El reloj, en marcha
La Vuelta m¨¢s dura se decidir¨¢ por un margen de segundos
Ning¨²n corredor gana una gran vuelta sin haberse impuesto en una contrarreloj. As¨ª dice la pr¨¢ctica. Melcior Mauri, en la pasada edici¨®n de la Vuelta, y Miguel Indur¨¢in, en el Tour, lo hicieron. Este a?o puede que ninguno de los tres favoritos gane ninguna etapa contra el crono, pero hoy, en Fuenlabrada, casi 38 kil¨®metros en solitario decidir¨¢n el ganador. El l¨ªder, Jes¨²s Montoya, hizo mejor tiempo que sus rivales en la contrarreloj de Oropesa, pero esa referencia no vale. Tony Rominger corri¨® herido e infiltrado, y Pedro Delgado a¨²n se manten¨ªa a la expectativa. Entonces se hizo una selecci¨®n, hoy llega la definici¨®n. En la Vuelta m¨¢s dura de los ¨²ltimos a?os se ha prod¨²cido la mayor igualdad. La prueba se aclarar¨¢ en el llano. Los tres grandes son buenos contrarrelojistas. Las diferencias entre ellos las marcar¨¢n otros factores: la ambici¨®n, la fuerza y la moral.
Tony Rominger es el especialista. El amante del puls¨®metro, del m¨¦todo y de la exactitud. Ha ganado el Gran Premio de las Naciones -la prueba cumbre de la especialidad- gracias a su control del ritmo y a su capacidad de sufrimiento. Es un hombre de compromiso. Como suizo, si tiene una cita la mantiene hasta el final, sin importarle ni el cambio de condiciones ni las consecuencias. S¨®lo la mala forma le frena.En Oropesa, una contrarre loj de 50 kil¨®metros, m¨¢s larga que la de hoy, cedi¨® m¨¢s de dos minutos a Montoya. Fue un d¨ªa especial. Ventoso y lluvioso. Malas carreteras y multitud de curvas. Rominger, el t¨¦cnico, se hab¨ªa ca¨ªdo dos d¨ªas antes. Se golpe¨® la cabeza y estuvo varias horas sin saber d¨®nde se encontraba. Sufri¨® un golpe en la rodilla que a punto estuvo de hacerle retirar. Corri¨® infiltrado y super¨® el dolor. No hizo la con trarreloj de su vida, pero se mantuvo. En la alta monta?a se recuper¨® e increment¨® sus opciones. Su punto d¨¦bil puede ser la falta de ambici¨®n. "Es un gran resultado clasificarse entre los tres primeros de la Vuelta", comenta, "no creo que pueda ganarla". El suizo considera que ya ha cumplido con su contratante, lo que choca con su car¨¢cter ganador y combativo.
El d¨ªa decisivo
Lo que le falta a Rominger le sobra a Pedro Delgado. El segoviano es, sobre todo, ambicioso e inteligente. Es el ciclista que sabe estar a punto en el momento oportuno. De joven se fij¨® una meta: ganar el Tour. Sab¨ªa que para triunfar en Francia necesitaba mejorar en la lucha solitaria. Se convirti¨®, tras duros esfuerzos en un hombre imbatible cuando contra el reloj se jugaba una gran victoria. Este a?o su mayor objetivo es ganar la Vuelta por tercera, vez. No ha hecho un esfuerzo innecesario en toda la carrera. Ha economizado al m¨¢ximo en las batallas y se encontrar¨ªa situado en el sitio deseado si no hubiera surgido Montoya. Ha perdido lo justo. Antes de Jerez, ten¨ªa marcado en el calendario el 15 de mayo. Sab¨ªa que ¨¦se era justamente el d¨ªa decisivo.
Durante la ronda ha jugado al escondite, ha disimulado. Su mayor problema es que en Fuenlabrada no se correr¨¢n tantos kil¨®metros como ¨¦l hubiera querido. Con las fuerzas justas, s¨®lo 37 kil¨®metros no hunden al m¨¢s flojo.
"Cuando tienes moral, el jersey amarillo te la multiplica por cien" opina Javier M¨ªnguez. El director de Montoya conf¨ªa en el poder m¨¢gico de la prenda del l¨ªder. ?ste quiz¨¢ no lo necesite. "Estoy seguro de mis posibilidades" dice sin enrojecer Monto ya. Es el que menos cuerpo tiene para la especialidad, pero se ha convertido, de repente, en un hombre importante. Consigui¨® el liderato precisamente en una contrareloj. Despu¨¦s ha aguantado y sorprendido. Ahora se lo jugar¨¢ en el mismo terreno, despu¨¦s de la dura pelea de Serranillos. Entrar¨¢ en juego el poder de recuperaci¨®n, en el que Montoya es maestro.
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