Absuelto el propietario de un autob¨²s sin frenos que caus¨® la muerte a 39 personas en Galicia
Hace cinco a?os, 44 excursionistas aragoneses y una azafata catalana notaron un cierto olor a quemado en el autob¨²s que les descend¨ªa por el puerto As Estivadas (Orense). De repente oyeron un gran estruendo y ruidos como si el autob¨²s se desvencijara en una carrera alocada por la pendiente del puerto. Al llegar a una curva dej¨® de arrastrarse para iniciar un vuelo sobre el precipicio, hasta estrellarse contra las rocas. El impacto caus¨® la muerte de 39 personas. Un informe pericial demostr¨® que el autob¨²s no reun¨ªa condiciones para circular, porque, entre otras cosas, no le funcionaban los frenos. A pesar de ello, los tribunales han absuelto de responsabilidad alguna a los due?os del veh¨ªculo. Los familiares estudian retomar el caso por la v¨ªa civil.
Aunque se haya agotado la v¨ªa penal, el caso de As Estivadas no est¨¢ cerrado. No lo est¨¢ para quienes circulan entre Orense y Ver¨ªn. Dos cruces enormes recuerdan a las 39 personas estrelladas contra las rocas cuando su autob¨²s se sali¨® en una curva en el kil¨®metro 275,200 de la N-525. Una de ellas se?ala el punto fat¨ªdico; otra est¨¢ anclada en la cima de la monta?a para que se divise mejor la primera.Ambas evocan la cat¨¢strofe ocurrida a las 13.10 del 3 de julio de 1987. El informe pericial elaborado a instancias de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT), al que este peri¨®dico ha tenido acceso, revela que el autocar de Autobuses Ebro en el que viajaban 44 excursionistas desprendi¨® una tufarada de humo procedente del centro del piso a las nueve de la ma?ana, poco despu¨¦s de iniciarse la jornada.
Seg¨²n uno de los supervivientes, el ch¨®fer atribuy¨® el hecho al pinchazo de una de las ruedas traseras, que hubo de ser sustituida.
Horas despu¨¦s, a la una de la tarde, relata un testigo, "en la bajada de una pendiente o¨ª de repente un gran estruendo y ruidos met¨¢licos, como de cosas que se desprendieran. El autob¨²s comenz¨® a tomar mayor velocidad, con muchos m¨¢s ruidos de piezas met¨¢licas, mientras alguien gritaba: 'Esto s¨ª que es m¨¢s serio'. El ch¨®fer, sujetando el volante, iba tocando el claxon constantemente, adelantando a un cami¨®n y a otros coches que bajaban". El testigo se acurruc¨® en el asiento agarr¨¢ndose todo lo fuerte que pudo: "Despu¨¦s, el autob¨²s dej¨® de rodar en la carretera y ya no recuerdo m¨¢s". Otro superviviente coincide en el relato: "El estallido, el choque de piezas met¨¢licas y el autob¨²s que aumentaba de velocidad sin que el ch¨®fer pudiera frenarlo. Algunos viajeros se pusieron en pie; grit¨¦ para que abriera las puertas y nos pudi¨¦ramos tirar. Las puertas no se abrieron y chill¨¦ a todos que se tumbaran en el suelo y se agarraran fuerte. Luego me pareci¨® que el autob¨²s se sal¨ªa de la carretera".
Amasijo de hierros
El impacto del choque contra las rocas propuls¨® a los pasajeros hacia el frente, donde quedaron aplastados dentro de un amasijo de hierros. El suceso fue conmovedor. Pocas veces se recuerda en Espa?a una alineaci¨®n tan numerosa de ata¨²des c¨®mo los agrupados en la cancha del polideportivo de Ver¨ªn al d¨ªa siguiente de la cat¨¢strofe.
Una cat¨¢strofe no accidental, seg¨²n demuestra el estudio realizado por el Laboratorio de Autom¨®viles de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid para el Programa de Investigaci¨®n de Accidentes de la DGT.
El exhaustivo an¨¢lisis del siniestro encuentra varias causas para que sucediera: al veh¨ªculo se le hab¨ªa cambiado de motor por otro de m¨¢s potencia, no hab¨ªa pasado la preceptiva inspecci¨®n t¨¦cnica (ITV) y circulaba con el 25% de su capacidad de frenado. Las ruedas traseras carec¨ªan de frenos y las zapatas de las ruedas gemelas derechas estaban totalmente nuevas, sin signos de haber friccionado. El mec¨¢nico que instal¨® las zapatas nueve d¨ªas antes en los propios talleres de Autobuses Ebro Ias mont¨® deficientemente al dejarlas muy desaproximadas". En esas condiciones, el conductor intent¨® retener el veh¨ªculo reduciendo la velocidad, hecho que produjo Ia destrucci¨®n total de la transinisi¨®n".
El informe concluye con la contundente afirmaci¨®n de que el estado de conservaci¨®n de los sistemas mec¨¢nicos del veh¨ªculo se encontraba "fuera de los l¨ªm¨ªtes exigibles para una circulaci¨®n segura".
El juicio promovido contra los responsables de Autobuses Ebro, a quienes se les imputaba imprudencia temeraria, se celebr¨® en mayo de 1991. La jueza Mar¨ªa del Carmen Blanco fall¨® la absoluci¨®n, "haciendo por ello ocioso entrar en una valoraci¨®n de la prueba pericial que permita deteminar la real causa productora del siniestro", seg¨²n reza la sentencia, ratificada en enero de este a?o por la Audiencia Provincial de Orense.
Varios de los familiares damnificados pactaron las indemnizaciones con la compa?¨ªa aseguradora. Blanca Subijana, madre de tres hijos y viuda del conductor, no ha recibido una sola peseta cinco a?os despu¨¦s de perder a su marido. El resto de los familiares, como Mar¨ªa Teresa Abad¨ªas, est¨¢n desconcertadas y estudian ahora si les merece la pena reclamar ahora por la v¨ªa civil.
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