Satan¨¢s

La existencia del demonio ser¨¢ dogma de fe en el pr¨®ximo concilio ecum¨¦nico, seg¨²n anunci¨® Conrado Balducci, exorcista oficial del Vaticano. El citado exorcista a?adi¨® a bombo y platillo que la Iglesia cat¨®lica, para la que trabaja expulsando al diablo de los seres por ¨¦l pose¨ªdos, jam¨¢s declar¨® como dogma la existencia de Satan¨¢s porque nadie se permiti¨® dudar hasta la fecha de que el mal se encarna en el ¨¢ngel ca¨ªdo. Pero, al parecer, ahora se ha extendido peligrosamente la compasi¨®n por Lucifer. Nadie sabe a ciencia cierta si los males vienen del cielo o del infierno.?A qui¨¦n no le inspira ternura un ser machacado por el Todopoderoso con la m¨¢xima crueldad y sin esperanza de remisi¨®n? La divinidad se mostr¨® siempre tan inconmovible como contradictoria en este punto. Nos pide que perdonemos al pr¨®jimo y al mismo tiempo se niega a conmutar la pena del primer rebelde y de su ej¨¦rcito derrotado.

Por suerte, la curiosidad del sexo de los ¨¢ngeles, bien se trate de los ca¨ªdos o de los que se hallen en la gloria, ha sido sustituida por el inter¨¦s nutritivo del pollo frito de Kentucky, ¨²nico esp¨ªritu santo que apetecen los est¨®magos creyentes.

Mientras tanto, el Vaticano no modifica su recetario veraniego, ofreciendo un men¨² tur¨ªstico compuesto de suculentos cuernos de Lucifer al azufre, sabrosa lengua sat¨¢nica cocida al microondas y alas de Belceb¨² ahumadas con incienso, tres truculentas sugerencias del romano chef.

El exorcista oficial Conrado Balducci tal vez teme perder su trabajo y se muestra impaciente por la formulaci¨®n del macabro dogma. Este dogma de fe reconocer¨¢ no s¨®lo la existencia del maligno, sino tambi¨¦n, y lo que es peor, la capacidad vengativa de quien supuestamente lo cre¨® para satisfacer un sadismo sin l¨ªmite.