2.500 millones de personas sufren enfermedades vinculadas con la contaminaci¨®n del agua
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha hecho p¨²blico en Ginebra el informe sobre la salud y el medio ambiente que presentar¨¢ en la Cumbre de la Tierra de R¨ªo. Seg¨²n los expertos de la OMS, no se puede disociar la influencia de la situaci¨®n medioambiental de la salud humana. "La Tierra est¨¢ en peligro... y nosotros con ella", afirman. El estudio destaca que 2.500 millones de personas padecen enfermedades vinculadas a la contaminaci¨®n del agua. Tambi¨¦n describe los problemas ecol¨®gicos y de salubridad transfronterizos, como las lluvias ¨¢cidas, las incidencias en la capa de ozono, el efecto invernadero o los desechos peligrosos; as¨ª como los efectos potenciales sobre las enfermedades provocadas por los cambios clim¨¢ticos.
El informe de la OMS recoge la importancia de la integraci¨®n del desarrollo industrial con el medio ambiente, as¨ª como las incidencias de la evoluci¨®n de la poblaci¨®n mundial, sin olvidar que 2.000 millones de personas viven en el mundo en condiciones que ponen en peligro incluso su vida.La salud, seg¨²n la OMS, no se puede considerar independiente de los recursos disponibles en alimentos, agua y vivienda. Los problemas del desequilibrio entre medio ambiente y poblaci¨®n humana se ven gravemente acentuados en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Y as¨ª lo demuestran varias cifras: Cinco millones de ni?os mueren cada a?o a causa de enfermedades diarreicas, en gran parte derivadas de la contaminaci¨®n del agua o de los alimentos. Dos millones de personas mueren cada a?o de paludismo y 267 millones sufren esta infecci¨®n y cientos de millones padecen parasitosis intestinales incapacitantes.
Pero los pa¨ªses desarrollados, tampoco est¨¢n libres de riesgos. El informe de la OMS destaca dos: Cientos de millones de personas padecen enfermedades respiratorias o de otro tipo causadas o agravadas por agentes biol¨®gicos y qu¨ªmicos que est¨¢n presentes en el aire. Cientos de millones de seres humanos est¨¢n expuestos a riesgos qu¨ªmicos y f¨ªsicos evitables en su domicilio, el lugar del trabajo o el entorno general (entre ellos hay que contar los 500.000 muertos y millones de heridos que se cobran cada a?o los accidentes de tr¨¢fico).
Todo esto se ver¨¢ agravado, seg¨²n la OMS, en un futuro pr¨®ximo, porque segun las proyecciones actuales la Tierra contar¨¢ con 8.000 millones de habitantes en el a?o 2020.
En 1985 se clasificaron como pobres 1.115 millones de personas, de las que 630 millones viv¨ªan en condiciones de pobreza extrema. En esta estad¨ªstica s¨®lo se tiene en cuenta a las personas cuyos ingresos son insuficientes. Si se mide, en cambio, la pobreza por el n¨²mero de personas que no disfrutan de un nivel de vida que les garantice una alimentaci¨®n adecuada, agua salubre en cantidad suficiente, servicios de saneamiento, una vivienda digna y el acceso a la instrucci¨®n y a la asistencia sanitaria, cabe concluir que viven en condiciones de pobreza m¨¢s de 2.000 millones de personas (el 40% aproximadamente de la poblaci¨®n mundial). Una elevada proporci¨®n de estos pobres est¨¢ constituida por mujeres y ni?os, generalmente m¨¢s expuestos a los riesgos sanitarios de origen medioambiental.
Ricos y pobres
El impacto ecol¨®gico de una poblaci¨®n determinada depende de c¨®mo y en qu¨¦ medida utilice los recursos existentes y produzca y elimine los desechos, sigue la OMS. Europa, Am¨¦rica del Norte y Jap¨®n son las regiones del mundo que consumen la mayor parte de los recursos no renovables. El nivel de consumo per c¨¢pita es al menos 50 veces mayor en los pa¨ªses m¨¢s ricos que en los pobres. Los Estados miembros de la OCDE, que albergan al 15% de la poblaci¨®n mundial, producen el 77% del total de desechos industriales peligrosos; m¨¢s del 80% de los gases presentes en la atm¨®sfera que contribuyen al efecto invernadero provienen de los pa¨ªses del hemisferio Norte.Los combustibles f¨®siles son la principal fuente de contaminaci¨®n atmosf¨¦rica. M¨¢s de 1.000 millones de habitantes de las ciudades, se?ala el informe, se encuentran hoy expuestos a una fuerte contaminaci¨®n atmosf¨¦rica. Se ha comprobado su relaci¨®n con el aumento de enfermedades respiratorias y de mortalidad en las zonas urbanas.
Los ¨®xidos de azufre y nitr¨®geno emitidos por las chimeneas de las centrales el¨¦ctricas, alimentadas con combustibles f¨®siles se convierten a su paso por la atm¨®sfera en ¨¢cidos y regresan finalmente a tierra convertidos en precipitaciones (lluvia o nieve) ¨¢cidas. Este fen¨®meno ha originado la acidificaci¨®n de numerosos lagos y suelos con poca capacidad amortiguadora. Esta contaminaci¨®n puede llegar a ser nociva para la salud debido a la concentraci¨®n de metales.
Por su parte, la rarefacci¨®n y debilitamiento de la capa de ozono dar¨¢ lugar probablemente a un aumento en la superficie de la tierra de la irradiaci¨®n de rayos ultravioletas en ciertas longitudes de onda biol¨®gicamente activas.
Estas radiaciones podr¨¢n originar, indica la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, un aumento de la incidencia d¨¦ los c¨¢nceres de piel y de cataratas en el ser humano, y afectar probablemente a otros organismos sin protecci¨®n.
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