Los cambios demogr¨¢ficos en la regi¨®n de Madr¨ªd
El ¨ªndice de fecundidad sigue cayendo en la Comunidad de Madrid y progresa en la misma medida el envejecimiento de la poblaci¨®n. Los autores de este art¨ªculo proponen, en consecuencia, una pol¨ªtica de vivienda que evite la huida de los m¨¢s j¨®venes, creaci¨®n de infraestructuras para el cuidado de los m¨¢s mayores y unas previsiones sobre los cambios que acarrear¨¢ la afluencia de inmigrantes extranjeros.
La poblaci¨®n de la Comunidad de Madrid, en la fecha del censo (1-3-1991), era de 4.946.551 habitantes, muy poco por debajo de los cinco millones, cifra que se alcanzar¨¢ al inicio de 1993. Aunque reducido, el crecimiento demogr¨¢fico de estos ¨²ltimos cinco a?os (un 0,7% de media anual) ha sido netamente superior al del quinquenio anterior (un 0,4%), interrumpi¨¦ndose as¨ª la tendencia observada desde mediados de los a?os setenta.Comparando los dos ¨²ltimos quinquenios, el n¨²mero de nacimientos ha disminuido un 16%, pasando de 311.485 a 262.000. El ¨ªndice de fecundidad ha seguido cayendo en. nuestra regi¨®n, llegando a 1,32 hijos por mujer en 1990. Por otra parte, debido al incremento de poblaci¨®n de m¨¢s edad, el numero de defunciones ha pasado de 150.719 a 163.000. El balance entre nacimientos y defunciones durante el quinquenio 1986-1990 -representa casi 100.000 habitantes m¨¢s, lo que equivale a un crecimiento natural anual del 0,4%.
En el quinquenio 1981-1986, la Comunidad de Madrid registr¨® una emigraci¨®n neta de 67.089 personas, es decir, que las salidas hacia el resto de Espa?a y al extranjero superaron a las entradas en esa cifra.. En el ¨²ltimo quinquenio se ha invertido la tendencia, produci¨¦ndose un saldo migratorio positivo de aproximadamente la misma cuant¨ªa: alrededor de 67.000 personas. Este resultado ha sorprendido a los especialistas. Las previsiones de hace cinco a?os anticipaban un estancamiento, e incluso una disminuci¨®n, de la poblaci¨®n de la Comunidad de Madrid, atribuible, por una parte, a la previsible persistencia de la baja fecundidad, lo que efectivamente ha ocurrido, y por otra, a la intensificaci¨®n del saldo migratorio negativo; esto es lo que se ha verificado. Ser¨¢ necesario analizar las' caracter¨ªsticas de ese saldo migratorio.
La poblaci¨®n del municipio de Madrid, por el contrario, ha seguido disminuyendo, aunque a un ritmo no s¨®lo inferior al del quinquenio anterior, tambi¨¦n menor del esperado La poblaci¨®n de la capital era, en el momento censal, de 3.010.492, lo que supone 47.690 habitantes menos que cinco a?os antes. Llama la atenci¨®n, en primer lugar, el exiguo crecimiento natural que ha experimentado el municipio: menos de 18.000 personas en cinco a?os, es decir, un 70% menos que en el quinquenio anterior. La vertiginosa ca¨ªda del crecimiento natural, 130.858 en el periodo 1976-1980, 61.373 en el quinquenio 1981-1985 y 18.000 en este ¨²ltimo, se debe, junto al ligero aumento del n¨²mero de defunciones, a la r¨¢pida y contundente disminuci¨®n de los nacimientos (de 182.400 en 1981-1985 a 138.600 en 1986-1990), que, adem¨¢s de la tendencia general a la baja de fecundidad, refleja el efecto de la emigraci¨®n selectiva de j¨®venes parejas que han fijado su residencia en otros pueblos y ciudades de la Comunidad.
Este escaso crecimiento natural no puede compensar el saldo migratorio negativo de la capital, que ha sido de algo m¨¢s de 65.000 personas en los a?os 1986-1991. Hay que resaltar, sin embargo, que el saldo migratorio negativo es muy inferior al del quinquenio anterior, que fue de 162.000 personas. Tambi¨¦n en este caso ser¨ªa prematuro adelantar conclusiones sin disponer de todos los datos, pero esta ' evoluci¨®n se?ala, sin duda, la coexistencia de los efectos de la recuperaci¨®n econ¨®mica del ¨²ltimo quinquenio y de la crisis de la vivienda.
El peso de la capital
La evoluci¨®n observada en el ¨²ltimo quinquenio confirma el proceso de redistribuci¨®n de la poblaci¨®n que se est¨¢ produciendo en la regi¨®n madrile?a. La capital, que representaba el 74,7% de la poblaci¨®n de la provincia en 1.975 y el 64% en 1986, representa s¨®lo el 60,9% en 1991. Por otra parte, el 82% del crecimiento natural de la Comunidad en los ¨²ltimos cinco anos se ha producido fuera de Madrid, lo que, junto al saldo migratorio negativo del municipio indica que su peso relativo se reducir¨¢ a¨²n m¨¢s en los pr¨®ximos a?os.
