Vuelta al ruedo para un 'Cuadri'
Cuadri / Cepeda, Espartaco Chico, Jesul¨ªnSeis toros de Hijos de Celestino Cuadri, bien presentados; el 1?, bravo y noble, recibi¨® los honores de la vuelta al ruedo; 2? y 4?, muy encastados; 3?, 5? y 6?, mansos y dif¨ªciles. Fernando Cepeda: media baja (oreja); cuatro pinchazos y casi entera (ovaci¨®n). Espartaco Chico: media, cinco descabellos -aviso- y descabello (vuelta); tres pinchazos --aviso-, pinchazo y bajonazo (palmas). Jesul¨ªn de Ubrique: estocada (dos orejas); tres pinchazos -aviso- y seis descabellos (ovaci¨®n).
Plaza de toros de Huelva. Fiestas Colombinas, 9 de agosto. Menos de media entrada.
El primer toro de la tarde, de 521 kilos de peso, se gan¨® merecidamente los honores de la vuelta al ruedo. Fue bravo en el caballo, se vino arriba en banderillas, y desde su salida, desarroll¨® una embestida larga, templada y dulce. En su defecto, unas fuerzas muy justas. Por lo dem¨¢s, un toro de bandera para encumbrar a quien quiera ser figura.
Los restantes fueron muy aplaudidos tras un juego desigual y variado. Todos mansearon, pero el segundo y quinto, sobre todo ¨¦ste, fueron muy encastados; los dem¨¢s desarrollaron peligro, pero se dejaron torear. Una corrida de las que ya no se ven y que devolvi¨® a Huelva la emoci¨®n ausente de la feria. Dif¨ªcil para los toreros, claro, pero muy interesante. Una corrida de las que huyen las figuras.
La verdad, por desgracia, es que nunca se sabe si es mejor que te salga el toro bravo y noble o la mona sosa. Fernando Cepeda ha tenido la mala suerte de que le tocara un toro extraordinario en capote y muleta, y un manso con exceso de picante. No estuvo bien con ninguno de los dos. No est¨¢ el torero, ni mucho menos, en un buen momento de forma. Por eso, no lleg¨® a creerse que la fijeza, el temple, la boyant¨ªa y la dulzura de su primer toro fuera una realidad y no un sue?o.
Como sabe torear, algunos lances tuvieron sabor. Pero el conjunto de su labor desmereci¨® de la calidad del animal. El cuarto, manso y encastado, se adue?o del ruedo. Cepeda hizo un esfuerzo sobrehumano, pero dio a entender que no tiene ¨¢nimo para exponer mucho.
Espartaco Chico no le volvi¨® la cara a las dificultades. Estuvo por debajo de su primero, que no permit¨ªa confianzas, pero se pele¨® con el quinto, que llevaba la cabeza por las nubes y no admit¨ªa el m¨¢s m¨ªnimo error.
El triunfador fue Jesul¨ªn. Le cost¨® la misma vida confiarse con el tercero, que lo miraba y buscaba. No lleg¨® a torear porque el toro no estaba por la labor, pero el torero comprendi¨® que ten¨ªa que arriesgar. Se puso los pitones en la taleguilla y emocion¨®. Naveg¨® entre el fracaso y el ¨¦xito y fue capaz de superar el trance. En el sexto, que se par¨®, se la volvi¨® a jugar. Al final, salieron a hombros Jesul¨ªn y el mayoral. Cepeda, por su propio pie.
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