Susurros entre las copas

La voz de Jayme Marques repart¨ªa entre las parejas susurros casi tan suaves como los de novios y aspirantes. La historia de Madrid tiene mucho que ver con estas minucias. Es as¨ª, al fin, como una ciudad se mete en las venas de alguien. Y es as¨ª como miles de madrile?os tienen en la sangre algo de Brasil.

Whisky Jazz -en Diego de Le¨®n- fue un local de clientes debutantes y veteranos, al que el p¨²blico se acercaba sin necesidad de saber antes qui¨¦n estaba en el escenario. Pod¨ªa encontrarse con Pedro Iturralde, o la Canal Street Band, o -la mayor¨ªa de las veces- con Jayme Marques. En cualquier caso, estaban garantizados el ambiente ¨ªntimo y recoleto, la buena m¨²sica, la amabilidad del camarero, la luz tenue y, ay, a lo mejor tambi¨¦n lo m¨¢s importante. Qui¨¦n sabe.

Los que bebieron all¨ª sus primeros cubalibres -"de ron, por supuesto"- recuerdan c¨®mo, por casualidad, se sub¨ªan al escenario grandes estrellas. Algunas sal¨ªan de entre el p¨²blico, descubiertas por el saxofonista o el bater¨ªa desde detr¨¢s de sus instrumentos: Donna Hightower, Juan Carlos Calder¨®n o los Mocedades mostraron muchas noches sus facetas m¨¢s ocultas y menos comerciales para recrearse en el m¨¢s improvisado y puro jazz.

Y ¨¦sa es una de las virtudes de Jayme Marques: no ha tenido ning¨²n inconveniente en compartir el escenario con quienes pod¨ªan hacerle sombra. En su banda ha brillado, por ejemplo, Tito Duarte. Y de ella sali¨® Jorge 'Pardo, que lleva casi veinte a?os convirtiendo el viento en arte.

Reuni¨®n de amigos

En el samba-jazz de Jayme no constitu¨ªa prioridad alguna el brillo personal. Marques lograba que su actuaci¨®n fuera todas las noches una reuni¨®n de amigos. Incluidos los miembros de su banda. Sonaban as¨ª las cl¨¢sicas canciones brasile?as con ritmo de jazz, y los cl¨¢sicos del jazz con aire de Ipanema.

Pero la actividad del guitarrista y cantante no se ha ce?ido a su hogar del ya desaparecido Whisky Jazz. Est¨¢ impresa en sinton¨ªas de programas, en 16 discos, en los m¨¢s prestigiosos festivales -Vitoria, San Sebasti¨¢n, San Juan Evangelista...-, incluso al frente de una orquesta: por dos veces dirigi¨® a veinte magn¨ªficos m¨²sicos de jazz, en un regalo ya irrepetible que Jos¨¦ Mar¨ªa I?igo dio a los espectadores de televisi¨®n.

Y a¨²n puede uno encontrarse en Madrid con Jayme Marques en directo. Ah¨ª siguen el Clamores, el caf¨¦ Central o el Populart. Pero el ambiente intimista, castamente er¨®tico, del m¨²sico brasile?o en Whisky Jazz se ha ido de la ciudad. Despacito, como se van los buenos recuerdos.