Los socialistas japoneses conf¨ªan en una p¨¦rdida de votos del Gobierno
Los socialistas japoneses, en la oposici¨®n desde 1955, conf¨ªan en que la apuesta del Gobierno de Tokio por la promulgaci¨®n de la pol¨¦mica ley que permite el env¨ªo de tropas niponas al exterior prohibido tras la derrota de la II Guerra Mundial, se reflejar¨¢ en una p¨¦rdida considerable de votos del gubernamental Partido Liberal en las elecciones que el pr¨®ximo domingo se celebrar¨¢n para ocupar 127 esca?os del Senado. Por primera vez, participa en los comicios el Nuevo Partido de Jap¨®n, creado hace poco m¨¢s de dos meses con un lema principal: la lucha contra la corrupci¨®n.
Pasquines con los mejores perfiles de 614 candidatos de 30 partidos, la mayor parte puramente testimoniales o de extravagantes consignas, empapelan Tokio, mientras furgonetas con meg¨¢fonos recorren las calles animando al voto. Todos prometen una mejor calidad de vida y m¨¢s prosperidad econ¨®mica en estos momentos de retroceso en el crecimiento.Cualesquiera que sean los resultados, los liberales seguir¨¢n gobernando el pa¨ªs al controlar dicho grupo la poderosa C¨¢mara baja del Parlamento.
Los encuestadores piensan que el partido del primer ministro, Kiichi Miyazawa, acaparar¨¢ unos 64 asientos. La consulta constituir¨¢ el primer escrutinio p¨²blico del mandato del actual presidente de Gobierno, que en noviembre sucedi¨® a Toshiki Kaifu. Este pol¨ªtico liberal intent¨® vanamente una rebeli¨®n contra el aparato del partido y fue defenestrado al querer aplicar una reforma pol¨ªtica aperturista que ha quedado aplazada sine die.
Los liberales, apoyados por el empresariado, los arroceros y el sector conservador de la sociedad nipona, intentar¨¢n recuperar puestos en el Senado, cuya mayor¨ªa perdieron en las elecciones de 1989 al coincidir la votaci¨®n con el desmantelamiento del Gobierno de Noboru Takeshita en la crisis desencadenada tras el esc¨¢ndalo Recruit y las revelaciones de que el nuevo primer ministro Sosuke Uno pagaba a una geisha para mantener con ella relaciones sexuales. En aquella legislatura, ¨²nicamente lograron 36 representantes en la C¨¢mara alta, cuando en todas las anteriores elecciones hab¨ªan conseguido entre 62 y 72 diputados de 126 en disputa.
Un nuevo elemento
Los socialistas cuentan en esta ocasi¨®n con un nuevo elemento aparentemente en su favor: la ley que autoriza el despacho de militares al exterior, en misiones promovidas por la ONU, un texto controvertido que fue denunciado como inconstitucional por la oposici¨®n socialista y comunista, y aprobado mientras los sondeos de opini¨®n indicaban que la mayor¨ªa de los japoneses, por un margen muy reducido, lo rechazaban.El Senado, creado en 1947 como contrapeso de la C¨¢mara de representantes, cuenta con 252 esca?os con un mandato de seis a?os. Cada tres se registra una renovaci¨®n de 126 miembros, 50 surgidos de distritos electorales con representaci¨®n proporcional, 76 de los distritos provinciales. En esta ocasi¨®n se cubrir¨¢ uno m¨¢s al haber quedado vacante.
Los liberales, beneficiados en las urnas en los tiempos de crisis econ¨®mica, incidir¨¢n en asegurar un mejor futuro con un ambicioso programa financiero y de inversi¨®n p¨²blica.
El partido en el Gobierno dispone de 113 hombres en la C¨¢mara alta, los socialistas, 7 l,,, el centrista Komeito 20 y el partido comunista, 14. El resto de esca?os se distribuye entre partidos menores. El Nuevo Partido de Jap¨®n, creado hace dos meses y liderado por Morihiro Hosokawa, de 54 a?os, antiguo gobernador de la provincia de Kumamamoto, parte con el supuesto de que los japoneses est¨¢n hartos de la corrupci¨®n y de que el 60% de ellos est¨¢ firmemente convencido de que las reformas pol¨ªticas ¨²nicamente pueden ser llevadas a cabo por una tercera fuerza, distinta a las tradicionales.
Sin embargo, seg¨²n el comentarista Minoru Morita, tras estas elecciones "el pa¨ªs no sufrir¨¢ un terremoto y el Gobierno de Miyazawa lograr¨¢ una mayor estabilidad".
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