'Y Escobar se vol¨®'
Los colombianos se preguntan c¨®mo se fug¨® Don Pablo ante los ojos de 500 soldados
Nadie sabe d¨®nde est¨¢ Pablo Escobar, conocido popularmente como Don Pablo. Escobar se vol¨® ante los ojos de 500 soldados que trataban de calmar el amotinamiento en la c¨¢rcel La Catedral, donde el capo de la droga estaba recluido desde hace ya un a?o. Escobar, de 42 a?os, pas¨® de ser un narcotraficante confeso a lo que fue durante a?os: el pr¨®fugo m¨¢s buscado del mundo por la justicia nacional e internacional. Ayer el Ej¨¦rcito continuaba la b¨²squeda, palmo a palmo, por las lomas que rodean Envigado, municipio donde se ubica el penal.
La fuga de Escobar y nueve de sus hombres m¨¢s duros debi¨® ocurrir el mi¨¦rcoles en la madrugada, mientras el Ej¨¦rcito realizaba una operaci¨®n para controlar el amotinamiento generado por el intento del Gobierno de trasladar a Pablo Escobar y sus 14 lugartenientes a un penal donde pudiera ser controlado. Mientras los soldados se dedicaban a liberar a los rehenes de Escobar -el viceministro de Justicia y el director nacional de prisiones- el capo y sus hombres se fugaban con toda tranquilidad. Nadie sabe c¨®mo lo hizo ni por d¨®nde. Unos hablan de t¨²neles secretos y otros aseguran que huy¨® por el monte."Si el fugitivo se entrega voluntariamente su vida ser¨¢ respetada", dijo el presidente C¨¦sar Gaviria el mi¨¦rcoles por la noche al contarle al pa¨ªs, un d¨ªa despu¨¦s, todo lo ocurrido en Envigado. El presidente habl¨® con energ¨ªa y pidi¨® el apoyo de todos los colombianos. Pero se le notaba cansado y preocupado. El Gobierno sabe que la huida de Escobar significa el derrumbe de la pol¨ªtica de sometimiento de los narcotraficantes a la Justicia. "...Y se vol¨®", titul¨® a toda p¨¢gina el diario El Espectador, abanderado n¨²mero uno en las cr¨ªticas a la pol¨ªtica de C¨¦sar Gaviria. "La fuga de Escobar no ser¨ªa sino la combinaci¨®n l¨®gica de las, vergonzosas transacciones del Gobierno nacional con el cartel de Medell¨ªn", asegur¨® Enrique Parejo, ex ministro de Justicia y columnista de ese diario.
Pasada la sorpresa inicial, se plantearon las primeras preguntas. ?Qu¨¦ fall¨® en el operativo? ?Por qu¨¦ el presidente decidi¨® realizar una acci¨®n tan delicada precisamente el d¨ªa que ten¨ªa previsto viajar a Espa?a? Hay un punto en el cual muchos coinciden: el Gobierno entreg¨® a Pablo Escobar a sus rehenes en bandeja de plata. Se le critica de ingenuo por enviar a dos funcionarios judiciales, no familiares al proceso, a comunicar a Escobar la decisi¨®n del Gobierno de trasladarle de penal.
Y mientras unos se dedicaban a formular juicios, otros, a trav¨¦s de emisoras de radio, hac¨ªan llamamientos a Pablo Escobar para que se entregara de nuevo a la Justicia. Tambi¨¦n se escucharon llamadas al Gobierno para que busque el camino del di¨¢logo.
El primero en tender su mano a Pablo Escobar fue el sacerdote Rafael Garc¨ªa Herreros. "Pablo, no te destruiremos, no te abandonaremos, no te aniquilaremos", le dijo al pedirle su rendici¨®n.
La esposa y la hija del jefe del cartel de Medell¨ªn tambi¨¦n hablaron por radio. Pidieron al Gobierno que trabaje Para que la paz sea "una realidad y no una nostalgia". La esposa, dijo adem¨¢s, que posiblemente su marido actu¨® en forma violenta por temor a que se tratara de un secuestro de los autorizados por la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.
Sin embargo, nadie cree que Don Pablo se vaya a entregar. "El Gobierno incumpli¨®. Estuvo bien que se fugase", dijo una residente de Envigado a ¨¦ste peri¨®dico. "Conv¨¦nzase. Don Pablo es un dios; parece que tuviera pactos con el diablo; tiene el poder de desaparecer", dijo otro hombre que tambi¨¦n apoya la acci¨®n de Escobar. "A ¨¦l lo buscaban para matarlo o para enviarlo a EEUU".
Lo cierto es que en Medell¨ªn revivi¨® el fantasma de la narcoguerra.
Rep¨²blica independiente
"Rep¨²blica Independiente de La Catedral. Prohibido el paso del Estado". Estas dos frases, textos de una caricatura publicada ayer por el diario colombiano El Tiempo, reflejan lo que era la prisi¨®n de Pablo Escobar. El jefe del cartel era due?o y se?or de su propio sitio de reclusi¨®n.Don Pablo, como lo llaman sus subalternos, lo controlaba todo. Desde qui¨¦nes pod¨ªan ser vigilantes y empleados del servicio, hasta qui¨¦nes entraban y sal¨ªan del penal. El mismo presidente lo dijo en su mensaje a los colombianos: exist¨ªan claras evidencias de la complicidad de algunos guardianes. El Gobierno, dicen muchos, hizo la vista gorda porque sab¨ªa que algo ten¨ªa que ceder para mantener los acuerdos con el narcotr¨¢fico. "Lo que pasa es que Pablo Escobar se extralimit¨®" dijo a este peri¨®dico un funcionario de Medell¨ªn. En las ¨²ltimas semanas hab¨ªan sido citados por el patr¨®n varios de los cuadros del cartel que controlaban el negocio de la coca¨ªna. Dos de ellos aparecieron luego incinerados y con muestras de tortura.
El fiscal general de la naci¨®n Gustavo de Greiff fue quien inform¨® al Gobierno que las irregularidades en La Catedral "hab¨ªan pasado de casta?o oscuro". Este jurista, padre de M¨®nica de Greiff, ministra de Justicia en los d¨ªas de la narcoguerra, confes¨® no tener miedo: "Si la alternativa es vivir en un pa¨ªs manejado por el hampa, prefiero morir".
?Por d¨®nde se escap¨® Pablo Escobar? ?Por un t¨²nel o por la puerta grande del penal?, le pregunt¨® radio Caracol al fiscal. "Por la puerta grande", contest¨® De Greiff sin titubear.
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