Merc¨¨ Sala, conductora de trenes
No es un secreto que me gusta conducir trenes. Desde que mi compromiso pol¨ªtico y empresarial circula por las v¨ªas del transporte he procurado descender con frecuencia del despacho para acercarme sobre el terreno a las circunstancias, inquietudes y satisfacciones que se registran en la cotidiana labor de canalizar las demandas de movilidad de la poblaci¨®n.Mis primeros contactos con las cabinas de los trenes se produjeron cuando presid¨ªa la Compa?¨ªa del Metro de Barcelona. Fue entonces cuando inici¨¦ un prolongado periodo de aprendizaje para la conducci¨®n de trenes, porque consideraba que conectar con una de las funciones esenciales del transporte -y tambi¨¦n con los trabajadores que ostentan esa responsabilidad- era una pr¨¢ctica provechosa.
Jam¨¢s he ocultado esta inclinaci¨®n, hasta el punto de que atesoro una bonita colecci¨®n de fotograf¨ªas al volante de trenes de metro, Cercan¨ªas e incluso en la cabina del AVE.
Desde que acced¨ª a la presidencia de Renfe, en abril de 1991, he proseguido ese largo cursillo para completar mi formaci¨®n como maquinista. Y te confieso que entre mis proyectos futuros no se encuentra ingresar en el cuerpo de maquinistas de Renfe, aunque no ser¨ªa ya la primera mujer en alcanzar un trabajo que la tradici¨®n discriminatoria que a¨²n anida en este pa¨ªs reservaba para varoniles m¨²sculos.
A lo largo de varios meses he completado mi formaci¨®n tanto te¨®rica como pr¨¢ctica, ¨¦sta ¨²ltima a bordo de las unidades 440 y 446 de Cercan¨ªas. Cuento con una autorizaci¨®n formalmente expendida por la unidad de negocio de Tracci¨®n, mas no por ser la presidenta de Renfe, sino por haber completado el cursillo de formaci¨®n que establece la normativa interna de la compa?¨ªa. Es m¨¢s, algunos compa?eros de mi promoci¨®n lograron el t¨ªtulo en apenas tres meses.
Lo ¨²nico que siento es que mis responsabilidades no me permitan dedicar m¨¢s tiempo para aprender a conducir otro tipo de trenes. Ahora bien, intentar¨¦ perfeccionar mi t¨¦cnica de conducci¨®n en los trenes de Cercan¨ªas y aprovechar al m¨¢ximo las ense?anzas que el monitor autorizado y el maquinista que siempre me acompa?an logren transmitirme. Aunque todos mis predecesores en la presidencia de Renfe condujeron trenes en alguna ocasi¨®n, su condici¨®n masculina les hurt¨® la posibilidad de apotar -desde la primera p¨¢gina de EL PA?S y en competencia con Maastricht y la reforma constitucional- por el acceso de la mujer a este tipo de trabajo. Si cada vez que conduzco un tren soy elevada a la categor¨ªa de noticia,
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bien recibido ser¨¢ tu peri¨®dico entre las mujeres que desean convertirse alg¨²n d¨ªa en maquinistas de Renfe.-
Merc¨¦ Sala, presidenta de Renfe
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