"El socialismo nos enga?¨® y despu¨¦s nos mutil¨®"
Miles de lisiados de la guerra de Afganist¨¢n viven en la miseria tras el fin de la URSS
, Las secuelas de la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n contin¨²an tres a?os despu¨¦s de la salida de las ¨²ltimas tropas del pa¨ªs asi¨¢tico. La miseria y el desamparo en que qued¨® la mayor¨ªa de los 300.000 soldados que participan en aquella generado un trauma de graves consecuencias, cuyo m¨¢ximo exp¨°nente son 15.000 muertos y 30.000 inv¨¢lidos,tr¨¢gico saldo de la intervenci¨®n. Un rupo de estos mutilados se recupera desde 1990 en un hospital de La Habana. Con los ojos cargados de ira, piden ayuda y exigen juicios contra "la c¨²pula comunista" que destroz¨® sus vidas.
"El socialismo nos enga?¨®, despu¨¦s nos mutil¨® y ahora nos ha abandonado. ?Qui¨¦n va a pagar por ello?", dice Oct¨®i Fedulaiev, un azer¨ª de 26 a?os, principal responsable del grupo de 13 mutilados de varias rep¨²blicas que desde hace tres meses recibe tratamiento en el Hospital Ortop¨¦dico Frank. Pa¨ªs, de La Habana.Como ¨¦l, 400 afganos han pasado por este hospital en dos a?os, de los que m¨¢s de la mitad han necesitado protesis de pies, piernas y brazos. En el Frank Pa¨ªs reciben tambi¨¦n tratamiento psiqui¨¢trico, pues el trauma de la guerra y lo sucesos de la URSS les has afectado tanto como su mutilaci¨®n f¨ªsica.
Una de las cosas que m¨¢s les duele es la forma en que fueron enviados a Afganist¨¢n. "Yo ten¨ªa 18 a?os, recuerda Oct¨®i, "y hab¨ªa recibido s¨®lo dos meses de entrenamiento militar. Una ma?ana de 1984, nos dijeron: 'Subid a los camiones, que vamos a realizar las maniobras n¨²mero 80'. Un d¨ªa despu¨¦s est¨¢bamos en Afganist¨¢n. Ahora... Mirame".
El 25 de abril de 1985, en las cercanias de Kabul, Oct¨®i pis¨® una mina y perdi¨® la pierna derecha y el ojo izquierdo. Esto se ha traducido en interminables pesadillas. "Por las noches me despierto ba?ado en sudor y veo mi pierna ensangrentada a un metro de m¨ª en el lugar de la explosi¨®n", afirma, y el odio y el horror se mezclan en su garganta.
Sin embargo, lo peor para ellos es la dificil situaci¨®n econ¨®mica en que se encuentran tras la destrucci¨®n de la URSS. "Antes cobr¨¢bamos una pensi¨®n de 97 rubios y con eso nos alcanzaba para algunas cosas. Unos zapatos costaban 25 rublos. Ahora recibimos 865 y los mismos zapatos cuestan 500 rublos. Nadie se ocupa de nosotros. As¨ª no se puede vivir", enfatiza Eugenie Ilinieg, un joven de Vladivostok.
Seg¨²n los veteranos de Afganist¨¢n, "Mija¨ªl Gorbachov es culpable de la destrucci¨®n de la URSS, de la crisis y de los compa?eros mutilados". "Por eso, debe ser juzgado y condenado junto a toda su banda", dice Chingis Mamedov, un azer¨ª de Bak¨², negando que fuera el ex presidente sovi¨¦tico quien tom¨® la decisi¨®n de evacuar las tropas de Afganist¨¢n. "?l estaba en el Politbur¨® cuando se orden¨® la invasi¨®n, y la aprob¨®".
Los lisiados que reciben atenci¨®n m¨¦dica en el Frank Pa¨ªs no son los ¨²nicos ex combatientes de Afganist¨¢n en Cuba. Seis oficiales de la Brigada Militar destacada por la extinta URSS en la isla desde la crisis de los misiles, en 1962, son tambi¨¦n veteranos de aquella guerra.
Andr¨¦i Marshankin, agregado militar de Rusia en Cuba, afirma que los mutilados van peri¨®dicamente a las instalaciones de la brigada y all¨ª disfrutan de la sauna, del borsch [caldo t¨ªpico ruso] y del pan de trigo que prepara nuestro cocinero ruso".
Recelos
Durante sus visitas a la brigada, los lisiados han tenido contacto con la tropa y han podido percibir el recelo de soldados y oficiales ante la idea del desmantelamiento de su misi¨®n militar en Cuba. "Muy pocos quieren volver. Saben que sus compa?eros desmovilizados de la Europa del Este viven ahora en barracones", asegura Oct¨®i Fedulaiev.Ajenos a estos tejemanejes pol¨ªticos, desde una sala de recreo en el hospital donde se recuperan, Oct¨®i y sus compa?eros ven, v¨ªa sat¨¦lite, el informativo Vremia de la televisi¨®n rusa. Uno de los mutilados dice que recientemente apareci¨® en la pantalla el dushman Ahmad Sha Masud, hoy ministro de Defensa de Afganist¨¢n y antes uno de los principales guerrilleros que lucharon contra las tropas sovi¨¦ticas.
"En realidad Sha Masud no era el dushman, los dushmanes [los enemigos] de Afganist¨¢n ¨¦ramos nosotros. Ellos combat¨ªan por su tierra", dice Oct¨®i. Y concluye: "Al igual que el pueblo afgano, nosotros somos v¨ªctimas del socialismo, que nos llev¨® enga?ados a una guerra injusta y ahora nos abandona".
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