El esp¨ªritu de don Carlos
Recuerda el articulista la personalidad del doctor Jim¨¦nez D¨ªaz, del que hoy se cumplen 25 a?os de su muerte, que, con Ram¨®n y Cajal y Mara?¨®n, conforman, a su juicio, la terna m¨¢s importante de la medicina espa?ola moderna. Resalta del doctor Jim¨¦nez D¨ªaz su capacidad como estudiante, sus dotes como investigador y el prestigio logrado por la fundaci¨®n que lleva su nombre.
Jim¨¦nez D¨ªaz, don Carlos, como se le conoc¨ªa por toda su numerosa escuela, muri¨® el 18 de mayo de 1967 como hab¨ªa vivido, trabajando infatigablemente. Muri¨® de muerte s¨²bita mientras pasaba visita en la sala, rodeado de sus colaboradores, pocos d¨ªas despu¨¦s de haber tenido un infarto de miocardio.Jim¨¦nez D¨ªaz fue una figura gigante de la medicina espa?ola, que caus¨® una profunda huella en sucesivas generaciones de m¨¦dicos y estudiantes. Jim¨¦nez D¨ªaz, con Mara?¨®n y Ram¨®n y Cajal, son los tres hitos de la medicina espa?ola moderna.
Jim¨¦nez D¨ªaz hizo suyo el aforismo de Ortega: construir una Espa?a a nivel de su tiempo y fiel a lo mejor de su pasado. Incorpor¨® definitivamente el esp¨ªritu cient¨ªfico y el af¨¢n por el estudio a la medicina espa?ola.
Estudiante superdotado
Estudiante superdotado, obtuvo muy pronto la c¨¢tedra de Sevilla, y enseguida, la de Madrid. Preocupado por la investigaci¨®n b¨¢sica incorporada a la cl¨ªnica, seg¨²n el modelo de Von Humbolt, que hab¨ªa visto en sus breves visitas a Alemania, fund¨® antes de la guerra el Instituto de Investigaciones M¨¦dicas, con la ayuda econ¨®mica de algunos financieros como March y Guernica, en el que trabajaron investigadores como Servero Ochoa, Grande Covi¨¢n, Vivanco, Oya, Barreda, Rof Carballo, etc¨¦tera.
En cardiolog¨ªa, aunque no fue su campo de actuaci¨®n preferente, fund¨®, con Azpitarte, la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa, y fue el primero en utilizar el cateterismo intracardiaco derecho, recientemente descrito por Forssman en Alemania en 1929, para medir el volumen minuto.
Desgraciadamente, no sigui¨® hacia adelante estas observaciones seminales, pero en la cl¨ªnica (de la Concepci¨®n), la cardiolog¨ªa y la cirug¨ªa cardiovascular siempre tuvieron una gran jerarqu¨ªa: Vega D¨ªaz, Varela, Pedro de R¨¢bago, S¨¢nchez Cascos, Farr¨¦, Castro Fari?as, Gregorio de R¨¢bago, Gonz¨¢lez de Vega, etc¨¦tera, son una muestra de ello.
Director del hospital de la Casa del Pueblo al comenzar la guerra civil, sali¨® de Espa?a, se instal¨® en Londres y, cuando volvi¨® por Navarra a la Espa?a nacional en 1937, tuvo serias dificultades para reincorporarse a su actividad profesional, semirrecluido en Pamplona durante varios meses.
Por fin, merced a la ayuda de La¨ªn Entralgo, de la viuda de Pradera, de Gonz¨¢lez Bueno, etc¨¦tera, se pudo reincorporar a Madrid. Pasada la guerra civil,Jim¨¦nez D¨ªaz quiso incorporar su Instituto de Investigaciones M¨¦dicas a la Facultad de Medicina de Madrid, pero, ante la actitud hostil del claustro, decidi¨® utilizar su enorme autoridad y su poder, que ya era mucho, para hacer una fundaci¨®n.
Se fue unos meses a la cl¨ªnica Mayo, y a su vuelta, en 1955, funda la cl¨ªnica de la Concepci¨®n, en homenaje a su mujer, Conchita R¨¢bago, con una estructura semejante a la Mayo y a las grandes instituciones americanas, esto es, la dedicaci¨®n a tiempo completo de todo el personal, el cultivo de las especialidades en profundidad y la actividad integrada cl¨ªnica y b¨¢sica.
