Cantantes y marionetas
Las grandes creaciones oper¨ªsticas pueden adoptar mil formas de representaci¨®n; la de los mu?ecos o marionetas es una de ellas, con larga tradici¨®n en lo que podr¨ªamos denominar pa¨ªses mozartianos, desde Salzburgo a Praga. Me parece excelente que el Festival Mozart nos haya dado Las bodas de F¨ªgaro en una magn¨ªfica realizaci¨®n marionet¨ªstica del Teatro Nacional de Bratislava, que dirige Juraj Hrubant, apoyada en una excelente interpretaci¨®n musical directa.Protagoniz¨® la condesa una cantante de tanta categor¨ªa como es la eslovaca Luc¨ªa Popp, que une a su belleza vocal una elegancia de estilo en la que se funden pureza y persuasi¨®n; fue delicioso cherubino la finlandesa M¨®nica Groop, que sustituy¨® a la anunciada Diana Montagueu y que, como la neoyorquina Gweridolyn Bradley, en su papel de Susana, hicieron algo m¨¢s que una versi¨®n de m¨¦rito, pues podr¨ªa hablarse de una creaci¨®n viva de sustancialIdad teatral tan patente como lo est¨¢ en los pentagramas de Mozart. Siempre convence el zaragozano Carlos Chausson, quien al abordar el F¨ªgaro lo hizo desde un punto de vista clarificador en cuanto a las diferencias con que vieron al mismo personaje un Mozart y un Rossini. Don Basilio, encarnado por el eslovaco Peter Oswald, y el doctor Bartolo, asumido por su compatriota Peter Mikulas, completaron un cuadro protagonista de gran clase.
Festival Mozart (Scherzo/
Fundaci¨®n Caja Madrid).Las Bodas de F¨ªgaro Por el Teatro Nacional de la ¨®pera de Bratislava. Director musical: J. Alaxa. Teatro Alb¨¦niz. Madrid, 18 de junio.
Hab¨ªa otro equipo de virtuosos: los mimos, que no son sino quienes mueven, a ojos vistas, las marionetas; ocho dominadores de su original oficio de tanto poder sugerente que por momentos se interpon¨ªa entre la audici¨®n de las hermosas p¨¢ginas de Las bodas. Y es que la partitura de Mozart tiene demasiado poder como para admitir, sin m¨¢s, la interposici¨®n de los juegos de un perrito. Quiz¨¢ es el ¨²nico reparo posible a la realizaci¨®n de los bratislavos: falta de una absoluta y total identificaci¨®n con la m¨²sica que incluye un saber detenerse en ciertos momentos para dejar que las grandes voces ocupen el primer plano.
Protesta inicial
Apenas puede hablarse de escenograf¨ªa, aun cuando el ¨²nico tel¨®n de fondo fuera adecuado, pero s¨ª del talento del director esc¨¦nico, Milan Sladek, cuya actuaci¨®n como mimo- conductor de la representaci¨®n podr¨ªa suprimirse sin que se perdiera nada, pues tiene un car¨¢cter acusadamente a?adido. El d¨ªa de la representaci¨®n se produjo una protesta inicial debida a la sorpresa de quienes no estaban bien informados de lo que se les ofrec¨ªa, ya que la publicidad no hac¨ªa alusi¨®n a la naturaleza del montaje. Fue un error de los organizadores, largamente compensado por las ovaciones tributadas a este singular F¨ªgaro mozartiano.
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