El triste aniversario de Suu Kyi
La disidente birmana, Nobel de la Paz de 1991, cumple su tercer a?o de arresto domiciliario
Aislada, pero firme en su determinaci¨®n, la disidente Aung San Suu Kyi cumple hoy su tercer a?o de arresto domiciliario por haberse enfrentado a la Junta Militar que gobierna Myanmar, la antigua Birmania.Sin salir de su casa, cercana a la Universidad de Rang¨²n, esta mujer de 47 a?os, diplomada en Oxford y madre de dos hijos, se ha convertido en un s¨ªmbolo de la lucha pac¨ªfica por la democracia, y los intentos del Gobierno de su pa¨ªs por borrarla del mapa no han podido impedir el reconocimiento mundial a su coraje. Su pueblo nunca la ha olvidado:. en las elecciones generales cele bradas 10 meses despu¨¦s de su arresto, el partido de Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia (NLD), consigui¨® el 80% de los votos. La Junta nunca reconoci¨® el resultado.
En julio de 1991, a Suu Kyi le fue otorgado el Premio Saj¨¢rov constituido en memoria del c¨¦lebre disidente y defensor de los derechos humanos sovi¨¦tico. Poco m¨¢s tarde, en octubre del mismo a?o, la Junta de Rang¨²n sufri¨® una bofetada desde Oslo: su prisionera recib¨ªa el Premio Nobel de la Paz por su decidida defensa de los derechos humanos desde su puesto de l¨ªder del NLD. En mayo pasado recibi¨® otro premio de la Asociaci¨®n Intemacional para la Defensa de los Derechos Humanos, con sede en Washington.
El Gobierno birmano hace o¨ªdos sordos a las voces que piden la libertad de Suu Kyi desde todos los puntos del globo. Seg¨²n la Junta, la l¨ªder del NLD es una criminal, y si no fuera la hija del h¨¦roe nacional Aung San -el art¨ªfice de la independencia de Birmania, asesinado en 1947-, habr¨ªa sido ejecutada hace tiempo.
Pero si los militares de la Junta son duros de o¨ªdo, la opini¨®n p¨²blica internacional no se ha mostrado miope al evaluar su forma de gobernar el pa¨ªs. Los generales de Rang¨²n trataron con suma rudeza a un experto enviado por las Naciones Unidas para investigar sobre la situaci¨®n de los derechos humanos en Myanmar, e hicieron todo lo posible para esconder la represi¨®n y la tortura a los ojos de un segundo investigador. Pese a todo, no pudieron evitar la publicaci¨®n de sendos informes que condenaban sus m¨¦todos de gobierno.
Sin embargo, algunos cambios sutiles parecen tener lugar desde abril pasado. El implacable general Saw Mang, que ahog¨® en sangre el movimiento democr¨¢tico birmano en septiembre de 1988, se ha retirado por motivos de salud. Su sucesor, el moderado general Than Swe, ha anunciado una amnist¨ªa para todos los presos pol¨ªticos que no constituyan una amenaza para la seguridad nacional.
Suu Kyi no ha sido liberada, pero ha podido ver a su familia por primera vez en dos a?os. "Lleva una vida austera y disciplinada", ha dicho sus esposo, el profesor brit¨¢nico Michael Aris. "Lee y estudia mucho: pol¨ªtica, filosofia, religi¨®n y obras literarias de todas clases. Reza cada d¨ªa y escucha la radio".
Seg¨²n Aris, su esposa se encuentra algo d¨¦bil; pero su moral se mantiene inquebrantable. "Le han ofrecido repetidas veces la libertad a cambio del exilio. Ni siquiera ha querido discutirlo: dice que no es negociable", afirm¨®.
Michael Aris llev¨® a su esposa una invitaci¨®n de los organizadores de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, que comienzan, este s¨¢bado. Ante la imposibilidad de acudir, Suu Kyi envi¨® un mensaje, que fue le¨ªdo por su hijo Alexander el pasado 13 de junio, d¨ªa en que la antorcha ol¨ªmpica lleg¨® a Espa?a.
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