Una enferma mental abandona a su beb¨¦ en un portal de Usera y huye en una bicicleta robada
Una mujer abandon¨® el martes a su hija de nueve meses en un portal de una casa del barrio de Usera y se march¨® pedaleando sobre una bicicleta que rob¨® a los vecinos. Cuando la polic¨ªa encontr¨® a la madre, Carmen Gonz¨¢lez, por los alrededores, ella dijo a los agentes, muy excitada: "?Qu¨¦ beb¨¦?". Como otras veces, la mujer acab¨® ingresada en un hospital psiqui¨¢trico. La ni?a, amparada temporalmente por los vecinos, puede ser tutelada a partir de ahora por la Comunidad de Madrid.
Carmen Gonz¨¢lez estaba m¨¢s rara desde el domingo. ¨²ltimamente se encontraba bastante bien de sus nervios, pero desde que ese d¨ªa entr¨® por la puerta su marido, C¨¢ndido, del que est¨¢ separada, ya no fue la misma. El hombre, alba?il, vino a ver a las tres hijas que tiene con Carmen: Arantxa, de ocho a?os; Joana, de cuatro, y Ver¨®nica, la m¨¢s peque?a, de nueve meses. "Mi hija se cabre¨® mucho y le cerr¨® la puerta en las narices", recuerda, muy preocupado, Diego Gonz¨¢lez, el padre de Carmen. Su hija y su yerno discut¨ªan sin parar -viv¨ªan con ¨¦l- hasta que Diego se hart¨® un d¨ªa y dijo: "Cada uno en su casa".
Las dos mayores est¨¢n, salvo los fines de semana, en un colegio p¨²blico desde abril. Su padre, tras la separaci¨®n, pidi¨® que se hiciesen cargo de ellas: ¨¦l ten¨ªa que trabajar y ella ten¨ªa problemas psiqui¨¢tricos.
Diego Gonz¨¢lez era alba?il, como su yerno. Ahora est¨¢ retirado y tiene en su casa desastrada de Pan Bendito un panorama desolador: sus hijos ?ngel y Mari ?ngeles vegetan ante el televisor con la mirada perdida. Son minusv¨¢lidos ps¨ªquicos. Un tercero est¨¢ internado porque le ocurre lo mismo. Carmen, que tiene 30 a?os, trabaj¨® durante una d¨¦cada haciendo zapatos y chinelas, pero los nervios la relegaron a limpiar la casa y a matar el tiempo ante la pantalla. El martes, Carmen sali¨® al parque seco que hay enfrente de casa con la ni?a. Luego debi¨® tomar la carretera de Carabanchel y andar hasta llegar a Usera.
Media aspirina
Precisamente ayer, en este barrio, entre los vecinos de los bloques de la calle de Ricardo Beltr¨¢n no se hablaba de otra cosa que no fuera de la ni?a que el martes, a la hora del culebr¨®n, fue canjeada por una bicicleta pinchada. Agustina Moreno, la limpiadora, pens¨® que la mujer de pelo corto que acababa de entrar en el portal 23 podr¨ªa ser familia de cualquiera de los 26 vecinos de la casa. "La verdad es que los conozco a casi todos, y es que entr¨® con tal seguridad...".
La mujer, vestida con bermudas y una camiseta, dej¨® el cochecito de la ni?a frente al ascensor sobre las 15.30, entr¨® en el cuarto de las bicicletas y cogi¨® la ¨²nica que no estaba candada porque ten¨ªa un pinchazo. Sin pens¨¢rselo dos veces, se larg¨® pedaleando. Pas¨® un rato y la mujer no volvi¨®. La limpiadora subi¨® con la ni?a a la casa de Ana Mar¨ªa Dur¨¢n, la vecina del primero. Ana Mar¨ªa, madre experimentada, cogi¨® al beb¨¦ en brazos -estaba vestida s¨®lo con el pa?al- y not¨® que estaba muy caliente y que ten¨ªa un peque?o chich¨®n en la frente. "Le di media aspirina y dos vasos de agua. Se notaba que ten¨ªa sed, pero estaba muy limpita". Luego llam¨® al 092.
Cuando llegaron los polic¨ªas municipales ya hab¨ªa vuelto Carmen a preguntar por la mujer de la limpieza a los vecinos que estaban en el portal. Y luego se uni¨® a los ni?os que jugaban en la arena del parque. Su hija Ver¨®nica, que no llor¨® en ning¨²n momento, fue trasladada al hospital Doce de Octubre. Ana Mar¨ªa la entreg¨® mientras pensaba que, pese a tener tres hijos, no le importar¨ªa nada qued¨¢rsela.
Los polic¨ªas localizaron a la madre por la referencia del pelo corto. Estaba muy nerviosa. Le hablaron del beb¨¦. "?Qu¨¦ beb¨¦?", respondi¨®. Y por la bicicleta. "?Qu¨¦ bicicleta?". Cuando oy¨® hablar de un hospital grit¨® que no, que no la llevasen. Ha estado, seg¨²n su padre, otras dos veces ingresada, como ahora, en el Gregorio Mara?¨®n.
Cambio de planes
La Comunidad de Madrid barajaba ayer la posibilidad de tutelar temporalmente a las tres ni?as, hasta que el padre encuentre una persona que las cuide. El control sobre las peque?as ser¨ªa distinto: los padres ver¨ªan limitados sus derechos sobre ellas. "Parece que el padre no controla la situaci¨®n, ya que conoce los problemas ps¨ªquicos de su mujer y le deja que saque a las ni?as ella sola", afirma Dolores Abad, vicepresidenta de la Comisi¨®n de Tutela del Menor.
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