Los pa¨ªses pobres se oponen a que los bosques tropicales sean considerados recursos mundiales

Las discusiones sobre la conservaci¨®n de los bosques tropicales en la Cumbre de la Tierra son la primera escaramuza de la batalla entre el Norte y el Sur, seg¨²n el delegado de Malaisia en la conferencia. Las selvas se han convertido en un arma arrojadiza para los pa¨ªses que las tienen en su territorio, en su inmensa mayor¨ªa pobres o en v¨ªas de desarrollo, que se niegan a que los pa¨ªses ricos puedan tener algo que decir sobre su explotaci¨®n y conservaci¨®n, al considerarlos recursos del mundo. "Es inconcebible que se quieran globalizar s¨®lo los bosques, cuando no se globaliza el petr¨®leo, el recurso m¨¢s importante de la sociedad actual", ha afirmado el jefe de la delegaci¨®n de la India, el ministro Kamal Nath.Los bosques tropicales iban a ser objeto de un tratado espec¨ªfico, similar a los ya aprobados sobre el clima y la biodiversidad, pero en las conversaciones preparatorias de la Cumbre el tratado pas¨® a mera declaraci¨®n de intenciones y en R¨ªo incluso ¨¦sta se ha estancado por la oposici¨®n de pa¨ªses madereros y la pretensi¨®n de los pa¨ªses africanos de ligar lo que se apruebe sobre bosques a la lucha contra la desertificaci¨®n.

Las organizaciones ecologistas prefieren que el proyecto de declaraci¨®n se extinga antes de terminar la conferencia si no va a tener contenido. Amigos de la Tierra realiz¨® una manifestaci¨®n con una sierra mec¨¢nica gigante solicitando que se tire a la basura una declaraci¨®n que pide que se "desarrollen los bosques en vez de garantizar su conservaci¨®n".

Deforestaci¨®n

Estados Unidos ve as¨ª frustrada su intenci¨®n de hacer de los bosques el gran tema de la Cumbre de la Tierra. Sus esfuerzos para subir el rango de la declaraci¨®n hasta convertirla en un acuerdo no han dado resultado y el anuncio del presidente Bush de dedicar nuevos fondos (150 millones de d¨®lares anuales) a la conservaci¨®n de los bosques tropicales ha sido considerado por el Tercer Mundo como un intento de desviar la atenci¨®n de su negativa a firmar el tratado de biodiversidad."Una declaraci¨®n de bosques que tenga fuerza deber¨ªa ir acompa?ada de otras sobre desertificaci¨®n y sobre limitaci¨®n de emisiones, contaminantes", ha se?alado el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Jos¨¦ Goldenberg. En Brasil, el tema de los bosques provoca siempre grandes reacciones, por ser este pa¨ªs el que tiene una mayor extensi¨®n de selva tropical en la regi¨®n del Amazonas y haber recibido fuertes cr¨ªticas sobre las pautas de desarrollo aplicadas en esta regi¨®n.

El Grupo de los 77, que re¨²nea 129 pa¨ªses, incluida China, ha rechazado ya en las discusiones del texto de la declaraci¨®n las propuestas de vigilancia internacional de los bosques tropicales y la fijaci¨®n de l¨ªmites para el proceso de deforestaci¨®n. Tampoco est¨¢ dispuesto a que, como quer¨ªa Estados Unidos, los bosques sean considerados como recursos del mundo (por su papel en la reg¨²laci¨®n del clima como supuestos sumideros de anh¨ªdrido carb¨®nico y su riqueza biol¨®gica), en vez de recursos nacionales.

La declaraci¨®n de los bosques debe ser un complemento de la de biodiversidad, seg¨²n el director del Icona, Santiago Marraco, porque no se trata de hablar s¨®lo de madera sino de un uso racional de los recursos que permita la conservaci¨®n de los biotopos completos.

Se ha incluido en la Agenda 21, el plan de acci¨®n que surgir¨¢ de la Cumbre de la Tierra, el compromiso de convocar un comit¨¦ internacional sobre desertificaci¨®n, con especial atenci¨®n a la situaci¨®n en ?frica, que podr¨ªa dar lugar a un tratado espec¨ªfico sobre el tema. EE UU se opon¨ªa a este enfoque por considerarlo un problema regional. Dicho tratado, basado en el modelo de los convenios sobre biodiversidad o cambio clim¨¢tico firmados en R¨ªo de Janeiro, deber¨¢ estar preparado para junio de 1994.