La omnipotencia del crimen organizado
La importancia y gravedad del asesinato pol¨ªtico-terrorista del juez Falcone radica en que se ha llevado a cabo con una omnipotencia criminal directamente proporcional a la debilidad que en ese mismo momento estaba demostrando el mundo pol¨ªtico italiano, incapaz de dar una respuesta adecuada al grito de cambio que le llega de la sociedad y que qued¨® reflejado en el revolc¨®n que sufrieron los partidos tradicionales en las elecciones del pasado 5 de abril. El hecho de que los l¨ªderes pol¨ªticos, del Gobierno y de la oposici¨®n, declararan minutos despu¨¦s de la explosi¨®n de los 1.000 kilos de dinamita contra Falcone que no se deb¨ªa perder un minuto m¨¢s en la elecci¨®n del nuevo presidente de la Rep¨²blica revelaba ya con mayor dramatismo si cabe la citada omnipotencia de la Mafia, la ¨²nica capaz de sacudir el aletargado mundo pol¨ªtico reunido en el Parlamento en una est¨¦ril y pat¨¦tica liturgia presidencial.
El atentado no pudo llevarse a cabo, dadas las circunstancias del mismo (Falcone viv¨ªa y viajaba siempre blindado y de inc¨®gnito), sin una compleja y eficaz m¨¢quina operativa policial-militar. Ello indica que la Mafia sigue no s¨®lo viva, sino con una formidable capacidad organizativa y operativa. Pero, sin resolver este c¨¢ncer de la Mafia, que se est¨¢ revelando m¨¢s fuerte que el mismo Estado, Italia -tan admirable y envidiable por otros aspectos- continuar¨¢ inexorablemente su peligroso declive pol¨ªtico, que, como hab¨ªa alertado ya tiempos atr¨¢s l'avoccato Agnelli, podr¨ªa colocar al gran pa¨ªs industrial "m¨¢s cerca de las pir¨¢midas que de la Europa que cuenta".
La eliminaci¨®n de Falcone reviste adem¨¢s una gravedad especial por el hecho -poco subrayado a¨²n- de que es la primera vez que la Mafia ha golpeado a un personaje del Gobierno nacional, ya que el m¨ªtico juez anti-Mafia ocupaba ahora una delicada direcci¨®n general del Ministerio de Justicia con repercusi¨®n internacional. Hasta ahora s¨®lo el terrorismo rojo o negro hab¨ªa osado golpear a personajes del Gobierno central. La Mafia, nunca.
La inc¨®gnita es si algunas ra¨ªces del viejo terrorismo derrotado y de los viejos servicios secretos desviados se han trasladado a la Cosa Nostra, con la que hab¨ªan empezado ya a colaborar durante los ¨²ltimos graves atentados masivos que en los a?os ochenta ensangrentaron Italia. Si tal hip¨®tesis se confirmara, estar¨ªamos ante un panorama doblemente dram¨¢tico. Tan dram¨¢tico que Gianpaolo Pansa, escritor, agudo analista pol¨ªtico, amigo personal del asesinado Falcone, actual director adjunto del semanario L'Espresso, acababa de escribir antes del atentado: "Si los partidos no cambian su forma de actuar, se despertar¨¢n ma?ana con un hombre en uniforme llamando a la puerta del Parlamento con su tanque". Creo que Italia no corre a¨²n ese peligro, porque cuenta con un tejido social profundamente democr¨¢tico, pero no cabe duda de que el pa¨ªs se halla en el momento m¨¢s cr¨ªtico de su historia republicana, y se puede comprometer gravemente, si no despierta de su letargo, su presencia calificada en la nueva Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.