M¨¢s de setecientas cabinas se encuentran fuera de servicio a causa de los robos
Las huchas de las nuevas cabinas telef¨®nicas est¨¢n fabricadas casi a prueba de bomba, pero los aparatos son vulnerables y adem¨¢s tienen un inconveniente: robar en ellos obliga al ladr¨®n a cortar la l¨ªnea. En la Compa?¨ªa Telef¨®nica aseguran que nunca antes de este verano sus cabinas hab¨ªan sufrido tal deterioro. Setecientas est¨¢n fuera de servicio porque todos los d¨ªas se revienta un centenar. La polic¨ªa ha iniciado, junto con la empresa, una campa?a que desde junio ha conseguido detener a 17 personas. Casi todas son extranjeras.
Hace cuatro meses casi nadie desvalijaba cabinas en Madrid. Fuera de servicio s¨®lo se encontraban unas 90 al d¨ªa. Telef¨®nica tardaba entonces 24 horas en reparar las que reventaban los delincuentes. Ahora hay 700 desvalijadas de forma permanente, entre las 3.700 que hay en la ciudad, y la empresa no da abasto para reparar las asaltadas. Tarda tres d¨ªas en paliar los desperfectos. Cada d¨ªa revientan en la capital m¨¢s de 100 aparatos.?Qu¨¦ ha ocurrido en ese tiempo? "Que se han instalado los nuevos tel¨¦fonos", responde un portavoz de la empresa. Eso supone que donde antes hab¨ªa monedas de 5 y 25 pesetas ahora las hay de 100, 200 y hasta 500 pesetas.
Hace dos a?os, los dise?adores de los aparatos anunciaban en un peri¨®dico interno de la compa?¨ªa que con ellas habr¨ªa pocas posibilidades de fraude. "El microtel¨¦fono es indesmontable, la pantalla tiene un cristal blindado de seis mil¨ªmetros, el cable resiste un tir¨®n de 200 kilos y el cofre de las monedas est¨¢ fabricado en acero al carbono de 10 mil¨ªmetros de espesor, y sobre todo, el tel¨¦fono tiene que cobrar, y si no cobra, corta la comunicaci¨®n al primer segundo".
Los ladrones han estudiado en poco tiempo el nuevo invento y han encontrado sus debilidades. Al no poder acceder a las huchas de los nuevos tel¨¦fonos, taponan el fondo del conducto de las monedas mediante colillas o cartones, esperan que la gente llame y, cada cierto tiempo, recaudan los beneficios.
La diferencia es que con los antiguos tel¨¦fonos el ladr¨®n se llevaba el dinero de la hucha y el aparato segu¨ªa funcionando. Con los nuevos, el servicio queda cortado, de forma que el usuario pierde su dinero.
Varias batidas
El delincuente puede recaudar desde 100 hasta las 4.000 pesetas que recientemente se descubrieron atascadas en uno de los tel¨¦fonos. Lo normal es que los ladrones realicen varias batidas por distintas cabinas cada cierto tiempo. Conocen las de mayor uso y las formas de atascarlas. S¨®lo necesitan clientes. Aunque el uso de las tarjetas de cr¨¦dito de tel¨¦fono, que se expenden en los estancos, no est¨¢ muy extendido, algunos delincuentes obstruyen los tarjeteros para que el usuario utilice monedas.
La compa?¨ªa estatal dise?a ahora un sistema para impedir que los ladrones fuercen la parte superior de los aparatos.
S¨®lo una persona fue detenida desde enero a junio por robar en las cabinas de tel¨¦fono. Desde junio hasta hoy han sido detenidas 17, en su mayor¨ªa extranjeras. Gran parte de los robos se produjo en las nuevas cabinas. La cifra adquiere mayor relevancia si se considera que el a?o pasado en todo el pa¨ªs s¨®lo se detuvo a 33 personas, entre las cuales algunos eran personal interno de Telef¨®nica.
La cooperaci¨®n entre la Polic¨ªa Nacional y la compa?¨ªa, que se inici¨® a principios del verano, ha hecho posible el incremento en el n¨²mero de detenciones. Para que ¨¦stas se produzcan, los delincuentes han de ser detenidos in fraganti. Esto supone que la empresa ha de dar a la polic¨ªa el lugar y casi la hora exacta del delito. A veces, Telef¨®nica ha denunciado el robo con un cuarto de hora de antelaci¨®n. Hasta el. momento, la colaboraci¨®n entre: los agentes y la empresa ha funcionado en el 87% de los casos. Hubo ocasiones en que falt¨® el. ladr¨®n a la hora prevista y otras en las que falt¨® la polic¨ªa.
El pasado martes se detuvo a dos personas, una en el barrio de Bego?a y otra en Legan¨¦s. Para detener al primero la polic¨ªa contaba con una foto facilitada por la propia empresa. Las pruebas con que cuenta la compa?¨ªa para presentar ante el juez van desde pel¨ªculas de v¨ªdeo hasta composiciones qu¨ªmicas introducidas en el interir del aparato, para que los delincuentes se queden impregnados de ellas al abrirlo.
Zonas m¨¢s castigadas
Las zonas concretas m¨¢s castigadas son la glorieta de Quevedo, la plaza de Legazpi y la calle de Barcel¨®. Pero tanto la polic¨ªa como Telef¨®nica tienen delimitados perfectamente dos ejes donde en estas fechas resulta dif¨ªcil encontrar tel¨¦fonos p¨²blicos en buenas condiciones: el primero va desde plaza de Castilla hasta Legazpi, pasando por Bravo de Murillo y Fuencarral. El segundo, desde Cea Berm¨²dez a Cibeles, pasando por Princesa y Gran V¨ªa.
"Nunca nos hemos encontrado tanto deterioro en nuestras instalaciones como este verano", dijo ayer Manuel Lloret Velarde, directivo de Cabitel, compa?¨ªa concesionaria de Telef¨®nica. Cabitel se encarga de la limpieza, recaudaci¨®n y mantinimiento de las instalaciones de Telef¨®nica.
El director de Cabitel se ocupa de recabar toda la informaci¨®n posible sobre los delincuentes para trasladarla al juez con la intenci¨®n de que ¨¦ste no s¨®lo juzge el robo de dinero, sino el da?o que se produce en el funcionamiento de un servicio p¨²blico. "Los jueces no nos hacen mucho caso", lamenta Lloret.
La compa?¨ªa Telef¨®nica realiza una media de tres recaudaciones por semana en los tel¨¦fonos p¨²blicos. Cuando detecta que se ha forzado la ranura, que se tapona en varias ocasiones el conducto de las monedas o que existe cualquier tipo de anomal¨ªa fraudulenta, los empleados de Cabitel examinan a diario el aparato.
El perfil sociol¨®gico de los reventadores de tel¨¦fonos p¨²blicos no coincide con los que utilizan la l¨ªnea p¨²blica para montar locutorios clandestinos. Los primeros suelen ser heroin¨®manos que act¨²an sin ning¨²n tipo de conexi¨®n entre ellos. Los que logran instalar locutorios son ciudadanos extranjeros sin permiso de residencia, que act¨²an de modo coordinado.
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