Argelia, militarizada
Tras la tr¨¢gica muerte de Mohamed Budiaf -primer jefe de Estado asesinado en el Magreb despu¨¦s de las independencias-, uno se siente tentado a decir que el nombre de su sucesor importa poco; en definitiva, Al¨ª Kafi no es m¨¢s que una m¨¢scara. En efecto, desde 1965, a?o en el que Huari Bumedian derrib¨® a Ahmed Ben Bella y ocup¨® su lugar, el Ej¨¦rcito no ha dejado de poseer, directa o indirectamente, el poder real.Fue Bumedian el creador del Ej¨¦rcito argelino durante la guerra de liberaci¨®n desencadenada el 1 de noviembre de 1954. Pero fue el Ej¨¦rcito el que cre¨® a Chadli Benyedid al imponerle como candidato del FLN, en 1979; fue ¨¦l el que lo destruy¨® al obligarle a. dimitir, el 11 de enero de 1992, porque pretend¨ªa cohabitar con el Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n para as¨ª mantenerse en la presidencia.
Y es tambi¨¦n el Ej¨¦rcito o, m¨¢s precisamente, sus jefes los que fueron a buscar a Mohamed Budiaf a Marruecos, donde dirig¨ªa una f¨¢brica de ladrillos familiar, para ponerle a la cabeza del Estado. A sus ojos, disfrutaba a la vez de legitimidad por haber formado parte de los nueve jefes hist¨®ricos que fundaron el FLN, y de una virginidad pol¨ªtica, puesto que, hostil a la instauraci¨®n del partido ¨²nico, se exili¨® en 1963 cuando Ben Bella prohibi¨® su movimiento, el Partido de la Revoluci¨®n Socialista (PRS).
?ntegro, dem¨®crata, modernista, este idealista intransigente pretend¨ªa "construir una sociedad solidaria y justa". ?Cometi¨® el error de pensar que le hab¨ªan llamado para hacer una reforma radical del sistema? Denunci¨® el fanatismo del FIS y logr¨® su ilegalidad. Pidi¨® cuentas al FI-N, pero ¨¦ste no ha devuelto los edificios, coches y bienes que se adjudic¨® desde 1962. Quer¨ªa que los aprovechados del r¨¦gimen pagaran sus culpas. ?Fue demasiado lejos en su voluntad de moralizar la vida p¨²blica al lograr, en mayo, la inculpaci¨®n y detenci¨®n por corrupci¨®n del general Mostef¨¢ Benllucif, ex secretario general del Ministerio de Defensa y hombre de confianza del ex presidente Chadli Benyedid?
En cinco meses se convirti¨® para muchos, incluidos aquellos a los que se podr¨ªa denominar la mafia argelina, en alguien molesto, alguien que imped¨ªa que los negocios marcharan. Parece que el asesino ha sido un subteniente de los servicios de espionaje, que le habr¨ªa matado por convicci¨®n religiosa. ?Es el ¨²nico culpable? ?Se sabr¨¢ pronto qui¨¦n ha comanditado en realidad este crimen perpetrado -inquietante s¨ªmbolo- en la Casa de la Cultura de Anaba?
Las im¨¢genes que se han podido ver por televisi¨®n hacen pensar que la operaci¨®n fue minuciosamente preparada. En gran n¨²mero de aspectos recuerda al asesinato del presidente Anuar el Sadat, en 1981, por islamistas vestidos tambi¨¦n con uniformes militares, pero pertenecientes a un movimiento islamista extremista.
Evidentemente, se puede suponer que el FIS ha querido dar un tr¨¢gico toque de atenci¨®n en la medida en que el juicio a sus dirigentes, Abbasi Madani y Al¨ª Benhadj, iniciado antes del drama, ha sido aplazado hasta el 12 de julio. Pero tambi¨¦n se pueden considerar otras hip¨®tesis. Los responsables del FLN, temiendo las investigaciones judiciales por corrupci¨®n, ?no podr¨ªan haber facilitado la organizaci¨®n y liquidaci¨®n f¨ªsica del presidente?
Tambi¨¦n se ha sospechado de responsables pol¨ªticos de la regi¨®n de Anaba, a los que Budiaf dej¨® de lado y que habr¨ªan querido vengarse. Otras hip¨®tesis: el asesino y sus c¨®mplices habr¨ªan sido manipulados por militares que se habr¨ªan inclinado al campo islamista u hostiles al general Jaled Nezzar, principal responsable de los cambios que han tenido lugar en el seno del poder desde la anulaci¨®n de la segunda vuelta de las elecciones legislativas.
En lo sucesivo, el Ej¨¦rcito se encuentra en primera l¨ªnea y no dispone de fusibles de seguridad que poder hacer saltar para protegerse en caso de peligro.
?A qu¨¦ medios va, pues, a recurrir para mantener el orden y la estabilidad? Orden y estabilidad indispensables al Gobierno para inspirar confianza a los proveedores extranjeros de fondos, para negociar con el FMI en un momento en el que la deuda exterior es aplastante, para incitar a invertir a los pa¨ªses extranjeros.
Argelia parece en la actualidad completamente desestructurada. Peor a¨²n, desde el freno al proceso de democratizaci¨®n, en enero, el pa¨ªs vive en un estado de: guerra civil larvada: m¨¢s de 100 representantes de las fuerzas del orden han muerto en enfrentamientos espor¨¢dicos provocados por los islamistas. Parece que, por el momento, el FIS no tiene los medios de comprometerse en operaciones de mayor envergadura y que se contenta con operaciones de guerrilla.
No hay que olvidar la lecci¨®n de las elecciones del 26 de diciembre de 1991, insuficientemente subrayada: el FIS perdi¨® 1.200.000 votos respecto a las elecciones municipales de junio de 1990. Hoy representa alrededor del 25% del cuerpo electoral, lo que, ciertamente, es un porcentaje importante, pero insuficiente para considerar que los islamistas se sienten como peces en el agua. La forma en que la poblaci¨®n ha reaccionado en los funerales de Mohamed Budiaf muestra tambi¨¦n que la mayor¨ªa de los argelinos es hostil a la violencia.
Sin embargo, la gran cuesti¨®n que se plantea desde el sangriento levantamiento popular de octubre de 1988 en Argel, y para la que no tenemos respuesta precisa, es la siguiente: ?en qu¨¦ proporci¨®n el Ej¨¦rcito est¨¢ infiltrado por los islamistas? Los oficiales superiores, que pertenecen a la nomenklatura, parecen absolutos adversarios del FIS. ?Pero qu¨¦ pasa con los capitanes, los tenientes, los suboficiales y los soldados? Continuando con su t¨¢ctica de atentados espor¨¢dicos, ?no terminar¨¢n los islamistas por introducir el gusano en el fruto y suscitar la duda y la divisi¨®n en las filas militares?
es director del Centro de Estudios Contempor¨¢neos de Oriente de la Universidad de la Sorbona, en Par¨ªs.
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