Nervios a flor de piel
La calma todav¨ªa no ha vuelto a la poblaci¨®n de Bat Yam, de 180.000 habitantes y pr¨®xima a Tel Aviv, a los cinco d¨ªas del asesinato de la estudiante israel¨ª de 15 a?os Helene Rapp por un palestino. La muerte en Gaza del rabino-colono Sim¨®n Bir¨¢n, de 32 a?os, a manos de otro palestino el mi¨¦rcoles ha echado m¨¢s le?a al fuego.
En Bat Yam, miles de personas desfilaron por las calles en la noche del mi¨¦rcoles al jueves al grito de "?Muerte a los ¨¢rabes!". Muchos almacenes fueron saqueados y veh¨ªculos de la polic¨ªa incendiados.
En el territorio ocupado de Gaza, colonos jud¨ªos encolerizados prendieron fuego a los campos palestinos y arrancaron los naranjos de ra¨ªz. Incluso trataron de arrasar con una excavadora una escuela ¨¢rabe, aunque esto fue impedido a tiempo por una patrulla israel¨ª.
Ciertos polit¨®logos explican la violencia de las manifestaciones desencadenadas, sobre todo en Bat Yam, como consecuencia de la campa?a electoral israel¨ª, que est¨¢ calentando los ¨¢nimos. Los soci¨®logos imputan lo ocurrido en Bat Yam m¨¢s a la profunda crisis socioecon¨®mica (paro entre la juventud, drogas y delincuencia) que sufre la ciudad, lo mismo que otras muchas de Israel, que a la muerte de la joven Helene, que s¨®lo fue el factor desencadenante. Sin duda, estas explicaciones son insuficientes.
Los nervios est¨¢n a flor de piel. La resistencia libanesa ataca la zona de seguridad en el sur de L¨ªbano y mata, a pesar de las represalias israel¨ªes. Los atentados se multiplican. La reivindicaci¨®n popular: cerrar Gaza, cerrar los territorios ocupados.
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