La cl¨ªnica de la Concepci¨®n, Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz desde 1964 o 1965, fue, juntamente con el hospital General de Asturias, los dos primeros hospitales modemos en Espafia.
Modelo hospitalario
"Arriba, viviente e infundiendo vida, Espa?a", termin¨® Jim¨¦nez: D¨ªaz su discurso inaugural en 1955 delante del entonces jefe del Estado, general Franco. Y en efecto, ese modelo hospitalario se fue extendiendo por la geograf¨ªa nacional.
Curiosamente, hace unas semanas se inaugur¨® en Oviedo un servicio de cardiolog¨ªa en el hospital Central de Asturias, que integra por primera vez tres hospitales distintos, el hospital General de Asturias, el de la Seguridad Social y el de Silicosis. Y a la inauguraci¨®n, en la que estaba presente una representaci¨®n de la cardiolog¨ªa nacional e internacional, el presidente de la comunidad aut¨®noma ni siquiera asisti¨®, como estaba programado, seguramente porque el inter¨¦s de los pol¨ªticos cambia con el paso de los a?os.
Curiosamente tambi¨¦n, la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz ha estado a punto de desaparecer por una deuda a la Seguridad Social de 5.000 millones de pesetas. Fue m¨¦rito de Gregorio R¨¢bago, director entonces, de que la Fundaci¨®n no desapareciera, pero en realidad fue un triunfo de la sociedad espa?ola en general, y de la m¨¦dica en particular, por conservar una instituci¨®n que representa lo mejor de nuestro pasado m¨¦dico.
Jim¨¦nez D¨ªaz fue un maestro en muchas cosas, pero dos me gustar¨ªa destacar: su entrega al estudio -levantaba un puente levadizo en su finca de La Cabrera para que no le interrumpieran mientras trabajaba- y su habilidad en el interrogatorio a la cabecera del enfermo, que sus residentes recog¨ªan puntualmente en las historias cl¨ªnicas.
Sus razonamientos, el m¨¦todo dial¨¦ctico de preguntas y respuestas al enfermo y a los colegas para descubrir la verdad, alcanzaba en Jim¨¦nez D¨ªaz la altura de los maestros consumados, desde Hip¨®crates a William Osler o Paul Wood.
El hombre es un animal de comparar, dec¨ªa Ortega, y uno no puede por menos de comparar lo que ha ocurrido en estos 25 a?os desde la muerte de Jim¨¦nez D¨ªaz con la medicina espa?ola. Nuestra profesi¨®n, que tiene al menos 2.400 a?os de historia, es una combinaci¨®n de ciencia, tecnolog¨ªa, humanismo y funci¨®n social. En estos 25 a?os, la tecnolog¨ªa ha progresado considerablemente, y la funci¨®n social, la asistencia, se ha extendido al 100% de la poblaci¨®n.
El proyecto de nuestros gobernantes y el sacrificio de los m¨¦dicos han hecho -que nuestra sanidad se extienda a todas las clases sociales. Tenemos la m¨¢s barata sanidad del mundo.
Una ciencia que desaparece
Basta decir que EE UU invierte en sanidad el 12% del PNB y tiene 30 millones de personas desatendidas. Y nosotros invertimos el 4,5% del PNB y atendemos al 100% de la poblaci¨®n. Pero la Medicina es tambi¨¦n una ciencia, y la ciencia, desgraciadamente, est¨¢ desapareciendo de nuestros hospitales.
"Las ideas han huido de los hospitales espa?oles", nos dec¨ªan hace unos d¨ªas al doctor Cortina y a m¨ª en Boston. En nuestros hospitales est¨¢n desapareciendo las sesiones cl¨ªnicas, las reuniones cient¨ªficas, y los m¨¦dicos est¨¢n desmotivados, agobiados por el trabajo asistencial.
Las autoridades administrativas, que se han multiplicado por 10, est¨¢n s¨®lo preocupadas con el mundo pitag¨®rico de los n¨²meros, las listas de espera y la relaci¨®n coste-beneficio, pero se les, ha olvidado por completo el mundo plat¨®nico de las ideas. Y la medicina sin ciencia y sin ideas pierde uno de sus atributos fundamentales.
Recuperar en nuestros hospitales el esp¨ªritu cient¨ªfico y la ¨¦tica del rigor ser¨ªa la mejor celebraci¨®n en el 250 aniversario de la muerte de Jim¨¦nez D¨ªaz y el mejor homenaje al esp¨ªritu de don Carlos.
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