Francia est¨¢ orgullosa de Mitterrand

Francia se siente orgullosa de su presidente. Por primera vez en mucho tiempo, una iniciativa de Fran?ois Mitterrand ha conseguido la aprobaci¨®n de la inmensa mayor¨ªa de sus compatriotas. El adjetivo "valiente", aplicado a la visita de Mitterrand a Sarajevo, era empleado ayer por los l¨ªderes socialistas y los de la oposici¨®n de derechas, por el fil¨®sofo Bernard-Henri L¨¦vy y los clientes de los caf¨¦s populares, el editorialista de Le Monde y los estudiantes que se presentaban al examen de bachillerato.

Nadie se hac¨ªa demasiadas ilusiones sobre las consecuencias pr¨¢cticas de la ruptura mitterrandiana del bloqueo de la capital bosnia. Pero todo el mundo subrayaba que, por simb¨®lico, individualista o medi¨¢tico que hubiera sido, ese "beau geste" constituy¨® un b¨¢lsamo para la ciudad martirizada y una lecci¨®n para las cautas diplomacias europeas y occidentales.

"Un gran hombre es el resultado del encuentro de una gran personalidad y una sicuaci¨®n excepcional", suele decir Mitterrand pensando en su ilustre predecesor, el general De Gaulle, que garantiz¨® su paso a la Historia al negarse a aceptar la rendici¨®n francesa frente al III Reich. Toda la carrera de Mitterrand ha estribado en la b¨²squeda de esa "situaci¨®n excepcional".

La guerra del Golfo no lo fue. Mitterrand tuvo que limitarse a desempe?ar un papel de comparsa. Antes y despu¨¦s, el presidente franc¨¦s dej¨® escapar ocasiones memorables desde la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn al comienzo de los conflictos en la antigua Yugoslavia. Empezaba a pensarse que Mitterrand perd¨ªa todos los trenes.

Pero no. Sinceramente conmovido por los relatos sobre el sufrimiento de Sarajevo, Mitterrand rejuveneci¨® el pasado fin de semana.