Canary Wharf quiebra y arrastra al mercado inmobiliario brit¨¢nico
El sector inmobiliario brit¨¢nico entr¨® ayer en coma, al anunciarse el colapso de los negocios del gigante canadiense Olympla & York (O&Y) en el Reino Unido. La suspensi¨®n de pagos de O&Y en Estados Unidos y Canad¨¢, la semana pasada, levant¨® una ola de p¨¢nico en la banca internacional y cort¨® el flujo de cr¨¦ditos hacia el sector. El lunes cay¨® la inmobiliaria brit¨¢nica Mountleigh, propietaria en Espa?a de Galer¨ªas Preciados, y ayer se acogi¨® a la Ley de Insolvencias la. rama brit¨¢nica de O&Y, promotora del complejo urban¨ªstico Canary Wharf, en los Docklands, con el rascacielos m¨¢s alto de Europa.
Las p¨¦rdidas globales de la banca por la ca¨ªda de Canary Wharf se estiman, por ahora, en m¨¢s de 100.000 millones de pesetas. Bancos como Canadian Imperial (Canad¨¢) muestran un riesgo especialmente elevado. El Canadian Imperial tiene prestados unos 100.000 millones de pesetas a O&Y en todo el mundo; el Royal Bank of Scotland, otros 100.000; el Hong Kong & Shangai, unos 80.000; el Citicorp, unos 50.000; el Barclays, unos 20.000 millones. Una fuente bancaria dijo ayer que "hay cada vez m¨¢s espacio en oferta, caen los precios y se retrae la financiaci¨®n: la bola de quiebras inmobiliarias seguir¨¢ rodando, y puede llevarse por delante instituciones financieras de gran tama?o". Canary Wharf, la promoci¨®n inmobiliaria m¨¢s cara y ambiciosa de Europa, es administrada desde ayer por t¨¦cnicos de la sociedad de auditores Ernst & Young, bajo supervisi¨®n judicial. Los nuevos administradores confiaban en que el Gobierno brit¨¢nico, ansioso por superar los ya m¨¢s de dos a?os de recesi¨®n y por atajar el desempleo, echara un cable a la sociedad desplazando ministerios a Canary Wharf o haci¨¦ndose cargo de la extensi¨®n del metro hasta la zona. El primer ministro, John Major, disip¨® de un manotazo todas sus esperanzas: no habr¨¢ funcionarios en los Docklands, al menos por el momento, y no habr¨¢ metro sin dinero privado, dijo el l¨ªder conservador.
Los futuros compradores de Canary Wharf, si es que Ernst & Young logra encontrarlos, tendr¨¢n que hacerse cargo de una deuda global superior a los 100.000 millones de pesetas (ahora excede de los 200.000 millones, pero los administradores creen que los bancos acreedores aceptar¨¢n tragarse la mitad, ante el riesgo de perderlo todo) y de una inversi¨®n de unos 80.000 millones de pesetas en la extensi¨®n de la l¨ªnea de metro Jubilee. Canary Wharf est¨¢ unos tres kil¨®metros al este de la City, en la llamada isla de los Perros, desierta desde que! desaparecieron los muelles del antiguo puerto de Londres. Sin metro, est¨¢ casi incomunicada y no tiene ning¨²n futuro como centro de oficinas.
Cuando la central canadiense de O&Y se declar¨® insolvente el mi¨¦rcoles pasado, con una deuda global superior a los dos billones de pesetas, los bancos acreedores expresaron su inter¨¦s en proseguir la financiaci¨®n de Canary Wharf y salvar del colapso los Docklands. El martes, sin embargo, fueron informados de que la rama brit¨¢nica de O &Y necesitaba pr¨¦stamos adicionales por importe de 90.000 millones de pesetas, como m¨ªnimo, para seguir funcionando.
La enormidad de la suma atemoriz¨® a los banqueros. A la reuni¨®n definitiva, celebrada en Londres el mi¨¦rcoles por la noche, los representantes de la banca acudieron con una consigna muy clara: ni un duro m¨¢s. En menos de una hora se decidi¨® que la ¨²nica alternativa era la administraci¨®n judicial, la renegociaci¨®n de la deuda y la b¨²squeda de un comprador capaz de cargar con el proyecto. Con ello, se certificaba definitivamente la defunci¨®n del boom econ¨®mico del thatcherismo, que caracteriz¨® la pasada d¨¦cada en el Reino Unido. La familia canadiense Reichmans, ex propietaria de O &Y, hab¨ªa invertido unos 650.000 millones de pesetas en Canary Wharf. El complejo arquitect¨®nico, con un rascacielos de 30 pisos en el centro, a¨²n no est¨¢ terminado.
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