La c¨¢rcel de cinco estrellas de Pablo Escobar
El presidente colombiano conoc¨ªa desde enero el lujo de la prisi¨®n del famoso 'narco'
No es una c¨¢rcel com¨²n y corriente: no tiene rejas, ni celdas, ni ¨¢reas restringidas. Tiene, eso s¨ª, jakuzzi, gimnasios con los equipos m¨¢s modernos, aire acondicionado y casa de mu?ecas. As¨ª es el penal de alta seguridad de Envigado, cerca de Medell¨ªn, donde el narcotraficante m¨¢s peligroso de los ¨²ltimos tiempos, Pablo Escobar, pas¨® un a?o de reclusi¨®n junto a 14 de sus hombres. Ir¨®nicamente, un aviso pegado en la ventana de la garita de entrada dice: "Cualquier irregularidad debe ser informada a la Inspecci¨®n General de Prisiones".
Las puertas del penal se acaban de abrir para los periodistas. En lugar de celdas lo que hay son amplios apartamentos. El m¨¢s c¨®modo es el del jefe, con dos espacios muy hermosos: uno, para la sala-cocina, y otro, para el cuarto-oficina.En la biblioteca quedan las carpetas del archivo personal de Pablo Escobar, con temas como ¨¦stos: "Periodistas por responder", "Extradici¨®n", "Propuesta libro". Aunque los otros apartamentos, incluido el de su hermano Roberto, tienen tambi¨¦n dos habitaciones, adem¨¢s de ba?o y guardarropa, el de Pablo Escobar dispone de algo que lo distingue: dos gigantescos ventanales.
Para poder controlarlo todo, Escobar ten¨ªa un telescopio ubicado en una especie de terraza frente a su apartamento. El telescopio es de tanta potencia que a trav¨¦s de ¨¦l se pueden distinguir hasta las avenidas de Medell¨ªn.
"Qu¨¦ verg¨¹enza, qu¨¦ verg¨¹enza", repite varias veces, como hablando para s¨ª mismo, el fiscal adjunto Jos¨¦ Sintura. Sintura acompa?a en su visita a la c¨¢rcel al grupo de periodistas que cubren informaci¨®n para medios espa?oles. "?No cree que la legalizaci¨®n de las drogas es el ¨²nico camino para acabar con el narcotr¨¢fico y la corrupci¨®n que ¨¦ste genera?", le pregunta EL PA?S. Sintura responde: "La soluci¨®n no es hacer el mal; el ¨²nico camino es el fortalecimiento del Estado de derecho".
Cancha de f¨²tbol
Luego emprende el camino por la empinada loma -pasando por una cancha de f¨²tbol iluminada- para llegar a las caba?as camufladas en medio del bosque de pinos. Antes de entrar a la primera dice en voz baja: "Les invitamos a esta visita para que entiendan que en Colombia no har¨¢ carrera ni la corrupci¨®n, ni la irresponsabilidad, ni la incompetencia".
Las caba?as, construidas en fina madera, tienen el aspecto de casas de recreo. All¨ª est¨¢n los electrodom¨¦sticos m¨¢s grandes: televisores de todas las pulgadas, neveras con surtidor de agua caliente y fr¨ªa. Est¨¢n perfectamente camufladas en medio de los ¨¢rboles. Desde afuera s¨®lo se ve una de ellas, y hay seis. Tambi¨¦n camuflado hay un bunker. Sus paredes tienen m¨¢s de 80 cent¨ªmetros de espesor. All¨ª hay escondites para armamento y salidas de emergencia. Sin terminar queda tambi¨¦n un refugio antia¨¦reo.
La decoraci¨®n de la c¨¢rcel y las caba?as revela lo que siempre se ha dicho: que Pablo Escobar adora a los animales, y que rinde culto al humor y a la religi¨®n. En su cuarto sobresalen fotos de sus animales preferidos, as¨ª como fotos de ¨¦l y de su hermano Roberto vestidos de pistoleros mexicanos y de g¨¢ngsteres. Al lado del bar de su cuarto est¨¢ enmarcado el cartel de Se busca que reparti¨® la polic¨ªa en la ¨¦poca de la narcoguerra. Tambi¨¦n en el cuarto quedan amontonados los libros, forrados en cuero, que recogen la vida del famoso narcotraficante en caricaturas. ?ste pensaba regalarlos a 1.000 de sus amigos para celebrar su primer a?o en prisi¨®n.
La religiosidad del criminal m¨¢s peligroso de Colombia es evidente: un mosaico de la Virgen de las Mercedes -patrona de los presos- est¨¢ en la cabecera de su cama. En medio de un sal¨®n-comedor donde hay billares, ruleta para jugar al p¨®quer y cinco motocicletas, los reos improvisaron un peque?o altar adornado con cuatro im¨¢genes de la Virgen del Carmen y dos del Divino Ni?o.
Enmarcada y colgada de una pared est¨¢ la oraci¨®n al Justo Juez: "Permitid Se?or que mis enemigos tengan ojos y no me vean; tengan manos y no me agarren; tengan pies y no me sigan. Permitid que mi valor me haga un san Juan o un san Pablo, y que por mis haza?as vaya libre adonde quiera que vaya". Esta oraci¨®n parece ser la que ampara a Pablo Escobar en momentos como el actual, cuando todos lo persiguen y nadie lo encuentra.
Biblia abandonada
"Dios promete que los cautivos volver¨¢n", dice el vers¨ªculo 30 del libro del profeta Jerem¨ªas. Curiosamente, en esa p¨¢gina queda abierta la Biblia abandonada sobre el altar desde el 22 de julio pasado, cuando nueve reos, encabezados por Pablo Escobar, se esfumaron entre 500 soldados que ten¨ªan por misi¨®n vigilar su traslado desde el lujoso penal.
Pero m¨¢s sorprendente todav¨ªa que las comodidades de las que gozaba Escobar en su detenci¨®n dorada es que el propio presidente colombiano, C¨¦sar Gaviria, estuviera al tanto de ellas desde medio a?o antes. En un comunicado difundido el lunes pasado por la presidencia, se reconoce que Gaviria recibi¨® en enero pasado de manos del procurador general de la naci¨®n m¨¢s de 120 fotos sobre las comodidades de la c¨¢rcel de Escobar. Seg¨²n el texto, el jefe de Estado pidi¨® entonces que se adoptaran Ios correctivos pertinentes".
Unos correctivos que, por lo visto, no impidieron la fuga del narco. Para ponerlo otra vez entre rejas, el Gobierno colombiano ha ofrecido, en unos anuncios que publicaron ayer los peri¨®dicos nacionales, una recompensa de casi 140 millones de pesetas a quienes den informaci¨®n ¨²til para su captura, Escobar, mientras tanto, sigue en paradero desconocido, lejos de los lujos de Envigado.
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