Cambios en Polonia
DESPU?S DE haber resistido con ¨¦xito numerosas cr¨ªticas y ataques, tanto en el ¨¢mbito parlamentario como por parte del presidente de la rep¨²blica, Lech Walesa, el Gobierno encabezado por Jan Olszewski ha sido derrotado en la C¨¢mara y ha tenido que dimitir en un plazo dehoras. Estando ese Gobierno muy desgastado ya, lo que precipit¨® su ca¨ªda fue una maniobra de su ministro del Interior, que ha querido utilizar, de forma abusiva, el tema de la depuraci¨®n de antiguos colaboradores del comunismo. Al hacer un manejo caprichoso delos archivos en su poder, y al incluir en la lista de los "sospechosos" al propio Lech Walesa y a un dirigente de un partido de extrema derecha, el Gobierno de Olszewski ha provocado la reacci¨®n airada de casi todos los grupos del Parlamento.Pero el hecho m¨¢s significativo es que, una vez formalizada la crisis, Walesa designara como jefe del nuevo Gobierno a Waldemar Pawlak, l¨ªder del Partido Campesino, colaborador del r¨¦gimen comunista y cuya trayectoria es. totalmente ajena al movimiento oposicionista de Solidaridad. Con 33 a?os, Pawlak es el jefe de Gobierno m¨¢s joven de Europa. Su gran m¨¦rito es haber comprendido los anhelos reales de los agricultores. En las elecciones de octubre de 1991. Pawlak arras¨® en los distritos agrarios con un programa basado en la defensa de los intereses rurales frente a una pol¨ªtica superliberal que les imposibilitaba, de hecho, el despegue de sus econom¨ªas.
El segundo dato sorprendente es el apoyo parlamentario que ha hecho de Pawlak el jefe del Gobierno de Varsovia. Por ¨¦l han votado no s¨®lo los diputados del partido democr¨¢tico de Mazowiecki y los del congreso liberal de Bielecki (los dos anteriores jefes de Gobierno), sino los ex comunistas y un partido nacionalista de derecha. Un apoyo tan heterog¨¦neo que va a representar dificultades serias a la hora de constituir el nuevo Gabinete y de definir su programa. De momento, los dos ministros que Pawlak ha nombrado, de Defensa y de Interior, fueron ministros en el Gobierno dirigido por Mazowiecki.
En todo caso, las declaraciones del nuevo primer ministro indican con bastante claridad su voluntad de abandonar la l¨ªnea econ¨®mjca seguida hasta ahora por la Polonia poscomunista, o sea, la terapia de choque para el tr¨¢nsito a una econom¨ªa de mercado. Pawlak ha indicado que ser¨¢ preciso una pol¨ªtica fiscal estricta que permita al Estado el disponer de fondos para reactivar la producci¨®n y defender a las capas m¨¢s pobres de la poblaci¨®n. Esta referencia al papel del Estado es una ruptura con la filosof¨ªa de los anteriores Gobiernos, que hab¨ªan preconizado una marcha acelerada a un predominio absoluto del mercado.Pawlak puede significar, por tanto, el fin de una etapa en que Polonia ha sido el modelo del tratamiento de choque y su repliegue hacia tesis gradualistas que propugnan una evoluci¨®n menos precipitada hacia el capitalismo, con una econom¨ªa mixta de transici¨®n. Cuando Klaus acaba de triunfar en Praga con una pol¨ªtica ultraliberal, es notable que se acent¨²e la disparidad entre Varsovia y Praga en cuanto a las v¨ªas del poscomunismo.
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