La Comunidad construye el estadio de Canillejas sin licencia municipal
La principal obra deportiva de la Comunidad de Madrid, el estadio de atletismo de Canillejas, carece de licencia municipal, a pesar de que las obras se iniciaron en 1990 y de que los grader¨ªos ya han llegado a los 35 metros de altura. Los problemas de cimentaci¨®n de los terrenos, que se asientan sobre unas minas de sepiolita, han obligado a "enterrar" 1.000 millones de pesetas en trabajos de consolidaci¨®n, seg¨²n reconoce el consejero de Educaci¨®n y Cultura, Jaime Lissavetzky.
En la fachada oriental del distrito de San Blas, junto a monta?as de mineral de sepiolita (utilizado para lechos de animales dom¨¦sticos) se construye un estadio con capacidad para 20.000 espectadores. Desde distintos puntos de la ciudad comienza a cobrar forma una mole, rodeada por la M40, en la que se utilizar¨¢n 53.000 metros c¨²bicos de hormig¨®n y seis millones de kilos de hierro. El presupuesto de esta obra, gestionada por la Direcci¨®n de Deportes de la Comunidad, ascender¨¢ a 6.000 millones de pesetas, de los que una tercera parte ser¨¢n aportados por el Consejo Superior de Deportes.Los problemas se han sucedido en la que iba ser ciudad ol¨ªmpica de Madrid. En principio, los trabajos iban a estar terminados este a?o. "Creemos que se podr¨¢ celebrar en el nuevo estadio el premio de atletismo de la Comunidad de Madrid en la primavera de 1994", anunciaba ayer sobre el mismo terreno de las obras el consejero de Educaci¨®n y Cultura. En la primera fase de las obras no se van a acometer los pabellones deportivos destinados a acoger al Instituto Nacional de Eduaci¨®n F¨ªsica (INEF).
Lissavetzky reconoce que las obras se est¨¢n ejecutando sin licencia, aunque advierte que el propio Ayuntamiento cedi¨® los terrenos en 1990. Al mismo tiempo, los servicios municipales de Protecci¨®n Civil ya han inspeccionado las obras e incluso han recomendado modificar la inclinaci¨®n de los grader¨ªos para adaptarlos a las normas internacionales de seguridad.
Sin embargo, Ayuntamiento y Gobierno regional est¨¢n enzarzados en una disputa para resolver qui¨¦n tiene que pagar la construcci¨®n de una rotonda, de m¨¢s de 100 metros de di¨¢metro, que dar¨¢ acceso al estadio y a una nueva barriada de viviendas. Para la Comunidad, el eje de comunicaciones es de competencia municipal.
La Comunidad de Madrid proyecta dedicar el recinto a usos culturales, como la celebraci¨®n de conciertos de m¨²sica, y de espect¨¢culos deportivos de masas, entre los que se baraja ofrecer partidos de f¨²tbol americano.
Mientras tanto, el proyecto de ciudad deportiva de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, situado en las inmediaciones del estadio de atletismo de Canillejas, tampoco ha recibido el visto bueno municipal.
Un campo a disposici¨®n del Atl¨¦tico
El doctor en Ciencias Qu¨ªmicas Jaime Lissavetzky es un seguidor del Real Madrid convicto y confeso. En el asiento de atr¨¢s de su coche oficial se entremezclaban ayer los diarios de informaci¨®n general y econ¨®mica con los peri¨®dicos deportivos. Pero como consejero de Educaci¨®n y Cultura defiende un sueno que supera la rivalidad deportiva de los dos grandes equipos de f¨²tbol de la capital: que el estadio de Canillejas se transforme en el San Siro madrile?o, como el estadio municipal milan¨¦s, en el que se turnan un domingo tras otro el Inter y el Milan.
El estadio de la Comunidad de Madrid se est¨¢ construyendo, con una capacidad para 20,000 espectadores, precisamente en el lateral que mira a la barriada de Las Musas. Sin embargo, el proyecto de los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz -autores de la estaci¨®n sevillana de Santa Justa- ha sido concebido para permitir la ampliaci¨®n del aforo del estadio hasta un m¨¢ximo de 80.000 personas.
La autorizaci¨®n del Ayuntamiento de Madrid a la ampliaci¨®n del Santiago Bernab¨¦u, donde se construye un tercer anfiteatro, parece haber echado por tierra el sue?o del consejero. Lissaveztky, no obstante, conf¨ªa en que llegar¨¢ un d¨ªa en el que se imponga la raz¨®n y atl¨¦ticos y madridistas acudan al partido por la M-40 o en el metro, con una estaci¨®n a pie de grader¨ªo.
Como primera medida" la Comunidad pretende convencer al club rojiblanco para que d¨¦ el primer paso y abandone la ribera del Manzanares, en una zona de elevada congesti¨®n de tr¨¢fico y sin aparcamientos suficientes.
"En los alrededores del Calder¨®n ni siquiera hay bares para comentar las jugadas con los amigos despu¨¦s del partido", argumenta Lissavetzky en las obras de Canillejas, donde habr¨¢ palcos particulares para seguir las competiciones.
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