Havel denuncia un plan de Meciar y Klaus para dividirse el 'aparato' estatal
J. M. MART? FONT, ENVIADO ESPECIAL
V¨¢clav Havel, el presidente de Checoslovaquia, denunci¨® ayer un acuerdo secreto entre los vencedores de las pasadas elecciones, el checo V¨¢clav Klaus y el eslovaco Vlad¨ªmir Meciar, para repartirse el aparato del Estado, que va mucho m¨¢s all¨¢ del que ambos, presentaron la semana pasada para la formaci¨®n del Gobierno federal. Havel descart¨® de nuevo la posibilidad de retirar su candidatura a la presidencia, que el Parlamento debe votar esta semana, decisiva para el futuro del pa¨ªs.
Las declaraciones de Havel -que se han convertido en una tradici¨®n dominical- llegan justo despu¨¦s del anuncio, el s¨¢bado por la noche, de que el nuevo Gobierno federal -formado por el Partido Democr¨¢tico C¨ªvico (ODS), de Klaus, y el Movimiento para una Eslovaquia Democr¨¢tica (HZDS), de Meciar, pero en el que no figuran ni Klaus ni Meciar- constar¨¢ de 10 miembros, cinco de cada partido, y tendr¨¢ un primer ministro checo -posiblemente, el actual vicepresidente del Gobierno checo, Jam Strasky-, mientras que el Ministerio de Exteriores recaer¨¢ en un eslovaco.
Sin embargo, y pese a que Meciar asegur¨® p¨²blicamente que hab¨ªan comunicado a Havel los nombres de los futuros ministros del Gobierno, ayer lo neg¨® el presidente. "Lo que m¨¢s me preocupa", dijo, "es que se supon¨ªa que yo ya deber¨ªa saber a qui¨¦n tengo que encargar la formaci¨®n del nuevo Gabinete, y, de repente, todo se ha aplazado". Seg¨²n ¨¦l, Klaus y Meciar intentan "alcanzar pactos que est¨¢n al margen del acuerdo pol¨ªtico sobre la formaci¨®n del Gobierno".
En un alarde de ingenuidad pol¨ªtica -en el mejor sentido de la palabra-, Havel se refiri¨®, a continuaci¨®n, a "las habladur¨ªas sobre que el presidente del Tribunal Supremo sea un eslovaco", dando a entender que hab¨ªa sido informado de esta eventualidad, tal vez a cambio de su reelecci¨®n. "Esto es muy preocupante", se?al¨®, "ya que se trata del principio b¨¢sico de la divisi¨®n de poderes en el Estado, y estar¨ªamos como en el pasado, obligando a los jueces a depender de un partido". Para Havel, ser¨ªa "la bola de nieve que se puede convertir en un alud".
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