Los Doce piden a Espa?a que aplique las reformas del plan de convergencia antes de un a?o
Los ministros de Econom¨ªa y Finanzas de la CE pidieron ayer a Espa?a que ponga en pr¨¢ctica a lo largo de los pr¨®ximos 12 meses "todas las reformas contempladas en el programa de convergencia", calificado como un modelo a imitar en el camino hacia la moneda ¨²nica. El ministro Carlos Solchaga acept¨® el reto de "la aplicaci¨®n r¨¢pida" y anunci¨® que las primeras reformas a acometer son las del Inem y las de la formaci¨®n profesional. El Gobierno contempla adem¨¢s "aumentar la movilidad geogr¨¢fica y funcional de los trabajadores" y poner en marcha un sistema de incentivos que metiven a los parados para buscar empleo de forma m¨¢s activa.
El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, asegur¨® ayer que los ministros de Econom¨ªa de la CE "no s¨®lo han aprobado el plan de convergencia espa?ol sino que lo han considerado como el m¨¢s rigurosamente planteado" de todos los que les han sido sometidos, informa Ignacio Cembrero. Tras afirmar, en el curso de una rueda de prensa en La Paz, que "hace tiempo que super¨¦ el rubor" que le provocaba caer en aparentes contradicciones dio la "bienvenida" y calific¨® de "perfecto" el apoyo de los empresarios al plan. "Les estimulo a seguir invirtiendo y creando empleo y riqueza. "Estoy dispuesto", concluy¨®, "a pactar con los empresarios, y tambi¨¦n con los sindicatos".Por su parte, el ministro de Econom¨ªa se mostr¨® de acuerdo con la tesis de sus colegas comunitarios de que s¨®lo una puesta en pr¨¢ctica inmediata de las reformas permitir¨¢ consolidar la convergencia de la econom¨ªa para continuar creciendo y a la vez asegurar en 1996 las condiciones para entrar en la moneda ¨²nica.
Solchaga respondi¨® tambi¨¦n a las dudas que la falta de un pacto social hacen planear sobre la moderaci¨®n de costes salariales y, por consiguiente, sobre el objetivo de contener la inflaci¨®n. Explic¨® a sus colegas que "las ¨²ltimas experiencias de di¨¢logo social en Espa?a han sido muy decepcionantes y el a?o pasado no fue posible un acuerdo ni garantizando el aumento del salario real. Se puede tener un suficiente respaldo social aunque el programa no tenga apoyo sindical".
"Los sindicatos", a?adi¨®, "o bien no entienden o bien no saben que en una econom¨ªa abierta el aumento de los costes laborales unitarios provoca una ca¨ªda de los beneficios en los sectores abiertos a la competencia internacional y, por tanto, provoca ca¨ªda del empleo". El ministro se?al¨®, adem¨¢s, que "no creo que en Espa?a sea necesario un refer¨¦ndum, aunque creo que lo ganar¨ªamos sin problema".
Apoyo un¨¢nime
El plan espa?ol de convergencia se basa en varios puntos. El primero es realizar un ajuste macroecon¨®mico dirigido a reducir inflaci¨®n y tipos de inter¨¦s, para situarlos en un m¨¢ximo de 1,5 ¨® 2 puntos, respectivamente, de la media de los tres mejores pa¨ªses comunitarios en un plazo de cuatro a?os. Adem¨¢s, se prev¨¦ reducir el d¨¦ficit p¨²blico al 1%, aunque el margen permitido es del 3%. Por ¨²ltimo, el Gobierno llmantiene el compromiso" de meter a la peseta en la banda estrecha de fluctuaci¨®n del 2,2%, en lugar del 6% que disfruta ahora, "antes de que d¨¦ comienzo la segunda fase de la uni¨®n monetaria" el 1 de enero de 1994.Algunos ministros plantearon ciertas objeciones y destacaron que las previsiones de crecimiento (3,5% este a?o) fueron hechas sobre unas previsiones m¨¢s optimistas que la coyuntura actual. Incluso apuntaron a una tasa del 2,8% en correcci¨®n al objetivo actualizado del 3% ofrecido en la reuni¨®n por Solchaga. El secretario de Estado alem¨¢n de Finanzas, Horst Kohler, admiti¨® que "es un programa muy exigente", pero advirti¨® que "la competitividad espa?ola puede disminuir". En su opini¨®n, el Gobierno mantiene una dosis excesiva de optimismo, basado en el aumento de los ingresos cuando deber¨ªa poner m¨¢s el acento en los gastos. Por ejemplo, explic¨®, "contempla ya el fondo de cohesi¨®n como ingreso, cuando el plan alem¨¢n no lo ha incluido como un gasto".
Solchaga agradeci¨® los elogios por "el ambicioso objetivo" de reducir el d¨¦ficit p¨²blico al 1% en 1996, por el respaldo parlarnentario con que cuenta y por el acuerdo con "comunidades aut¨®nomas y algunos ayuntamientos importantes para esa primera coordinaci¨®n" del esfuerzo fiscal a realizar. Fue menos preciso a la hora de responder a c¨®mo va a acometer la reducci¨®n de gastos, porque, seg¨²n dijo, prefiere dejar un margen de flexibilidad. En los elogios a la coherencia del programa de convergencia y a unos objetivos que van m¨¢s all¨¢ de lo acordado en la cumbre de Maastricht, pero que "son perfectamente realizables" se unieron a los Doce, el presidente del Comit¨¦ Monetario, Cees Maas y el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Henning Christophersen.
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