La Invenci¨®n en Luis de Pablo

La Orquesta Nacional, con el director Josep Pons, al frente, ha abordado en sus actuaciones de esta semana, un programa tan interesante como arriesgado, tanto que el s¨¢bado la sala sinf¨®nica del Auditorio presentaba un excesivo numero de localidades vac¨ªas. Y, sin embargo, se trataba de escuchar una obra cl¨¢sica espa?ola de nuestro siglo -Los bocetos, de Ernesto Halffter-; otra, igualmente cl¨¢sica de la contemporaneidad aunque inserta en distinta corriente est¨¦tica, como es el Concierto para viol¨ªn, de Alban Berg, estrenado en Barcelona hace m¨¢s de medio siglo y, en fin, una primera mundial de Luis de Pablo, autor que ya ha rebasado los 60.El maestro barcelon¨¦s (Puig-Reig, 1957) hizo una versi¨®n clara de Los bocetos, aun cuando la canci¨®n del El farolero precisa de una mayor dosis de sandunga. El griego Leonidas Kavakos (Atenas, 1967) protagoniz¨® el concierto de Berg de manera admirable y nos dio, con la colaboraci¨®n estrecha de director y orquesta, la expresi¨®n dolida, desoladora, que domina sus p¨¢ginas en una actitud que parece un arm¨®nico natural del pasado romanticismo. El sonido luminoso de Kavakos favoreci¨® el curso de la obra pues contribuy¨® a explicarla desde un sentimiento hondo que no precisa de exageraciones y desde una razonada construcci¨®n.

Hace 29 a?os, Luis de Pablo compuso, para Severino Gazzelonni, Rec¨ªproco, para flautas, piano y percusi¨®n, con el que su nueva partitura, Figura en el mar guarda algunas relaciones. Juega papel principal el empleo por el solista de toda la variedad de flautas, desde el piccolo hasta la elefanti¨¢sica flauta contrabajo. Con todas demostr¨® ser un consumado virtuoso el franc¨¦s Pierre-Yves Artaud (Par¨ªs, 1946). Pero la obra de Luis de Pablo exige algo m¨¢s que virtuosidad pues se trata de un continuo musical, a pesar de su estructura en 12 sesiones, que parece abonar la bella idea de Valery cuando escribe que "una obra se halla compuesta por una multitud, d'esprits y de eventos dirigidos por el autor".

En esa direcci¨®n radica el hecho creador y es preciso desplegar gran imaginaci¨®n para convertir lo actual, lo pret¨¦rito y lo azaroso en invenci¨®n de nuevo cu?o. A Luis de Pablo no s¨®lo le asiste una gran imaginaci¨®n sino que, adem¨¢s, sabe encauzarla por v¨ªas de un orden exclusivamente suyo, a trav¨¦s del cual se establece la comunicaci¨®n con el p¨²blico pese al c¨²mulo de novedades sustanciales y procedimentales.