Venezuela oculta la verdadera identidad de 34 refugiados etarras
Venezuela acoge a 34 miembros o ex miembros de ETA, que seg¨²n las autoridades locales se han mantenido alejados de las acciones terroristas. La polic¨ªa venezolana no da los nombres verdaderos de los residentes, considerados refugiados pol¨ªticos, medida que justifica para protegerlos de posibles atentados como el ocurrido en 1980 contra un matrimonio vasco. El jefe de la Direcci¨®n de los Servicios de Inteligencia y Prevenci¨®n (DISIP), polic¨ªa pol¨ªtica venezolana, general de divisi¨®n Manuel Heinz Aizpurua, afirma que no ha recibido documentaci¨®n de la polic¨ªa espa?ola sobre la operaci¨®n de Uruguay ni solicitud de extradici¨®n, pese a que seis de los vascos tienen "amplio historial" terrorista. "Mientras cumplan las normas venezolanas no hay raz¨®n para que incumplamos el asilo", alega.
El ingreso de presuntos etarras comenz¨® en 1973 en secreto, durante el primer Gobierno de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez. Desde entonces han llegado ocho grupos, el ¨²ltimo en fuga de la invasi¨®n norteamericana de Panam¨¢ en 1990. Al menos un deportado desde Francia a Venezuela, Venancio Sebasti¨¢n Horcajo, huy¨® de este ¨²ltimo pa¨ªs para. regresar a Espa?a, donde fue detenido en febrero de 1985 y acusado de integrar el comando Madrid.
Desde los m¨¢s antiguos hasta los m¨¢s recientes, los exiliados vascos se han asimilado a la sociedad venezolana, sin olvidar sus causas ideol¨®gicas, que exteriorizan en las tascas de La Candelaria (barrio espa?ol caraque?o) o en reuniones privadas.
No obstante su acoplamiento a la vida venezolana (muchos de ellos han hecho pareja con mujeres locales), todav¨ªa mantienen una actitud recelosa con los extra?os y evitan tener relaciones con la embajada espa?ola.
Por lo general, no van m¨¢s all¨¢ de hacer tertulias en el centro vasco o en los restaurantes, donde aprovechan para hacer catarsis hablando mal del Gobierno espa?ol y reivindicar su nacionalismo.
Con trabajo
La mayor¨ªa ha encontrado trabajo r¨¢pidamente, gracias a la solidaridad de la colonia vasca. Se han colocado en las f¨¢bricas y comercios que tienen los poderosos industriales vascos en el oriente venezolano, Puerto la Cruz y Cuman¨¢. La DISIP ejerce un control relativo sobre los refugiados de ETA. "Visita mensualmente a cada uno de ellos para llevar un seguimiento", afirma la polic¨ªa. Acuden voluntariamente a las oficinas de la DISIP cada mes para tramitar la pr¨®rroga de su visado y dar cuenta de su situaci¨®n y lugar de residencia.
Sin embargo, la polic¨ªa pol¨ªtica no los somete a vigilancia. "No es necesario, han tenido buena conducta desde su llegada, a Venezuela", explica el general Heinz Azpurua, a sabiendas de que seis de los 34 refugiados "presentan un amplio historial que rese?a su gran actividad terrorista y son considerados expertos en explosivos".
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