Un ingeniero industrial consigue la colegiaci¨®n tras siete a?os de juicios
"Lo que m¨¢s me molesta es que determinadas instituciones nos traten mal a quienes volvemos o a quienes desde fuera desean ejercer en Espa?a". El ingeniero industrial Roberto Aristi, nacido en Reinosa (Cantabria) hace 45 a?os y emigrado en Argentina, ha conseguido, tras una sentencia del Supremo y despu¨¦s de siete a?os "de personal calvario y lucha contra un cerrado corporativismo" que el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid admita su colegiaci¨®n.
El proceso no ha sido f¨¢cil. Ha tenido que mediar una sentencia del Tribunal Supremo, que acaba de hacerse p¨²blica, que declara el derecho de Aristi a obtener la colegiaci¨®n profesional en el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid y condena a esta corporaci¨®n a correr con las costas de todo el proceso."Me gustar¨ªa que tomaran buena cuenta de esta decisi¨®n los directivos de todos los colegios, porque nos encontramos en Espa?a cerca de seis mil profesionales en esta misma situaci¨®n de denegarnos la coleglaci¨®n", dice Aristi. Su abogado, Javier Sol, se?ala que se trata del primer caso de estas caracter¨ªsticas que se produce entre los ingenieros industriales y estima que puede sentar precedente de cara a la incorporaci¨®n a Espa?a de profesionales no s¨®lo de los pa¨ªses latinoamericanos sino tambi¨¦n europeos. Los directivos del Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid, que agrupa a cerca de 8.000 profesionales, han preferido guardar silencio sobre la sentencia del Supremo que obliga a admitir la colegiaci¨®n de este profesional al que se le negaba, entre otras cosas, porque "su formaci¨®n en Argentina no se adecuaba al contenido de la, ingenier¨ªa industrial en Espa?a,".
"A los nueve a?os tuve que emigrar con mi familia a Argentina, pero siempre he conservado la nacionalidad espa?ola", dice Aristi. All¨ª obtuvo los t¨ªtulos de Ingeniero Electr¨®nico, equivalente a la titulaci¨®n espa?ola de Ingeniero T¨¦cnico, y m¨¢s tarde el de Ingeniero Superior, especialidad Electricidad. En, 1985volvi¨® a Espa?a y obtuvo la convalidaci¨®n oficial por parte del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia del t¨ªtulo de Ingeniero Superior Industrial. "Quise hacer las cosas normalmente, solicitando mi colegiaci¨®n en Madrid, pero me dieron largas y largas hasta que ante el silencio administrativo decid¨ª acudir al Defensor del Pueblo y a los tribunales". Aristi intent¨® incluso colegiarse en otras provincias, "pero se ve que el corporativismo lo tiene todo muy estudiado y centralizado, porque me repet¨ªan la misma operaci¨®n de Madrid".
Pasaba el tiempo y Roberto Aristi se cas¨® con una espa?ola y ya tiene una hija de dos a?os. ?C¨®mo se ganaba la vida sin poder ejercer? "Como tienen que hacer otros muchos profesionales cualificados a los que se les deniega la colegiaci¨®n (en este punto cita al arquitecto espa?ol Ricardo Bofill, que pod¨ªa firmar proyectos en el extranjero pero no en Espa?a), trabajando como negro de otros o saliendo fuera de Espa?a a realizar determinados proyectos. Incluso hice cursos de especializaci¨®n para ingenieros en el CIEMAT, donde reconocieron mi titulaci¨®n; pero el colegio me segu¨ªa negando el pan y la sal".
Da?o moral
Aristi dice ahora que el da?o moral que le ha causado el Colegio es irreparable y tambi¨¦n estima que tanto su prestigio como su bolsillo ha quedado seriamente da?ado por la arbitrariedad de un colectivo profesional que estaba precisamente obligado aprotegerle. Por ello pidi¨® una reparaci¨®n al menos de 100 millones de pesetas, que ha dejado de percibir en los siete a?os de pleitos. En este punto, el Tribunal Supremo no ha se?alado, sin embargo, una indemnizaci¨®n "por no disponer de elementos suficientes para pronunciarse sobre el da?o mismo en su configuraci¨®n general y sobre la indemnizaci¨®n solicitada". El Tribunal Supremo afirma en su sentencia, que anula otra del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que la convalidaci¨®n equivale a la titulaci¨®n tanto a efectos acad¨¦micos como profesionales y por tanto el colegio est¨¢ obligado a aceptar la colegiaci¨®n.
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