Un lienzo de El Greco alcanza 336 millones en la gran subasta de arte espa?ol de Christie's
Dos 'joyas' de la venta, de Zurbar¨¢n y Goya, fueron retiradas por falta de comprador
El Cristo desnudo, de Dom¨¦nikos Theotok¨®poulos, El Greco, fue vendido ayer en Londres por 336 millones de pesetas. El cuadro del pintor hispano-griego fue la gran atracci¨®n de la extraordinaria subasta de arte espa?ol organizada por la firma Christie's. Las otras dos joyas de la subasta, un zurbar¨¢n y un goya, fueron devueltas al almac¨¦n por falta de comprador. El an¨®nimo propietario del Retrato de Do?a Mar¨ªa Teresa de Vallabriga, de Francisco de Goya, negociaba sin embargo, ayer por la tarde, con un posible comprador, igualmente an¨®nimo, que no hab¨ªa querido pujar en p¨²blico. Pese al fiasco del zurbar¨¢n, el arte cl¨¢sico se vendi¨® mucho mejor que el contempor¨¢neo.
El Greco alcanz¨® ayer un reconocimiento m¨¢s que p¨®stumo en Gran Breta?a, tras cuatro siglos en que se le consider¨® un discreto segund¨®n, muy inferior a Bartolom¨¦ Esteban Murillo, el artista espa?ol tradicionalmente preferido por los ingleses. "Su trabajo oscila entre lo bueno y lo muy malo", comentaba en 1853, acerca de El Greco, un cat¨¢logo de Christie's. Ese a?o el arte espa?ol estaba muy de moda en Londres, lo que probablemente ten¨ªa algo que ver con el abundante pillaje de las tropas brit¨¢nicas durante las campa?as de la pen¨ªnsula. Y en una de las subastas organizadas por el viejo James Christie en esa ¨¦poca qued¨® perfectamente demostrada la poca estimaci¨®n inglesa por El Greco: su sensacional Adoraci¨®n de los pastores fue rematada por s¨®lo 10 libras, mientras, el San Francisco de Zurbar¨¢n se disparaba hasta 250 libras.Ayer cambiaron las tornas. El Cristo desnudo, una obra relativamente menor de El Greco (se trata de una de sus dos peque?as copias del mismo Cristo que se exhibe en la catedral de Toledo) bati¨® una marca hist¨®rica. En cambio, el Cristo y la Virgen en la casa de Nazaret, de Zurbar¨¢n, no suscit¨® inter¨¦s. "No lo esper¨¢bamos, pero no nos ha extra?ado", comentaron en Christie's. "Este tipo de obras atrae a los grandes museos, pero no satisface a los coleccionistas privados. Si no puja un museo, no tienen salida", explicaron. ?Y eso por qu¨¦?. "Lo ignoramos por completo". El impresionante cuadro de Zurbar¨¢n, un claroscuro del que emerge el ropaje p¨²rpura de la Virgen, sal¨ªa a 200 millones de pesetas. Nadie ofreci¨® esa cantidad.
M¨¢s sorpresas
Lo de Goya fue otra sorpresa. En Christie's se albergaba la esperanza de que el retrato de Do?a Mar¨ªa Teresa fuera un bombazo. Pero no. Los tel¨¦fonos (que son los que ofrecen las grandes sumas) permanecieron callados. Al cierre de la subasta, sin embargo, alguien se puso en contacto directo con la sala y ofreci¨® una cantidad lo bastante alta como para ser canalizado directamente hacia el propietario de la pintura. La negociaci¨®n privada prosegu¨ªa a ¨²ltima hora de la tarde.
Murillo, tan admirado por los brit¨¢nicos, fue el segundo gran triunfador de la jornada. Su Virgen con ni?o cambi¨® de manos por 138,6 millones de pesetas, 15 millones por encima del precio de tasaci¨®n. La ¨²ltima cena, un retablo del Maestro Perea datado en torno al a?o 1500, fue vendido por 55 millones de pesetas, el doble del precio m¨ªnimo de tasaci¨®n, estimado en 27 millones.
El Retrato de Hern¨¢n Cort¨¦s de Alonso S¨¢nchez Coello, que sal¨ªa por s¨®lo 18 millones de pesetas, subi¨® hasta los 47 millones. Los otros platos fuertes fueron un segundo Murillo, La Inmaculada Concepci¨®n, vendido por 43,5 millones de pesetas; el Baile gitano de Ignacio Zuloaga, tambi¨¦n 43,5 millones; el San Pedro en penitencia de Jos¨¦ de Ribera, 39,6 millones; y las Traineras de Zarauz, de Joaqu¨ªn Sorolla, 35,6 millones.
