El Amaya se regala una etapa en Segovia

El colombiano ?scar de Jes¨²s Vargas (Amaya) gan¨® ayer la pen¨²ltima etapa de la Vuelta. El l¨ªder, Tony Rominger (Clas) aument¨® en siete segundos su ventaja, definitiva a falta de] paseo final de hoy. El Amaya confirm¨® su triunfo por equipos, y Carlos Hern¨¢ndez, el de mejor escalador. Los tres primeros de la general se vigilaron y apenas se atacaron. Se mostraron conformes con su destino. Rominger ser¨¢ hoy el primer suizo que gana la Vuelta. Por otro lado, ayer se conoci¨® el segundo positivo de la carrera: Bernardo Gonz¨¢lez (Kelme), segundo en la etapa Oviedo-Le¨®n, con metiltestosterona.

Javier M¨ªnguez, director del Amaya, se conoce perfectamente la etapa de la sierra madrile?a. Adem¨¢s, le gusta. Conoce su resonancia publicitaria. Cuando su equipo tiene un rev¨¦s aprovecha para hacerlo olvidar con un triunfo cerca de Segovia. En 1987, un corredor suyo, Francisco Rodr¨ªguez, lo logr¨®; el a?o pasado le toc¨® al entonces casi desconocido Jes¨²s Montoya.El viernes por la noche, M¨ªnguez so?aba: "Va a atacar Delgado, seguro, me juego el cuello. Es segoviano y orgulloso. El p¨²blico le va a calentar". Era la ¨²nica forma que ve¨ªa de que Montoya recuperara el maillot amarillo: "Jes¨²s se va a su rueda y Rominger se queda". Por eso despleg¨® a sus hombres para ganar la etapa y recuperar la moral. El elegido para el triunfo era Vargas, el cuarto l¨ªder de su equipo. Un colombiano de 28 a?os, fichado esta temporada, que tiene en su curr¨ªculo dos podios en la Vuelta.

Este a?o Vargas se cay¨® y corri¨® media Vuelta con una fisura de costilla que apenas le permit¨ªa respirar. Todo el equipo trabaj¨® para ¨¦l. Quevedo le marc¨® el ritmo en la subida a Cotos y luego le dej¨® solo en Navacerrada. Cubino control¨® en los ¨²ltimos kil¨®metros el pelot¨®n de favoritos. Vargas aprovech¨® tanto trabajo, sud¨® y consigui¨® el segundo triunfo parcial para el Amaya en esta Vuelta.

Los tres grandes se exhibieron de cara a la galer¨ªa. Fue una actuaci¨®n de apenas dos kil¨®metros. Los dos ¨²ltimos de la ascensi¨®n a Navacerrada. El Clas marcaba el ritmo. Rominger, delante, con el jersey amarillo como un faro. Delgado, detr¨¢s, y a su rueda, Montoya, el l¨ªder destronado. Todos esperaban el ataque del segoviano. "Sab¨ªa que era imposible dejar atr¨¢s a Rominger y Montoya, pero pens¨¦ que si no probaba nunca estar¨ªa seguro", declar¨® en la meta. Eso fue su ataque, una prueba.

Las fuerzas de Delgado est¨¢n muy mermadas, al igual que las de sus rivales. No es ya el hombre fresco de los lagos. Tampoco Navacerrada es un gran puerto. La carretera es ancha, est¨¢ bien asfaltada y las rampas son suaves, aunque largas. Se sube a tren. Apenas hay terreno para el demarraje seco. A dos kil¨®metros de la cima, Delgado se puso al frente del pelot¨®n y aceler¨® el ritmo. Fue todo. A su lado, enseguida, se coloc¨® Montoya; Rominger y Cubino le siguieron. Hubo despu¨¦s un juego de amagues entre Rominger y Montoya. El p¨²blico se lo pas¨® bien, hubo unos segundos de batalla, pero volvi¨® la calma.

Rominger quiso demostrar al final que el jersey amarillo, que ayer vest¨ªa por primera vez, tiene sus servidumbres. Una de ellas es la de estar siempre delante. En el ¨²ltimo kil¨®metro, el grupo de los grandes, muy engrosado en el descenso, se preparaba para disputarse la segunda plaza. Atac¨® el irland¨¦s Stephen Roche, y mientras Delgado y Montoya se vigilaban, Rominger se fue tras ¨¦l, le super¨® con facilidad y se present¨® en solitario en la meta.