Una explosi¨®n fortuita destruye al almac¨¦n de los artificieros de la polic¨ªa en Madrid

JES?S DUVA, Una fuerte explosi¨®n registrada en el mayor complejo policial de Madrid despert¨® a las 7.27 de ayer a los vecinos del distrito de Hortaleza. Los primeros informes sostienen que la causa del siniestro fue la "acumulaci¨®n de gases desprendidos del material explosivo" que ten¨ªan almacenado los artificieros del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. Fuentes oficiales han descartado que la explosi¨®n se debiera a un ataque externo de un comando terrorista. No hubo heridos. La explosi¨®n pudo estar motivada por unos detonadores almacenados el d¨ªa anterior o por los gases desprendidos del material acumulado.

El agente Ferreras, que se hallaba muy cerca del lugar del siniestro, jam¨¢s hab¨ªa corrido tanto como ayer, en medio de una incesante lluvia de cascotes. En su huida se encontr¨® con una empleada de la lavander¨ªa situada dentro del complejo policial. El operario que maneja la elevada gr¨²a que se alza sobre el edificio que dentro de unos meses ser¨¢ la sede de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n (antiterrorista) se resist¨ªa a volver a su puesto, tras haber visto c¨®mo le pasaban rozando los trozos de hormig¨®n.El complejo policial de la carretera de Canillas -el mayor de la capital de Espa?a- se convirti¨® inmediatamente en un hervidero de polic¨ªas, bomberos y ambulancias. Pero no se registr¨® ni un herido leve, pese a las lenguas de fuego ocasionadas por la deflagraci¨®n y el lanzamiento de cascotes causado por la onda expansiva.

La detonaci¨®n pudo ser escuchada a cuatro kil¨®metros de distancia y sus efectos se hicieron patentes en un radio de 500 metros. "Ha sido milagroso que no haya habido muertos", coment¨® un polic¨ªa jubilado. Un Opel Kadett, matr¨ªcula M3379-HU, perteneciente a otro vecino de la misma calle, ten¨ªa el maletero destrozado por dos cascotes de m¨¢s de tres kilos de hormig¨®n. El Seat 124 matr¨ªcula M-4468-BT, propiedad de una azafata, ten¨ªa el maletero destrozado por un cascote que vol¨® sobre varios bloques de siete plantas.

Seg¨²n comentarios policiales, en el almac¨¦n de los Tedax (T¨¦cnicos en desactivaci¨®n de explosivos) se encontraban depositados 179 kilos de explosivo pl¨¢stico C-4, decomisados en noviembre de 1989 en Valencia a un grupo de chiitas libaneses de Hezbol¨¢. Sin embargo, Manuel Jim¨¦nez, portavoz de la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa, tranquiliz¨® a los vecinos al afirmar que en el complejo no se acumulan grandes lotes de explosivos, sino "peque?as cantidades para hacer pr¨¢cticas".

La explosi¨®n se produjo en el almac¨¦n de los artificieros, rematado por dos chimeneas de hormig¨®n que salieron volando en pedazos a varios cientos de metros de distancia. Nadie ha explicado por qu¨¦ se produjo la deflagraci¨®n, aunque diversas fuentes apuntan a que el explosivo acumulado pudo exudar y formar los gases que propiciaron la detonaci¨®n. La polic¨ªa investigar¨¢ si ha habido alg¨²n tipo de negligencia.

Dos horas despu¨¦s del siniestro, los bomberos lanzaban sobre el edificio miles de litros de agua para apagar las llamas y evitar nuevas explosiones. El portavoz de la polic¨ªa minimiz¨® la importancia del accidente diciendo que "ni siquiera se rompieron los cristales" de las oficinas de los Tedax.