La segunda parte de la subasta, la dedicada al arte moderno y contempor¨¢neo, fue mucho menos triunfal. En este momento, los coleccionistas y los inversores parecen confiar solamente en valores favorablemente decantados por el tiempo. De entre los contempor¨¢neos, el ¨²nico artista que levant¨® los ¨¢nimos fue el catal¨¢n Antoni T¨¢pies. Su muy adusto Madera en tierra, que sal¨ªa por 14,4 millones de pesetas, subi¨® hasta los 17,8 millones. El Efecto de cuerpo en relieve sali¨® por 4,5 millones de pesetas y alcanz¨® los 6,3 millones. El Peque?o ocre y negro con diagonal sal¨ªa tasado en 6,3 millones pero se qued¨® en 5,8.
Un dibujo de Pablo Picasso, Picador, mereci¨® el inter¨¦s de una pareja presente en la sala, cosa poco habitual en estos tiempos en que el tel¨¦fono es el rey y la asistencia a las salas suele limitarse a periodistas y mirones, ambas especies incapacitadas piara mover millones con s¨®lo alzar una ceja. Un anciano caballero brit¨¢nico y la dama que le acompa?aba pujaron las veces necesarias para quedarse la. obra, aunque acabaron pagando por ella 4,5 millones de pesetas, casi el doble del precio de tasaci¨®n.
El resto se qued¨® en poca cosa. El Sombrero de tres picos de Salvador Dal¨ª, una obra ciertamente menor, sali¨® por tres millones y se qued¨® en casi la mitad. Dos cuadritos de Joan Mir¨®, Las esencias de la tierra y Sin t¨ªtulo, se vendieron por dos millones cada uno. La Femme avec cage et oiseau, una notable pintura de Antoni Clav¨¦, tasada en 3,6 millones de pesetas, fue vendida por s¨®lo 1,8. Su Hommage au Greco, muy oportuno en la jornada grande del hispano-griego, tuvo mejor acogida y qued¨® en 7,3 millones, justo lo que se hab¨ªa tasado. Dos trabajos de Antonio Saura, un retrato y Mademoiselle Tamara, fueron adjudicados por 4,2 y 10 millones, respectivamente, un poco por debajo de lo estimado por los tasadores de Christie's. Se vendieron tambi¨¦n obras de Lucio Mu?oz, Eduardo Arroyo, Josep Guinovart, Antonio Su¨¢rez, Luis Feito, Jos¨¦ Mar¨ªa Sicilia, Rafael Canogar y Eduardo Chillida, entre otros artistas espa?oles.
Se acab¨® la perla de sudor
Las grandes subastas ya no son lo que eran. Las dos jornadas espa?olas de Christie's recaudaron, en total, 1.134 millones de pesetas, que no es una suma balad¨ª, y fueron calificadas de "enorme ¨¦xito" por los responsables de la sala londinense. Pero los murmullos, la tensi¨®n, la peque?a perla de sudor sobre la frente del que puja, parecen haberse perdido para siempre. Y ese ambiente, el del carraspeo y la gotita de sudor, era el que hac¨ªa de las subastas algo m¨¢s que una transacci¨®n comercial. Ayer, en la sala octogonal de King's Street, no hab¨ªa m¨¢s de medio centenar de personas para contemplar, en respetuoso silencio, el mudo di¨¢logo del subastador con las empleadas encargadas de los tel¨¦fonos.Las se?oritas del tel¨¦fono, eso s¨ª, procuraban , humanizar el asunto lo m¨¢s posible. Si la voz al otro lado de la l¨ªnea dec¨ªa "no" (o lo que se diga en estos casos, que no se sabe), esbozaban un discreto pucherito. Si recib¨ªan una oferta elevada, procuraban que se les notara la sonrisa cuando hac¨ªan la se?a pertinente hacia el estrado. Salvando una oce¨¢nica distancia, pod¨ªan parecerse un poco a las afamadas azafatas del Un, dos, tres televisivo: faltaban, en todo caso, los ?ooooooh! y las iaaaaaah! para acompa?ar los ¨¦xitos o fracasos del ausente concursante-pujador.
Para m¨¢s similitud con la televisi¨®n, el importe de las pujas se reflejaba autom¨¢ticamente en una bater¨ªa de marcadores electr¨®nicos, que traduc¨ªan las cantidades a libras, pesetas, d¨®lares, francos franceses y francos suizos. Es de temer que cualquier d¨ªa suene una salva de aplausos pregrabados cada vez que la maza golpee contra el pupitre.
Babelia
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