El ¨¢rea metropolitana, en su conjunto, crece un 2,7% en cinco a?os (0,6% de promedio anual), debido al fuerte incremento de la poblaci¨®n de la corona metropolitana (el ¨¢rea sin Madrid), que aumenta en un 12% (2,4% de promedio anual). En el ¨²ltimo quinquenio se produce un hecho nuevo: el crecimiento de la poblaci¨®n que vive fuera del ¨¢rea metropolitana (un 14%) es superior al observado en la corona metropolitana. Con la excepci¨®n de Rivas Vaciamadrid, que triplica su poblaci¨®n, los mayores incrementos del quinquenio 19861990 se producen en los municipios del oeste y noroeste de la Comunidad: Boadilla del Monte (89,7%), Las Rozas (68,8%), Villaviciosa de Od¨®n (62,3%), Brunete (54,1%) y Villanueva de la Ca?ada (52,9%) tienen muy altas tasas de crecimiento, superiores a las del quinquenio precedente. Otros municipios de esa zona, como Villanueva del Pardillo (41,6%) y Majadahonda (15,9%), mantienen altos ¨ªndices de crecimiento, aunque por debajo de los alcanzados en el quinquenio anterior.
La poblaci¨®n de la zona sur crece un 7,6% en cinco a?os, tasa inferior a la media de la corona metropolitana e inferior a la observada en el quinquenio anterior. El crecimiento de Fuenlabrada, el m¨¢s elevado de la zona, con ser importante (20,8%), se ha reducido a menos de la mitad de lo que fue en el quinquenio precedente.
La redistribuci¨®n de la poblaci¨®n de la Comunidad aparece como un proceso m¨¢s complejo que la simple reducci¨®n del peso relativo del municipio central, dibujando una senda de reequilibrio m¨²ltiple entre las zonas m¨¢s perif¨¦ricas y el ¨¢rea metropolitana, entre municipios peque?os y grandes y entre la zona sur y otras zonas, especialmente del noroeste. Se configura progresivamente de esta manera un territorio con un mayor nivel de integraci¨®n. La regi¨®n urbana tiende a extenderse al conjunto de la Comunidad.
Desde un punto de vista demogr¨¢fico, lo m¨¢s notable es el progresivo envejecimiento de la poblaci¨®n de la Comunidad. El porcentaje de mayores de 60 a?os ha pasado del 13,1% en 1981 al 16,9% en 1991, mientras que la proporci¨®n de j¨®venes menores de 20 a?os se reduc¨ªa del 35,3% al 28,0%, y el porcentaje de adultos (entre 20 y 60 a?os) se incrementaba del 51,7% al 55,1%.En el grado de envejecimiento existen grandes diferencias en el seno de la Comunidad. En la capital viven m¨¢s de las tres cuartas partes de las'personas mayores de la Comunidad y s¨®lo la mitad de sus j¨®venes. Hay que destacar que, durante toda la d¨¦cada de los ochenta, el grupo de mayores crece menos en el municipio de Madrid que en el resto de la Comunidad, como consecuencia de una cierta emigraci¨®n de personas mayores al resto de la regi¨®n. Sin embargo, el envejecimiento de la poblaci¨®n de la capital se acent¨²a por efecto de la disminuci¨®n de los nacimientos y de los grupos m¨¢s j¨®venes.
Una caracter¨ªstica general del proceso de envejecimiento demogr¨¢fico es la importancia creciente de los m¨¢s viejos. Mientras que el conjunto de los mayores de 60 a?os ha aumentado en un 17% entre 1986 y 1991, el n¨²mero de mayores de 85 a?os se ha incrementado en un 36%. El grupo de los mayores de 75 a?os, el m¨¢s necesitado de atenci¨®n sanitaria y social, est¨¢ formado por unas 240.000 personas, casi el 5% de nuestra poblaci¨®n. Estos simples datos dan idea del importante reto que se plantea a la ,pol¨ªtica de la tercera edad en nuestra Comunidad.
Algunas conclusiones
1. El mayor equilibrio demogr¨¢fico y la descentralizaci¨®n creciente en el conjunto de la Comunidad han ido acompa?ados de un envejecimiento alarmante del ¨¢rea central y de la capital en su conjunto.
Las tendencias del mercado de la vivienda y la terciarizaci¨®n deber¨¢n ser combatidas con pol¨ªticas de vivienda para j¨®venes y recualificaci¨®n de las viviendas del ¨¢rea central, si se quiere evitar que el centro se convierta en una gigantesca residencia de ancianos trufada de variopintos locales y oficinas.
2. La ca¨ªda de la fecundidad, muy por debajo del denominado nivel de reposici¨®n y pese a la leve inmigraci¨®n detectada, conduce a un envejecimiento que habr¨¢ de ser abordado con pol¨ªticas, especialmente para la llamada cuarta edad, en donde se impliquen no s¨®lo las Administraciones p¨²blicas, tambi¨¦n las familias y una iniciativa privada capaz de suministrar calidad en estos servicios.
3. Una estructura poblacional como la madrile?a: urbana, envejecida, con niveles crecientes de cualificaci¨®n en su poblaci¨®n aut¨®ctona, es ya polo de atracci¨®n para inmigrantes extranjeros, lo que plantear¨¢ problemas culturales y pol¨ªticos de indudable calado en un futuro no lejano.
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