"Una decisi¨®n monstruosa"

Tres de los miembros del Tribunal Supremo votaron en contra de la pol¨¦mica sentencia. Uno de ellos, el juez John Paul Stevens, dijo que la decisi¨®n era un mal ejemplo para otros pa¨ªses del mundo. "Sospecho que la mayor¨ªa de los jueces del mundo civilizado lamentar¨¢n profundamente la monstruosa decisi¨®n que este tribunal ha tomado hoy. Todas las naciones que ' tienen inter¨¦s en preservar la ley se ver¨¢n afectadas, directa o indirectamente, por una medida de esta naturaleza", opin¨® el juez Stevens, a quien se sumaron Harry Blackmun y la ¨²nica mujer que integra el Tribunal, Sandra Day O'Connor. Entre los que votaron a favor se encuentra el juez Clarence Thomas, el ¨²ltimo de los jueces que se integr¨® a un tribunal renovado en los tiempos de Reagan y Bush, y que hoy tiene un claro predominio conservador.

El presidente del Tribunal, William Relinquist, explic¨® que en el caso del m¨¦dico mexicano Humberto ?lvarez-Macha¨ªn su secuestro no viola el tratado de extradici¨®n con M¨¦xico, firmado en 1980, porque ese convenio no hac¨ªa referencia expl¨ªcita a los casos de detenciones de ciudadanos mexicanos en suelo mexicano.

El juez Stevens rebati¨® ese argumento afirmando que, tal como Rehnquist lo entiende, el Gobierno norteamericano puede torturar o asesinar individuos fuera de sus fronteras, simplemente porque las leyes y tratados internacionales no lo proh¨ªben expresamente.

Fuentes de la Administraci¨®n norteamericana afirmaron que ninguno de los 103 tratados de extradici¨®n que actualmente este pa¨ªs tiene firmados con otras tantas naciones proh¨ªben el derecho a detener a un sospechoso fuera de las fronteras de Estados Unidos.