Chiappucci emula a Coppi en sestrieres ra intentar doblegar a Indurain
, Chiappucci! El ciclismo contempor¨¢rsonifica en la menuda figura del italiah¨¢bitos de algunos precursores de la ledel Tour. Hace 50 a?os, Sestrieres rinnores a Fausto Coppi. Ayer, Italia seentreg¨® a la valerosa gesta de Claudio Chiappueci, que fue capaz de coronar en solitario los seis puertos de una jornada implacable y tuvo la osad¨ªa de descargar la ofensiva cuando se encontraba todav¨ªa a 200 kil¨®metros de la meta. Su esfuerzo despreci¨® los usos racio-nalistas con que se mueven los corredores de hoy en d¨ªa. La gloria fue para ¨¦l, pero el liderato lo tom¨® Nfiguel Indur¨¢in. El espa?ol recuper¨® el jersey amarfilo justamente en el momento previsto y con una ventaja sobre Chiappucci de lm y 42s.?o Chiappucci (Carrera) solo durante 130 kil¨®mee los 254,5 de que constaba etapa del Tour, entre Saint is y Sestr'eres (Italia), y re1 desgaste de casi ocho hoagotador pedaleo. Pero rea recompensa que se mere-solamente se adjudic¨® el en la meta de su pa¨ªs, sino do disfrutar de los primementos dificiles de Miguel in (Banesto). Nadie podr¨¢ ncerle hoy de que no es ca-
ganar la ronda francesa. claro est¨¢, salvo el propio or espa?ol, cuyo dominio
rueba resulta a veces tan oso como devastador.
appucci hizo vibrar a toda Indur¨¢in colaps¨® Espa?a. nt Fignon (Gatorade) des-
a los franceses. Bajo un calor, los Alpes se desplecon fiereza a lo largo de uertos en un d¨ªa previsto cho horas de ciclismo en el de los casos. Lleg¨® la monhora de la ¨¦pica, el ins-
.e la verdad. La realidad aba las cartas sobre la El mejor corredor del ,.Indur¨¢in. El mejor cidel mundo, el italiano. Y r ciclista franc¨¦s, mal que e a algunos franceses, Figin embargo, la partida se seg¨²n un factor inespehiappucci decidi¨® entrar
nel del tiempo y se reenen su legendario compaausto Coppi.
aliano desempolv¨® la senstrat¨¦gica de los antiguos res, que afrontaban cada ra como si se tratase de entura imprevisible. Re1 manual en vigor y acelemo en el kil¨®metro 30 del para disputar el primer de monta?a, el col des calificado como de se-
categor¨ªa. En rigor, el a un esfuerzo innecesario, o, a la vista de que el lidela monta?a le pertenece oposici¨®n alguna. Coro-
ma se reserv¨® en el desvol~i¨® a atacar nada m¨¢s las primeras cuestas si-
s. Esta vez lo hizo con caefinitivo. No volvi¨® a ver vales durante seis horas, tambi¨¦n es cierto que ¨¦ssintieron su escapada
uienes deciden dar rienda las veleidades de un de-
rado mental.y resistencia
e de Chiappucci enconaliado en su incre¨ªble rea flisica. De lo contrario, br¨ªa sido posible hacer lo o ayer. El propone desde
mpo un acto de rebeld¨ªa la autoridad indiscuti-
ional y cibern¨¦tica de InEl destino le ha puesto un campe¨®n fr¨ªo, calcu-
poderoso, pero se resiste r la derrota. Harto de esfinal, decidi¨® dar el saltoen el vac¨ªo. Las consecuencias se dejaron ver poco a poco, seg¨²n la empinada carretera iba desgastando las fuerzas de cada cual, pero el resultado fue impresionante. El Tour se parti¨® en tantos pedazos que, por se?alar, hab¨ªa que esperar 20 minutos para observar el paso descompuesto del estadounidense Greg LeMond (Z).Mientras Chiappucci avanzaba por su cuenta y riesgo, el pelot¨®n vivi¨® en pleno desconcierto durante varias horas. Hasta muy tarde no se puso en marcha una persecuci¨®n realmente organizada: era evidente que el ciclismo a la antigua de Chiappucci no era en absoluto obra de un loco. Fue en el kil¨®metro 178 cuando su paisano Grianni Bugno (Gatorade) e Indur¨¢in decidieron actuar. Organizaron la caza, es cierto, pero no pudieron con ¨¦l. Todo lo m¨¢s, lograron reparar el da?o. No obstante, en el caso de Indur¨¢in hab¨ªa un objetivo mucho m¨¢s importante: volver a ser el l¨ªder en el d¨ªa previsto para ello.
Los 20 ¨²ltimos kil¨®metros pusieron en conflicto los estilos de Indur¨¢in y Chiappucci. La decisi¨®n final habr¨¢ que aplazarla a esta tarde, cuando el Tour conozca qui¨¦n se viste de amarillo una vez que se haya subido el Alpe d'Huez. Ayer la raz¨®n pareci¨® estar del lado del navarro durante 17 kil¨®metros, pero el tramo final aup¨® al italiano.Rebeld¨ªa
Efectivamente, Indur¨¢in organiz¨® la caza y redujo las diferencias hasta los 50 segundos luego de que se desprendiera de Bugno, el norteamericano Andy Hampsten (Motorola) y el tambi¨¦n transalpino Franco Vona (Maglificio), que hab¨ªan colaborado con ¨¦l. Quedaban tres kil¨®metros e Italia maldec¨ªa el destino de Chiappucci, que m¨¢s parec¨ªa un m¨¢rtir que un h¨¦roe. Sin embargo, su voluntad es de tal calibre que, volvi¨® a rebelarse contra la razon.
Indur¨¢in persegu¨ªa a Chiappucci. Era 30 segundos m¨¢s r¨¢pido que ¨¦l en cada kil¨®metro cuando decidi¨® acelerar y desprenderse de todo lastre. Italia lloraba por Chiappucci. ?Santa Madonna! Y lloraba en directo, en la carretera, rode¨¢ndole, vitore¨¢ndole, insult¨¢ndole... Su madre, Renata, le esperaba en la cima. Tanta pasi¨®n termin¨® por despertarle hasta el extremo de que Chiappucci forz¨® el milagro: en los tres ¨²ltimo kil¨®metros aument¨® en casi un minuto su diferencia sobre Indur¨¢in.
Chiappucci lleg¨® a la meta clamando adjetivos hacia el cielo; Indur¨¢in, exhausto, rendido. El milagro de Sestrieres, algo nunca visto en el ciclismo moderno, abre toda suerte de especulaciones a prop¨®sito de la cita de hoy.
La realidad se impone de momento a la teatralidad. Indur¨¢in es el l¨ªder del Tour. Lo es el d¨ªa previsto. A la hora exacta. Como siempre. Cuando estaba programado, desde Luxemburgo, que diera su primer golpe. Ni siquiera Chiappucci amenaza su triunfo si se tiene en cuenta que otra contrarreloj de 64 kil¨®metros le sit¨²a con una desventaja f¨¢ctica d casi cinco minutos. Podr¨ªa afirmarse, con el manual en la mano, que Indur¨¢in ha ganado ya el Tour. Es cierto. Pero siempre y cuando Chiappucci no decida hoy reencarnarse de nuevo en Coppi. Entonces, dado el milagro de los ¨²ltimos tres kil¨®metros de Sestrieres, conviene esperar hasta esta tarde. Indur¨¢in es mejor que Chiappucci. Pero ayer Coppi fue mejor que Indur¨¢in.
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