Comprar una chabola cuesta 80.000 pesetas

La chabola que iban a construirle al periodista estaba destinada a una sola persona; por tanto, medir¨ªa unos cuatro metros cuadrados y se emplazar¨ªa donde eligiera el comprador. Habr¨ªa sido construida hace dos semanas si no se hubiesen incendiado en el mismo poblado unas 20 chozas en la madrugada del pasado domingo 2 de agosto.La entrada para adquirir la chabola cost¨® 40.000 pesetas. Enrique, el hombre a cargo del poblado, dec¨ªa que esas 40.000 pesetas se las ten¨ªa que entregar en su totalidad a los gitanos que viv¨ªan al lado del campamento marroqu¨ª para que buscaran las maderas. Los gitanos, que fueron realojados en la Quinta del Pardo esta semana, se encargar¨ªan de proporcionar las 40 puertas necesarias. "Despu¨¦s yo cojo unas vigas que hay en una obra cerca de aqu¨ª y te la instalo en dos horas. El techo, si queremos hacerlo bien, habr¨¢ que montarlo con una tela verde de esas que llevan algunos carniones". Una vez levantada la casa, ser¨ªa preciso abonar las otras 40.000 pesetas.

Con ese sistema, pero pagando en ocasiones precios m¨¢s elevados -Enrique ha llegado a cobrar hasta 180.000 pesetas-, en funci¨®n del tama?o, se han levantado en Pe?a Grande el 40% de las 191 chabolas que hab¨ªa censadas aqu¨ª antes del incendio. El 7% de los marroqu¨ªes reconoci¨® en un estudio que el Consorcio para el Realojamiento de la Poblaci¨®n Marginada efectu¨® el pasado mayo que hab¨ªan estado pagando el alquiler por su chabola y la luz aparte. En este caso, Enrique asegur¨® que la luz saldr¨ªa totalmente gratis. Todos los chozas del poblado tienen enganches a postes el¨¦ctricos.

La posibilidad de que una vez construida la destruyera la polic¨ªa parec¨ªa improbable. "Si no nos colocan [detienen] mientras la hacemos, no pasa nada".

Si el reci¨¦n llegado prefiere construir por s¨ª solo, tendr¨¢ que pagar un tributo de 50.000 pesetas a Enrique. Es raro que entre 191 familias no haya alguna que se niegue a pagar el impuesto. En Pe?a Grande lo hubo. "Me dijo que su chabola se la hac¨ªa ¨¦l", contaba Enrique, "sin ayuda de nadie y que no pensaba pagarme nada. Yo le dije: 'Vale, pero, al levant¨¢rtela, la polic¨ªa me va a echar la culpa a m¨ª, porque saben que soy yo el que las hace. As¨ª que me tienes que dar 50.000 pesetas por correr ese riesgo'. Me peg¨® una pedrada en la frente, y cuando me vi la sangre, vine aqu¨ª a mi chabola, cog¨ª una recortada y le pegu¨¦ seis tiros a su chabola. Menos mal que no estaban all¨ª. De eso me alegro. Pero me denunciaron y pas¨¦ tres d¨ªas en comisar¨ªa. Ellos han estado lejos del poblado unos meses, hasta que un d¨ªa su mujer vino a pedirnos perd¨®n y a pagarnos lo que nos deb¨ªan".