Demasiados hijos naturales de ETA
"Tengo 39 a?os, mis padres no me reconocieron de chiquito. Soy de Durazno (Uruguay), soy orejano (marginado, hijo natural, sin filiaci¨®n)". Con este ardid, fruto de una legislaci¨®n uruguaya para acoger lo que se denomina "inscripci¨®n tard¨ªa" y cuyo fin es legitimar a los hijos naturales, legalizaron su situaci¨®n en el pa¨ªs suramericano la mayor parte de los 13 activistas de ETA detenidos. Un abogado uruguayo ya arrestado les asesor¨® en esta labor A partir de ah¨ª, los hijos naturales de ETA gozaban de la prerrogativas de cualquier ciudadano uruguayo: documento de identidad, pasaporte, carn¨¦ de moto y hasta carn¨¦ de salud para ejercer de cocinero. Es el caso del etarra Juan Jos¨¦ Urrutia Pia, quien declar¨® d¨ªas atr¨¢s lo siguiente a un diario local: "La documentaci¨®n que poseo de vuestro pa¨ªs es un carn¨¦ de salud, ya que mi profesi¨®n es de cocinero". "Me fui de Espa?a en abril de 1989, antes de que la polic¨ªa me capturara, ya que pertenezco a ETA y la cosa estaba que ard¨ªa". ETA le dej¨® un sobre en Par¨ªs con un pasaje y un pasaporte falso. Lleg¨® a Uruguay el 16 de agosto de 1990.
"ETA les daba a cada uno el pasaje y 100 d¨®lares", afirma el inspector Claver¨ªa. El dinero de la banda se invirti¨® tambi¨¦n en crear un restaurante. La Trainera era uno de los m¨¢s frecuentados por la alta burgues¨ªa, ex presidentes incluidos, de la Rep¨²blica uruguaya. Miguel Ib¨¢?ez Oteiza y Amaya Arakistain cambiaron la metralla por las kokotxas.
Babelia
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