Ninguna autoridad se hace cargo de los magrebies que perdieron sus chabolas
Los 61 marroqu¨ªes que el domingo perdieron sus 23 chabolas en el incendio de Pe?a Grande (Fuencarral) durmieron anoche en las tres tiendas de campa?a que plant¨® Cruz Roja. El Ayuntamiento, la Comunidad y la Delegaci¨®n del Gobierno no sab¨ªan ayer c¨®mo resolver su situaci¨®n. Cada una de las administraciones pasa la pelota al tejado de las otras dos. A¨²n no han decidido si permitir¨¢n que se vuelvan a reconstruir sus chamizos o si ofrecer¨¢n otra soluci¨®n.
La tela de las tiendas era un horno ayer por la ma?ana. Aforl¨¢, un robusto marroqu¨ª de 20 a?os, se sienta, sin camisa, al lado de un amigo -"es mi compa?ero de chabola" que duerme en una de las camas de campa?a que dej¨® Cruz Roja. Aforl¨¢, que ha trabajado en la construcci¨®n, compart¨ªa la chabola 27 con otros tres marroqu¨ªes desde hac¨ªa un a?o. Por ella pagaron a los gitanos m¨¢s de 200.000 pesetas. Mientras ard¨ªa su casucha, Aforl¨¢ y sus amigos estaban de juerga en el barrio del Pilar. Llegarony ya no ten¨ªan ni televisor, ni radiocasete, ni ropa. "?Qu¨¦ vais a hacer?". El muchacho se encoge de hombros y dice, como otros, que el incendio fue provocado.
En las tiendas -en una duermen los hombres; en otra, las mujeres, y en otra, los ni?os- s¨®lo los m¨¢s peque?os juegan. "Los hombres han ido a comisar¨ªa", informan muchos han perdido la documentaci¨®n.
Frente al manchurr¨®n negro donde antes se alzaban las chabolas, varios vecinos de la calle Manuel Garrido -que han creado una asociaci¨®n para defender sus intereses frente a los chabolistas- les gritan a unos muchachos marroqu¨ªes: "Nosotros no hemos provocado el fuego". "Pues si no llego yo a usar la manguera, el chal¨¦ de al lado se achicharra", alega el vecino del n¨²mero 2. Uno de los chicos dice que vive en una chabola porque no puede alquilar una casa. "Pues yo tampoco", dice un joven. "Si quiero marcharme de casa tengo que vivir con ocho t¨ªos, pero no me construyo una chabola". En un aparte, otro vecino dice: "Alg¨²n ajuste de cuentas".
Mientras, en el Ayuntamiento, la asesora de la concejal de Servicios Sociales, Pilar Ari?o, recalca que "el gobierno municipal no tiene mecanismos juridicos ni econ¨®micos para afrontar el problema". "El Ayuntamiento ya ofreci¨® ayuda de emergencia; ahora estamos abiertos a colaborar con la Delegaci¨®n del Gobierno y con la Comunidad". "Quienes tienen competencias en chabolismo son el Ayuntamiento y la Comunidad", dec¨ªan en la Delegaci¨®n del Gobierno. "Estamos en conversaciones con la corporaci¨®n municipal y con Cruz Roja", a?ad¨ªa un representante del Gobierno regional. Y en Cruz Roja afirmaban que die ron lo que se les pidi¨®: "Tiendas, camastros y mantas; ahora es cosa del Ayuntamiento".
Concepci¨®n L¨®pez, del centro social San Rafael, que trabaja en el barrio, hizo las mismas llamadas que EL PA?S y no encontr¨® respuesta. "Lo de las tiendas de campana no es una soluci¨®n permanente, deben poner prefabricados".
La gente del centro mantiene que el incendio fue provocado. "Nos han dicho los chabolistas que notaron el olor a gasolina". "Y adem¨¢s", contin¨²a Juan P¨¦rez, de la asociaci¨®n hispano marroqu¨ª Al-Mourad, "esa noche llovi¨® y las chabolas se mojaron. Sin embargo, ardieron como la yesca".
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