto y el edificio est¨¢ lleno las 24 horas del d¨ªa, aunque quiz¨¢ la gente baje sin haber visto otra cosa que la Expo desde el gran mirador", dice Solans. Y a?ade: "En los dem¨¢s edificios, los contenidos son bastante deprimentes para el dinero gastado. Robots, cines y unos expositores impresionantes para que dentro no haya pr¨¢cticamente nada que merezca la pena".
Ajeno a la pol¨¦mica, Luis, de 11 a?os, estampa en el libro de visitas su firma y una declaraci¨®n: "Soy de Madrid y estoy orgulloso".
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