El triste final de Privata

Los famosos jers¨¦is comercializados con la marca Privata por el grupo textil Mons¨¤, inspirados en los que hiciera c¨¦lebres el carism¨¢tico l¨ªder de Comisiones Obreras Marcelino Camacho, ya no estar¨¢n m¨¢s a la venta. Las puertas de la factor¨ªa del grupo en Olot (Gerona), creado por la familia Sala en 1948, se cerraron el pasado 23 de abril. Desde entonces, las 107 trabajadoras despedidas de manera presuntamente improcedente se encuentran en una situaci¨®n extrema. Luchan para reencontrarse con sus antiguos trabajos, aunque reconocen que ya nada volver¨¢ a ser como antes.

La empresa se ha declarado insolvente, con unas p¨¦rdidas anuales entre 80 y 90 millones de pesetas, a pesar de que en 1991 alcanz¨® unas ventas de 1.200 millones. Joan Sala, el propietario, siente dejar a los trabajadores sin empleo, "pero no pod¨ªa aguantar esta situaci¨®n ni un segundo m¨¢s", afirma. La peque?a Rumasa, como la conoc¨ªan en Olot, no volver¨¢ a ponerse en marcha.El grupo Mons¨¤, que inici¨® la producci¨®n de los populares jers¨¦is en 1970, lleg¨® a facturar en 1987 alrededor de 3.000 millones y consigui¨® exportar el 25% de sus productos, ha decidido ahora cerrar la empresa "como consecuencia de la grave crisis industrial del sector", seg¨²n refiere una carta enviada por la direcci¨®n a las trabajadoras d¨ªas antes de que se cerrara la sociedad.

La mayor¨ªa de estas mujeres, que no pueden inscribirse en el paro hasta que el juez no sentencie su recurso por despido improcedente, denuncian: "La empresa se ha saltado todas las normas legales en la forma de despedirnos; simplemente, despu¨¦s de las vacaciones de Semana Santa nos encontramos con todas las cerraduras de las empresas cambiadas y una carta de despido".

En Olot, capital tradicionalmente textil de 26.000 habitantes, la crisis del grupo se vive con intensidad en la calle. Se temen sobre todo las consecuencias que pueda tener en otras empresas del ramo. "Si a Sala le sale bien, muchos van a realizar la misma operaci¨®n en pocos meses", asegura una empleada de Mons¨¤ que lleg¨® a la empresa en 1982.

Estel Rojo, delegada sindical de CC OO, reconoce: "Ahora mismo no s¨¦ lo que vamos a hacer, pero lo ¨²ltimo que podemos perder es la filosof¨ªa". "Si la firma no tiene fondos para pagarnos y resolvemos el conflicto por la v¨ªa judicial, tal vez hasta el mes de diciembre no podremos cobrar el paro", a?ade. "Nosotros no tnabajamos por gusto, las 64.000 pesetas que nos pagaban por ocho horas de trabajo diarias eran vitales para n¨ªosotras".

"Durante las vacaciones de Semana Santa se llevaron todo lo que pudieron fuera de la f¨¢brica. Lo hicieron los propios trabajadores, ingenuos, porque no conoc¨ªan lo que se estaba preparando", afirma Rojo. Sala niega que se haya podido sacar alg¨²n objeto de la f¨¢brica y destaca que no piensa montar ninguna empresa en el extranjero. "No tengo ning¨²n proyecto en el extranjero por lo que Privata no va a producirse m¨¢s". Sin embargo, una de las trabajadoras que lleg¨® en el momento de mayor crecimiento de la empresa se?ala: "Sabemos que exist¨ªa una f¨¢brica en Portugal porque llegaban jers¨¦is a la f¨¢brica y nosotras cambi¨¢bamos la etiqueta de Made in Portugal por Made in Spain".

El ex diputado del Partit dels Socialistes (PSC) en el Parlamento de Catalu?a y alcalde de Les Preses -poblaci¨®n cercana a Olot-, Daniel Terradellas, explica: "El textil viye en la comarca un momento delicado tras una d¨¦cada de bonanza". Terradellas lamenta la forma utilizada por Sala para cerrar su sociedad aunque admite que ¨¦ste "f¨²e el primero en la comarca en realizar una reconversi¨®n en el g¨¦nero de punto creando marca, diversificando las empresas, haci¨¦ndolas m¨¢s flexibles". '

A juicio del ex diputado socialista, "el despido ha sido brutal y doloroso para los trabajadores. Creo que la Administraci¨®n no puede permitirlo. Lo adecuado hubiese sido una regulaci¨®n de empleo".

El propietario de Mons¨¤ opina que el verdadero drama es el cierre de una f¨¢brica de 152 trabajadores y no la forma en la que se ha hecho. "El sector lo tiene dif¨ªcil. Las exportaciones han bajado debido a que la peseta es fuerte y los tipos de inter¨¦s altos. Hay una fuerte competitividad y la legislaci¨®n est¨¢ contra las empresas antiguas. En 1978 exist¨ªan 123 empresas textiles en la comarca, ahora s¨®lo quedan 22, y dudo que se creen nuevas empresas", afirma.