Sin sombra en la que cobijarse
La situaci¨®n en la que desemboc¨® la transici¨®n democr¨¢tica argelina en enero pasado. gener¨® una importante crisis de legitimidad que, junto a la grave situaci¨®n socioecon¨®mica, abri¨® un periodo de no menores riesgos pol¨ªticos, aunque de distinta ¨ªndole, que los que se vaticinaban para una Argelia que hubiese continuado con el proceso electoral.La fulminante dimisi¨®n del presidente Chadli Benyedid, la interrupci¨®n de las elecciones y la adopci¨®n de una v¨ªa pol¨ªtica extraordinaria inauguraron una gran inestabilidad institucional con un Alto Comit¨¦ de Estado (ACE) que, a falta de legitimidad constitucional, trat¨® de reagrupar las legitimidades hist¨®ricas y simb¨®licas del pa¨ªs. Y es ah¨ª donde Mohamed Budiaf se perfil¨® como un perfecto candidato para encabezar dicha instituci¨®n, siendo como era uno de los nueve hist¨®ricos que prepararon en 1954 la insurrecci¨®n armada contra la ocupaci¨®n francesa, pero cuyas desavenencias con el FLN tras la guerra de la independencia le llevaron al exilio hasta enero de 1992. Budiaf representaba el FLN original y m¨ªtico, pero era ajeno al r¨¦gimen que tras 30 a?os de gobierno es blanco del descr¨¦dito y rechazo popular.
A la ausencia de Parlamento, a la creaci¨®n de un Consejo Consultivo Nacional, de atribuciones muy imprecisas, y a una legislaci¨®n dominada por el decreto ley se les unieron otros factores sociol¨®gicos de gran relevancia que han conformado la fr¨¢gil inestabilidad de la Argelia que hace unos d¨ªas ha presenciado el asesinato de la persona que asum¨ªa la jefatura del Estado.
Entre esos factores habr¨ªa que resaltar, por un lado, el malestar de la mayor¨ªa de la sociedad (que no es ni la que ha respirado con la intervenci¨®n militar ni la que ha expresado un voto FIS ideol¨®gico) al ver c¨®mo se romp¨ªa la comunicaci¨®n entre gobernantes y gobernados tras las expectativas creadas en octubre de 1988, a la vez que la siempre anunciada reactivaci¨®n econ¨®mica no logra superar las trabas del centralismo burocr¨¢tico, atraer inversi¨®n extranjera y mejorar sus malas condiciones de vida.
C¨²pula enfrentada
Por otro lado, desde enero, Argelia ha vivido una gran escalada del clima de tensi¨®n, consecuencia de la din¨¢mica represi¨®n-violencia que ha generado la persecuci¨®n y reclusi¨®n masiva de islamistas y el surgimiento de un fen¨®meno terrorista que reclama con las armas una legitimidad democr¨¢tica frustrada.
Mientras tanto, la clase pol¨ªtica argelina se desgarra en un enfrentamiento a diversos niveles: apoyo o rechazo a las nuevas instituciones, integraci¨®n del FIS o no en la escena pol¨ªtica, pacto nacional entre las diferentes fuerzas pol¨ªticas o asimilaci¨®n al Reagrupamiento Patri¨®tico Nacional, partido pol¨ªtico que Budiaf aspiraba a constituir a fin de proveerse de una base social que le faltaba.
Sin embargo, obsesionados por su relaci¨®n con el poder, por su mutua descalificaci¨®n, los partidos pol¨ªticos no se dedican plenamente a la ciudadan¨ªa y no se emplean en tratar de crear la necesaria alternativa distinta del FIS y de lo que podr¨ªa llamarse el orden de siempre.
?Por qu¨¦ han matado a Budiaf? Si se piensa en una presunta autor¨ªa islamista, el magnicidio es un claro ataque frontal contra el sistema y una forma muy efectiva de mostrar su oposici¨®n al r¨¦gimen. Lo que, adem¨¢s, estar¨ªa mostrando una sorprendente capacidad de filtraci¨®n del islamismo en los ¨®rganos de seguridad del Estado. En este sentido, el comentado paralelismo con el atentado sufrido por el presidente egipcio Anuar el Sadat en 1981 no s¨®lo estar¨ªa amparado por la similitud del procedimierito (e incluso de la elecci¨®n de las fechas entorno a las fiestas nacionales), sino, y lo que es m¨¢s importante, por ser la misma lamentable consecuencia de lo que, salvando las distancias, han sido dos estrategias pol¨ªticas con respecto al islamismo que tienen mucho que ver entre s¨ª: impulsar su reactivaci¨®n primero y dar marcha atr¨¢s despu¨¦s. Eso ocurri¨® en el Egipto de Sadat y en la Argelia de Benyedid y Budiaf.
El fen¨®meno del clanSin embargo, otra de las conjeturas que se barajan sobre el atentado contra Budiaf es la que lo relaciona con intereses contrapuestos dentro de la propia estructura del poder. En este caso, el magnicidio tendr¨ªa que ver con un fen¨®meno que en absoluto es nuevo dentro de la din¨¢mica del poder en Argelia: el clan.
Por la propia g¨¦nesis del FLN, plataforma que integr¨® durante la guerra a casi todos los partidos nacionalistas argelinos, el poder en Argelia se caracteriz¨® desde 1962 por reunir un conglomerado de tendencias que, cuando las diferentes relaciones de poder y la red cl¨¢nica establecida lo permiten, se enfrentan desde dentro del propio sistema. De hecho, todos los cambios pol¨ªticos de los 30 a?os de la Argelia independiente han estado vinculados a reestructuraciones internas del poder: Ben Bella, Bumedian, enfrentamiento entre reformistas-benyedidistas y continuistas-bumedianistas que desemboc¨® en las transformaciones de 1989.
En este sentido, no faltan quienes apuntan que la rectitud de Budiaf y sus firmes promesas de investigar la corrupci¨®n, los abusos de poder y los enredos administrativos, a fin de generar confianza y credibilidad ciudadana, habr¨ªan supuesto un intento de modificar demasiado estructuras consideradas intocables.
De cualquier forma, si el paso de las especulaciones a la confirmaci¨®n sobre la autor¨ªa del asesinato tardar¨¢ en darse, sin embargo, el an¨¢lisis de tan lamentable suceso no debe retrasarse. El di¨¢logo, la conciliaci¨®n y las medidas necesarias para devolver la credibilidad a las instituciones y al r¨¦gimen no deben posponerse. Asimismo, Argelia, junto a la crisis econ¨®mica y del Estado, ha de hacer frente a su crisis de identidad. Budiaf lo expres¨® bastante claramente en uno de sus discursos: "Tambale¨¢ndose desde hace 30 a?os entre el socialismo y el capitalismo, entre el Occidente y el Oriente, entre el Este y el Oeste, entre la lengua francesa y la lengua ¨¢rabe, entre la tradici¨®n y la modernidad, entre la vuelta a las fuentes y los valores universales, nuestro pueblo no sabe ya bajo qu¨¦ sombra cobijarse" (23 de abril de 1992).
es profesora del departamento de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y codirectora del libro Elecciones, participaci¨®n y transiciones pol¨ªticas en el norte de Africa, ICMA, Madrid, 1991.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.