El aire de la mayor¨ªa de las grandes ciudades es perjudicial, seg¨²n la ONU
P¨¦rdida de suelo f¨¦rtil, degradaci¨®n de la calidad de las aguas... El aire no pod¨ªa salir indemne del actual rumbo de la Tierra. La contaminaci¨®n de la capa atmosf¨¦rica est¨¢ ligada a la industrializaci¨®n y urbanizaci¨®n de las sociedades -es el gran problema de las ciudades, cuanto m¨¢s grandes, por ahora, peor- En este caso, nadie necesita recurrir a predicciones para sembrar la alarma. Los efectos son inmediatos sobre la salud humana. Desde el famoso smog hasta las lluvias ¨¢cidas, el diablo adopta caras diversas.
Actualmente, las ciudades de los pa¨ªses pobres deben absorber cada a?o m¨¢s de 80 millones de personas -con este ritmo, la poblaci¨®n urbana ser¨¢ dentro de 40 anos el doble que la rural en estos pa¨ªses- Todas las grandes metr¨®polis est¨¢n amenazadas por los mismos problemas: monta?as de basuras de desechos, contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, ruidos ambientales... Comunicaciones, transporte, servicios y suministro de agua se ven desbordados. Adem¨¢s, la cultura del asfalto en el Tercer Mundo va acompa?ada de graves problemas sociales. Seg¨²n Mostafa Tolba, director del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, "alrededor de un tercio de la poblaci¨®n urbana de los pa¨ªses en desarrollo vive en tugurios y barrios de chabolas, compartiendo un medio ambiente lamentable".En ciudades como Los ?ngeles -donde m¨¢s de 9.000 toneladas de productos contaminantes entran a diario en contacto con la atm¨®sfera-, M¨¦xico, El Cairo, Lagos, Par¨ªs, Atenas, Madrid y la propia sede de la Cumbre de la Tierra, R¨ªo de Janeiro, el aire presenta una calidad inaceptable, seg¨²n los ¨²ltimos informes de la ONU. ?xidos de azufre y de nitr¨®geno, mon¨®xido de carbono, hidrocarburos y plomo son las principales sustancias enrarecedoras del ambiente y de los pulmones. Y es que aqu¨ª no cabe hablar de predicciones a corto o largo plazo; todas estas sustancias tienen efectos inmediatos y directos sobre la salud humana.
El coche -que la gente sigue asociando con el progreso- se ha vuelto en uno de los grandes enemigos del hombre. Se calcula que circulan por el mundo m¨¢s de 400 millones, y se dice que cuando pa¨ªses como India o China hagan uso del autom¨®vil con la misma intensidad que se hace ahora en los pa¨ªses desarrollados la situaci¨®n ser¨¢ insostenible. La actividad industrial, aparte de ser la gran responsable del cambio clim¨¢tico, es otra gran agresora del aire limpio; especialmente algunos sectores, como qu¨ªmicas, papeleras, sider¨²rgicas, cementeras y centrales t¨¦rmicas. Una de las grandes reivindicaciones de las organizaciones ecologistas no es el cierre de industrias, sino que las empresas dediquen sus plusval¨ªas a la investigaci¨®n de tecnolog¨ªas limpias. Espa?a tiene varios buenos ejemplos de agentes muy contaminantes: desde la papelera Sniace (Cantabria) y la sider¨²rgica Ensidesa (Asturias) hasta las centrales t¨¦rmicas As Pontes de Garc¨ªa Rodr¨ªguez (La Coru?a) y Andorra (Teruel).
No todo es negro. Los esfuerzos e inversiones han conseguido algunos logros en ciudades como Londres, que elimin¨® su smog, y Tokio. Pero la contaminaci¨®n va tomando formas nuevas. Una de las m¨¢s conocidas ¨²ltimamente, y que m¨¢s ha servido para difundir im¨¢genes apocal¨ªpticas, son las lluvias ¨¢cidas -espectacular irrupci¨®n de los elementos producidos por la actividad humana en el engranaje natural del planeta-. Empezaron afectando a los pa¨ªses n¨®rdicos para extenderse por Brasil, India, China... Estudios realizados en EE UU y Suecia indican que la lluvia es ahora 10 veces m¨¢s ¨¢cida de lo normal y que ha producido desde la defoliaci¨®n de los bosques (el 35% de los bosques europeos ha sido da?ado por este fen¨®meno) hasta la muerte de todos los peces en lagos escandinavos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.