Cuenta atr¨¢s en Checoslovaquia
Las elecciones amenazan con dar paso a la ruptura del Estado
Checoslovaquia es el segundo Estado surgido tras la I Guerra Mundial que toca a su fin en su actual forma. Con las elecciones del viernes y el s¨¢bado comienza la cuenta atr¨¢s para la disoluci¨®n. del Estado fundado por Thomas Garrige Masaryk. Como la fenecida Yugoslavia, Checoslovaquia sufri¨® poco despu¨¦s de su invenci¨®n y fundaci¨®n, en 1918, las tensiones entre los pueblos que la componen por afrentas o imposiciones, reales o supuestas, de la naci¨®n con supremac¨ªa.
Como hizo Croacia en Yugoslavia, durante la II Guerra Mundial, Eslovaquia utiliz¨® la ocupaci¨®n del resto del pa¨ªs para fundar un Estado nacional tolerado por los nazis. Fenecido ya el r¨¦gimen comunista, que al igual que en Yugoslavia impuso la "hermandad entre los pueblos", los eslovacos est¨¢n decididos a poner fin tras estas elecciones a una federaci¨®n que consideran que prima los intereses checos.Todos los partidos eslovacos, desde los ex comunistas reconvertidos del Partido Democr¨¢tico de Izquierdas a los nacionalistas radicales del Partido Nacional Eslovaco, coinciden en que la actual federaci¨®n checo-eslovaca es improlongable por contraria a los intereses de Eslovaquia.
Unos, como los ex comunistas y la socialdemocracia del que fuera l¨ªder de la Primavera de Praga, Alexander Dubcek, abogan por una revisi¨®n sustancial de las competencias federales, reduci¨¦ndolas al m¨ªnimo: Defensa y una pol¨ªtica econ¨®mica que permita el mantenimiento de un espacio econ¨®mico com¨²n. Otros, como el Partido Nacional Eslovaco (SNS) o el Movimiento Cristianodem¨®crata (SKDH), quieren liquidar lo antes posible sus v¨ªnculos institucionales con la rep¨²blica checa y ser el pr¨®ximo Estado soberano e independiente que surge del terremoto pol¨ªtico que sacude Europa desde el fin de la guerra fr¨ªa.
El que ya se perfila como gran triunfador de estas elecciones, Vlad¨ªmir Meciar, l¨ªder del Movimiento para una Eslovaquia Democr¨¢tica (HZDS), ha demostrado ser un genio de la indefinici¨®n. Primer presidente de Gobierno democr¨¢tico tras la revoluci¨®n de noviembre de 1989 como l¨ªder del movimiento P¨²blico contra la Violencia, hom¨®logo del Foro Ciudadano checo, fue derribado por su propio partido y la Democracia Cristiana del actual primer ministro, Jan Carnogursky, acusado de "incapacidad y corrupci¨®n".
Su forma autoritaria de gobierno y su populismo nacionalista hab¨ªan molestado a sus compa?eros e irritado a Praga. Sin embargo, su cese y acusaciones sobre su supuesta colaboraci¨®n con la polic¨ªa pol¨ªtica (StB) del r¨¦gimen comunista, fomentadas por sus adversarios, le hicieron cosechar una inmensa popularidad que le ha convertido en el virtual l¨ªder nacional eslovaco ya antes de pasar por las urnas.
Marea democr¨¢tica
Meciar es uno de esos pol¨ªticos surgidos de la marea democr¨¢tica del este de Europa que dicen un d¨ªa lo contrario a lo que aseguraban en la v¨ªspera. Ha conjugado con habilidad los sentimientos nacionalistas con un mensaje econ¨®mico intervencionista que llega con ¨¦xito a la poblaci¨®n de Eslovaquia. Esta rep¨²blica es, por su estructura social e industrial, la mayor v¨ªctima del tratamiento de choque econ¨®mico de los ultraliberales que rodean al hombre fuerte en la rep¨²blica checa y previsible vencedor all¨ª, el ministro de Finanzas y l¨ªder del derechista Partido Democr¨¢tico Ciudadano, V¨¢clav Klaus.Eslovaquia tiene, con el 12%, tres veces m¨¢s parados que Bohemia y Moravia. La industria pesada, concentrada por el r¨¦gimen comunista en Eslovaquia, sufre una. crisis estructural que con la pol¨ªtica de Klaus ser¨ªa terminal. Las reformas han separado ya a las dos rep¨²blicas hasta un punto de no retorno. En la rep¨²blica checa cuajan las reformas, y en la eslovaca cunde la pobreza y, la desesperaci¨®n.
Las victorias de Klaus y Meciar, en Bohemia y Moravia el uno y en Eslovaquia el otro, acelerar¨¢n la ruptura de Checoslovaquia, aseguran todos los interlocutores en Bratislava. Muchos creen que estos dos personajes son tan incompatibles como lo son ya los intereses de las dos rep¨²blicas.
Dicen que no hay denominador com¨²n que pudiera salvar siquiera una confederaci¨®n de Estados soberanos, f¨®rmula a la que recurre Meciar cuando no pide la independencia total y anuncia la reactivaci¨®n de la industria de armamento o el despliegue del Ej¨¦rcito contra la minor¨ªa h¨²ngara en el sur de Eslovaquia. Las futuras relaciones entre estas dos rep¨²blicas dependen de la correlaci¨®n de fuerzas de los nuevos Gobiernos.
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