Alerta
Se est¨¢ matando mucho ¨²ltimamente. No hay d¨ªa que abra un peri¨®dico en el que no aparezca un b¨ªpedo reproductor -probablemente fue un cari?oso nieto de sus abuelos- en situaci¨®n de pegarle un tiro en la sien, o en la nuca, o donde sea, a otro b¨ªpedo reproductor que trata de huir o de oponer a las balas la fragilidad de los brazos en cruz. Claro que son serbios, o croatas, o bosnios, o azer¨ªes, o armenios, y no somos in sensu stricto responsables de g¨¦nero humano tan perif¨¦rico. Pero se reclaman europeos y, a tenor de tradicionales divisiones geogr¨¢ficas, lo son, a no ser que impongamos connotaciones europeas estrictamente culturales: es europeo o europea todo aquel o aquella que no sale en los medios de comunicaci¨®n pegando tiros a etnias supuestamente antag¨®nicas, o, m¨¢s ampliamente, es europeo o europea todo aquel o aquella que no cree en la existencia de etnias antag¨®nicas dentro del territorio convencional europeo.Es que si no me temo una profunda crisis de la europeidad, por m¨¢s convergencias econ¨®micas que nos impongamos. ?Qu¨¦ puede ocurrir, por ejemplo, cuando el Ayuntamiento de Marbella declare la guerra a Marsella, conocido el antagonismo de fondo que existe entre Jes¨²s Gil y Bernard Tapie? Europa ha sido un balneario imaginario urdido por la gente bien, y ni siquiera las camisetas playeras que nos unifican en verano son europeas, sino que vienen del suroeste asi¨¢tico. ?Qui¨¦n que haya estado en Dubrovnik pudo imaginar tiroteos ¨¦tnicos por sus calles y la suspensi¨®n del paisaje para los turistas en flor? Recuerdo que todo empez¨® el d¨ªa en que los sovi¨¦ticos admitieron que hab¨ªan visto marcianos y luego todo el mundo empez¨® a matarse. Yo me dedico a estudiar etolog¨ªa y me he comprado un traje de guerrero de Mad Max. Cuando lleguen mis enemigos ¨¦tnicos vender¨¦ cara mi muerte.
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